¿Qué pasa con los argentinos en Ligas top?

La poca acción de Palacios y Domínguez refleja una tendencia: los sub 25 que se van a la elite juegan en promedio el 31% de los minutos en su 1ª temporada.

Los dos se transformaron paulatinamente en piezas importantes de equipos reconocibles, de identidad definida y sostenida en el tiempo. Los dos crecieron hasta ser de los mejores mediocampistas de la Superliga y llegar a la Selección. Los dos concretaron sus previsibles ventas a Europa -por jerarquía y proyección- en enero (uno, tras un préstamo previo de seis meses para permanecer en su club). Los dos, también, se encontraron con una barrera en su arribo al Viejo Continente: un menor tiempo de juego del deseado.

Exequiel Palacios y Nicolás Domínguez llegaron al Bayer Leverkusen y al Bologna con credenciales como para entrar en la rotación con un lugar de cierta relevancia, tanto de titulares como siendo cartas importantes desde el banco. Sin embargo, su porcentaje de minutos disputados en Liga fue de 12% y 39%, respectivamente.

Aunque pueda parecer excepcional, su situación se emparenta con la de otros jóvenes argentinos que pasaron del torneo local a uno de los cinco más importantes del mundo (España, Inglaterra, Alemania, Italia y Francia): entre los sub 25 que fueron traspasados en las últimas tres temporadas (2017/18, 2018/19 y 2019/20), el promedio del tiempo de juego en Liga es de 31% para su primera campaña y de 35% en total, incluyendo los años siguientes. Por eso, lo ocurrido con ellos dos está enmarcado dentro de una tendencia general.

Si bien cada caso es distinto y tiene sus particularidades, las trayectorias de minutos jugados sobre los posibles de la mayoría de los jugadores se pueden plasmar en un gráfico como líneas con pendientes, tanto ascendentes como descendientes. Casi todos empezaron con poca actividad para luego ganarse un lugar (como Lautaro Martínez, por ejemplo) o comenzaron como titulares y después sufrieron un paulatino descenso en su tiempo en cancha (tal es el caso de Matías Vargas).

Domínguez se destacó en San Siro. Crédito: Nicolò Campo/LightRocket via Getty.

Los motivos para esa escasa participación general son varios, desde una diferencia en el aspecto físico hasta varios pequeños detalles (la calidad en los gestos técnicos o la condición de las canchas) o la inestabilidad de sus clubes, pero se resumen en el mayor ritmo del fútbol europeo, sobre todo en la elite. Para ajustarse a todos esos cambios, sumados a los de índole personal, es necesario atravesar un período de adaptación, que a veces es minimizado a pesar de su importancia.

Como todo en este deporte, no se trata de una regla constante y de igual aplicación en cualquier circunstancia, pero es un proceso que todos atraviesan. Sin importar el país o el conjunto de destino, cada futbolista lo vive de manera diferente y algunos lo llevan mejor que otros.

Este carácter particular se entiende con dos ejemplos ocurridos en el Ajax, a pesar de que el conjunto neerlandés no integra una las cinco mejores Ligas del mundo y de que quizá necesitaba más a un jugador que a otro. Con un año de diferencia, Nicolás Tagliafico y Lisandro Magallán llegaron en enero -lo que hace más difícil la inserción, ya que la temporada está a mitad de camino- y mientras el lateral se metió en el once inicial, se volvió un elemento importante y llegó a la Selección de cara al Mundial, al central le costó ganarse un lugar, sumó pocos minutos y, luego de seis meses, pasó a préstamo al Alavés.

Esto grafica que tanto la duración de ese período como su influencia sobre el rendimiento son diferentes para cada futbolista, más allá de que los aspectos sean los mismos (o parecidos). Para entender cuáles son esos puntos a los que se tienen que ajustar conviene repasar entrevistas de quienes experimentaron el salto de Argentina a Europa y vivieron las disparidades en primera persona.

«En Europa el fútbol es más dinámico. Hay mucha pelota viva, entonces se juega más tiempo. También se juega más táctico».

Tagliafico, sobre algunos de los cambios.

Uno de las explicaciones más claras llegó, justamente, de Tagliafico, quien antes del Mundial 2018, tras su primer semestre en el Ajax, en dos notas dejó respuestas interesantes sobre las cuestiones a las que debió ajustarse. «En Europa el fútbol es más dinámico. ¿Qué quiere decir esto? Que hay mucha pelota viva. No se va afuera, no hay tantos foules y no hay tantas discusiones con el árbitro, entonces se juega más tiempo. Es más tiempo vivo y por ahí hay entre 60 y 70 minutos en los que estás todo el tiempo con dinámica, moviendo la pelota y jugando de un lado al otro«, aseguró, el 25/05 en FOX Radio, para empezar su extensa reflexión.

