Walker, Mendy y la flexibilidad de Pep

En el inicio de la temporada 18/19 del City fue llamativo el distinto papel de Kyle Walker y Benjamin Mendy. Un repaso por las variantes, sus motivos y ventajas.

Nota basada en un hilo publicado en @MarinelliLucas_ el 18/08/18.

En el inicio de la campaña del Manchester City de Pep Guardiola, marcado por los triunfos por 2-0 ante el Chelsea por la Community Shield y frente al Arsenal de visitante, fue notoria la diferencia en los roles de Kyle Walker y Benjamin Mendy, los laterales titulares. El inglés actuó cerrado (salvo en los 15’ iniciales en Wembley) y se involucró en el inicio del juego, mientras que el francés se sumó a los volantes: en el primer encuentro se ubicó por afuera; en el segundo, por adentro.

Los laterales del City ya habían mostrado la temporada pasada la capacidad para cumplir varias tareas, algo que Guardiola busca en ese puesto y en general. Además de potenciar el colectivo, esta variante ayudó a maquillar falencias individuales, sin tapar las virtudes.

En estos dos partidos, Mendy estuvo más relacionado con transiciones que con salidas: por su potencia física, es capaz de superar jugadores con conducciones. Las utilizó para asentar al equipo en campo contrario para un ataque estacionado o para comandar la finalización, como se ve en el video debajo. Al adelantarse en el campo, el inicio de sus diagonales fue más cercano al arco contrario, lo que las hizo frecuentes y peligrosas. En el Emirates, sus movimientos del centro hacia la izquierda fueron letales, tanto al recibir como al arrastrar marcas.

En cuanto al cambio de “carril” entre los dos partidos, es posible que su posición ante el Chelsea haya sido causada por dos factores: estirar a la línea de volantes para abrir espacios y que Silva y Foden pudieran recibir detrás, más la dificultad de Fàbregas para bascular y cubrir la espalda de Pedro cuando iba a presionar.

Con respecto al partido frente al Arsenal, en el debut por la Premier se cerró para ser el vértice izquierdo del rombo que formó con Fernandinho, İlkay Gündoğan y Bernardo Silva: su movilidad forzó a Mesut Özil a esfuerzos defensivos, lo que no es su fuerte, y tambén le dejó espacio a Raheem Sterling para los duelos ante Héctor Bellerín.

Realizó más conducciones ante el Chelsea porque los de Sarri tuvieron problemas para tomarlo y contó con terreno libre, así como sus diagonales aumentaron ante el Arsenal: se escapó de Özil fácilmente, y tener delante un extremo diestro (a diferencia de Leroy Sané en la Community Shield) que se cerraba le liberaba el carril externo.

Además, este ajuste redujo el peligro de las pérdidas de Mendy, en general por errores técnicos. Si bien no fueron recurrentes, en los dos partidos tuvo fallas en controles que, de haber ocurrido en zonas más riesgosas, podrían haber sido más graves.

Por otro lado, el papel de Walker fue similar al que tuvo con Inglaterra en el Mundial. Con él ahí, el equipo quedó bien parado tras las pérdidas y su velocidad fue útil para los relevos y duelos. Y se ganó su criterio para la distribución, tanto en pases cortos verticales como en envíos largos -como se ve en el compacto de abajo. Pero también lució otra vía para superar la presión rival: por sus condiciones físicas superiores, sus conducciones fueron muy efectivas.

Si bien su rol fue principalmente defensivo, también influyó en ataque. No sólo por sus subidas, que mantuvo de vez en cuando, sino por el lugar que le dejó a Riyad Mahrez: al no tener al lateral cerca, el argelino, especialista en el uno contra uno, contó con espacio para encarar.

Con la mayoría de sus compañeros moviéndose del centro a la izquierda -un interior o Walker fueron la excepción, para ser nexo en el cambio de lado-, Mahrez pudo lucir sus virtudes de regateador. La distribución colectiva fue similar a la que mostró el Bayern, dirigido por Guardiola, en su victoria por 7-1 contra la Roma en 2014: salió con muchos hombres sobre la izquierda y, con una superioridad numérica importante, se asoció por esa banda para cambiar de lado y encontrar a Arjen Robben -sólo acompañado por Philipp Lahm, como apoyo para dar la vuelta- mano a mano con Ashley Cole.

Mahrez cumplió el rol de Robben, un jugador parecido a él (zurdo habilidoso por derecha, puede ir para adentro o afuera, con talento para marcar o asistir), pero más decisivo. El holandés brilló en Roma (https://youtube.com/watch?v=HTA54hvkr6w&t=…), con dos goles en situaciones de uno contra uno.

Aunque Mahrez no participó directamente en los tantos que marcó el City, fue una herramienta de desequilibro importante y una amenaza permanente. En la Community Shield logró escaparse de Marcos Alonso en varias oportunidades, como se aprecia en el video de abajo. Además, ante el Arsenal tuvo un arranque muy bueno en el duelo contra Ainsley Maitland-Niles, pero la entrada de Stephan Lichtsteiner redujo su influencia. Además, la banda izquierda logró más profundidad que frente al Chelsea.

Todos estos puntos se vieron reflejados en varias acciones a lo largos de los 180’, con una buena circulación y el aprovechamiento de las ventajas otorgadas por la disposición -lo que muestra el compacto debajo. Y también influyeron en jugadas que terminaron con el final deseado: tres de los cuatro goles marcados por el Manchester City mostraron estos rasgos, prueba de la gran planificación de Guardiola y la buena ejecución de los jugadores.

Crédito de la foto de portada: Getty Images.

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