Siguió: «También creo que en Europa se juega mucho más táctico que acá, en el sentido de que para defender y para atacar se tiene que formar un grupo, se tiene que defender en conjunto. Entonces, eso es lo que te lleva a tener que mover mucho más rápido la pelota porque si no, no podés encontrar los espacios para generar alguna situación de gol. Después, en Europa se tiene que usar mucho más la cabeza, tenés que ser más inteligente para encontrar los espacios, moverte y tratar de recibir perfilado. Y eso va sumando un montón de cosas que vas haciendo en los entrenamientos y por ahí no te das cuenta, porque a mí me pasó: la primera citación que tuve sentía que tenía que estar siempre un segundo antes, porque no llegaba o porque cuando iba a presionar ya se la sacaban de encima. Cuando comencé a entrenarme en Holanda, por ahí no me di cuenta, pero empecé a entrenar a ese ritmo, con esa dinámica, y después me tocó volver a la Selección y ya me sentía con mucha más confianza, más seguro, más acorde a lo que era el nivel general«.

Luego, profundizó: «Por ahí en Argentina lo que tienen es que hoy en día muchos equipos tratan de destruir y no construir, entonces hay mucha presión, el fútbol es muy físico, hay mucho mano a mano. Las canchas también (perjudican) porque, quieras o no, no es lo mismo jugar en una cancha con césped corto y mojada que en una con pasto largo, seca y que la pelota te pica mal. Todas esas cositas van sumando a que el fútbol en Europa sea más rápido, más dinámico y acá, un poco más pastoso. Cuando vas a este nivel, porque además jugás con los mejores del mundo prácticamente, ya que Argentina siempre tiene a los mejores y en cada equipo hay un argentino y es de elite, tenés que estar a ese nivel o tratar de equipararlo, y a veces se siente la diferencia«.

Aunque también marcó la excepción de quienes no sienten esos cambios o rinden a pesar de ellos, y cerró: «Pero igual, también pasa mucho por la cabeza, por la confianza que tenés en ese momento. Doy el ejemplo de Maxi Meza: vino de Independiente, jugó su primer partido contra España y la verdad es que no se notó; fue uno de los mejores de la Selección, trató de arriesgar, de gambetear, con confianza. Entonces, también pasa un poco por eso. Pero en general es esto que te digo«.

Tagliafico, en su debut con la Selección (2017 ante Brasil). «Sentía que tenía que estar un segundo antes», dijo. Crédito: Quinn Rooney/Getty Images.

Asimismo, 10 días antes había dejado otros conceptos en Estudio Fútbol. «El cambio que vi es que juegan con una pausa más, juegan un poco más tranquilos. Hoy en día, en el fútbol tenés que pensar. Tenés que pensar muchísimo. El que no piensa, vive corriendo y vive tomando malas decisiones«, apuntó sobre qué le llamó la atención del otro lado del Atlántico.

Pero la comparación no terminó, ya que sumó: «Por ahí en Argentina pasa que estás todo el tiempo acelerado, corriendo y presionando. Eso le da agilidad al juego, pero no le da fluidez. Creo que eso hay en Europa: hay fluidez, hay inteligencia, que uno se mueve tácticamente y recibe más solo. Ése es un plus y, obviamente, también están las condiciones, que jugás con los mejores. Lo que es el juego, los controles, los pases, te vas acostumbrando, te vas entrenando todo el tiempo igual y después vas a la Selección y se nota«.

Magallán, su compañero por seis meses en el conjunto neerlandés, habló sobre su inserción y dejó otras frases para destacar, con el foco puesto en los cambios que se atraviesan fuera de la cancha. Porque los jugadores deben amoldarse a un entorno distinto en todo sentido, no sólo en lo futbolístico. Más allá del tiempo que pasan ligados a pelota, igualmente importante es la comodidad lejos de ella: los factores externos pueden afectar el rendimiento tanto como los intrínsecos de la actividad.

En diálogo con FOX Sports el 22/05 pasado, Magallán subrayó: «Los primeros días en el Ajax fueron difíciles porque no sólo llegué a mitad de temporada y con el equipo ya clasificado a octavos de Champions, por lo que ya estaba prácticamente armado, sino que también era otro país, con otra cultura y otro idioma. No era solamente la parte futbolística y en nosotros, que yo supongo que a todos los deportistas les debe pasar igual, la cuestión emocional y la cabeza influyen mucho en el juego cuando te desenvolvés en el deporte«.

Y añadió: «Por ahí esas cosas me dificultaron un poco más la adaptación y me llevó un poco más de tiempo. Después, yo fui parte de un plantel espectacular que llegó a una semifinal de Champions y salió campeón de la Liga y de la Copa holandesa. Mi satisfacción, si bien llegué en los últimos seis meses, fue ésa, poder lograr un título que el club se venía planteando desde hace tantos años«.

«Los primeros días fueron difíciles porque no sólo llegué a mitad de temporada, sino que también era otro país, con otra cultura y otro idioma. No era solamente la parte futbolística».

Magallán, sobre su adaptación.

Otro futbolista que saltó directamente al Ajax y expresó conceptos interesantes sobre la adaptación fue Lisandro Martínez, que en una nota en La Nación el 20/8 confesó: «En las primeras tres semanas la pasé horrible. Es totalmente distinto. Otra intensidad, otros controles, otros pases, otra lectura de juego. Al principio me daban ganas de irme a llorar a mi casa. Me sentía mal. Yo soy un jugador que me gusta tener el balón, pero cuando me jugaban a un toque o dos toques rápidos me mataban. Era increíble cómo llegaba tarde«.

Sobre si esa diferencia surge por la falta de trabajo en Argentina, señaló: «En el Ajax desde que son chicos les inculcan esas cosas. Con Sebastián (Beccacece) trabajamos mucho en el tema del control y los pases. Y alguien podía fallar. Pero acá es muy difícil que un jugador controle mal la pelota y te de un pase mal. Me costó tomar el ritmo. Después de la pretemporada me empecé a sentir bien. En el primer amistoso jugué 30 minutos y ya quedé de titular«.

Más allá de esa larga lista de aspectos a los que se tienen que acostumbrar, la continuidad de muchos futbolistas fue perjudicada por cuestiones ajenas a ellos y que dependían de sus clubes. Entre cambios de entrenador o incorporaciones para su mismo puesto, fueron varios los que vieron cómo sus minutos se distribuían hacia otros jugadores. Esto sucede porque, lógicamente, las alineaciones se componen por la interacción de muchos elementos y un lugar se puede perder por la competencia en el puesto, una mejor complementación de otros compañeros o un estilo de juego distinto o que no necesita tanto de ciertas características, por ejemplo.

Es innegable que el contexto influye en la participación y en la adaptación, y no todos los jugadores que forman parte de esos 31% y 35% vivieron el mismo ni disputaron el mismo porcentaje de minutos. Por eso, es importante observar detenidamente cada caso para ver el detrás de los números y qué motivos hay detrás de la escasez de tiempo de juego o, por el contrario, de cómo se insertó en su equipo.


Aclaración: los números de los porcentajes de minutos de los jugadores son el total de la temporada (dividiendo la suma de los jugados en todas las competencias por la suma de los posibles en todas las competencias) y luego el específico de cada torneo (Liga, Copa y, si es el caso, Europa).


Temporada 2019/20.

Crédito: Alex Caparrós/Getty.

Matías Vargas (Espanyol).

  • Partidos jugados: 33 (21 Liga, 2 Copa, 6 UEL y 4 pre-UEL); 25 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 37% (30% Liga, 60% Copa, 64% UEL y 33% pre-UEL).

Dentro de un club que vivió una temporada especial y particular, el de Vargas es un caso singular entre los de esta lista. Porque llegó a Barcelona con el pie derecho e inmediatamente mostró un buen rendimiento, sobre todo al jugar un papel importante en el periplo por las rondas clasificatorias de la Europa League, pero poco a poco se vio afectado por la inestabilidad del equipo y se contagió de su irregularidad. Así como el Espanyol pasó de disputar tres competencias a integrar la zona baja de la tabla y descender último, el Monito pasó de ser una de las fijas y uno de los destacados del once a completar una vuelta entera del torneo sin ser titular y finalizar la temporada muy relegado.

La llegada del ex Vélez al conjunto catalán se dio como la más cara en su historia (luego, en enero, la cifra fue superada por la que pagaron por Raúl de Tomás) después de una de sus mejores campañas, pero en un período de transformación. Después un gran desempeño que derivó en el séptimo puesto y la clasificación a un campeonato europeo por primera vez desde 2007, tres componentes importantes dejaron la institución: Rubi, el entrenador, y Borja Iglesias, el goleador, se marcharon al Betis y Mario Hermoso, pieza fundamental en defensa, fue comprado por el Atlético de Madrid.

Por eso, más allá del logro, las pérdidas fueron considerables y obligaron a una pequeña reconstrucción, que no consiguió los resultados esperados. Como técnico se designó a David Gallego, quien estaba en el equipo filial, y entre otros fichajes notables estuvieron Jonathan Calleri, Fernando Calero, Sébastien Corchia y Bernardo Espinosa, pero el inicio de la Liga, más allá de la clasificación a la fase de grupos de la Europa League al superar tres rondas previas, resultó decepcionante.

Luego de sumar sólo una victoria y dos empates en ocho jornadas llegó el primer despido y Pablo Machín se sentó en el banco de suplentes. Sin embargo, el camino fue el mismo: un buen andar continental, con una cómoda clasificación a la fase eliminatoria, y uno flojo en España, con apenas un triunfo en las 10 fechas que dirigió antes de ser despedido cuando había pasado nada más 77 días en el cargo. Último con 10 puntos y a cinco de la salvación, el Espanyol contrató a Abelardo Fernández para encarar el 2020.

Si bien el inicio de esa etapa fue prometedor, con un empate ante el Barcelona (2-2, con una asistencias de Vargas), un triunfo sobre el Villarreal (2-1) y una igualdad con el Athletic (1-1) en las primeras presentaciones, el equipo volvió a caer poco a poco y llegó a la suspensión de LaLiga con dos puntos de los últimos 12 posibles. En el regreso, derrotó al Alavés por 2-0, pero no volvió a ganar y atravesó otro cambio de entrenador, dado que Francisco Rufete dejó momentáneamente de ser el director deportivo y tomó el mando para los siete compromisos restantes. En ese tramo final el saldo fue de seis caídas y un empate, lo que concretó el descenso.

Como los nombres probados que se buscaron (Gallego y Rufete apenas contaban con experiencia previa) no tenían una continuidad entre sí y eran de perfiles muy distintos (Machín usa tres centrales como base inamovible, mientras que Abelardo suele emplear dos líneas de cuatro y un juego bastante directo), para el conjunto fue difícil lograr regularidad. Sobre todo porque ninguno dirigió más de 17 encuentros (16, 15, 17 y 7, en orden de llegada).

Ese inusual desfile de técnicos influyó en el rendimiento del ex Vélez, que además sufrió un esguince de tobillo sobre el final de 2019 y fue uno de los casos de Covid-19 en el club. Después de haber sido titular en 10 de las primeras 11 fechas, desde ahí no volvió a comenzar un partido de Liga y una decena de veces se quedó en el banco sin ver minutos. Los cambios lo perjudicaron en cuanto a tiempo en cancha y su productividad: jugó 949’ en 14 partidos con Gallego (4 goles y 4 asistencias), 370’ en 7 con Machín (un gol y 2 asistencias), 442’ en 9 con Abelardo (una asistencia) y 58’ en 3 con Rufete.

Con el objetivo de ascender, el Espanyol se prepara para la 2020/21. Vargas tiene contrato y, según informa el diario catalán Sport, hay dudas sobre su continuidad: Vicente Moreno, el nuevo entrenador, cuenta con él, pero desde la dirigencia no descartan una salida para reducir el gasto salarial. A la espera de una definición, lo que está claro es que el Monito tiene margen y calidad para dar un salto en su segunda campaña.

Crédito: Sampdoria.

Gonzalo Maroni (Sampdoria).

  • Partidos jugados: 7 (5 en Liga y 2 en Copa); 2 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 7% (5% en Liga y 53% en Copa).

Con un puñado de minutos como juvenil con Instituto, pocos partidos en Boca, cierta regularidad en Talleres y rodaje internacional con la Selección sub 20 (incluido el Mundial) sobre su espalda, Maroni llegó a préstamo a la Sampdoria para vivir una experiencia que aparecía enriquecedora. Si bien el riesgo de disponer de poco tiempo de juego estaba presente, el movimiento era interesante por la presencia europea para un jugador de su proyección y por ser una prueba sin muchas responsabilidades. En un lindo desafío, como él lo definió, podría pelear por un lugar y medirse en un nivel superior. Si no lograba meterse en la rotación, igual tendría una buena plataforma para mejorar en los entrenamientos.

Después de la preparación, el inicio de temporada le dejó un sabor agridulce al cordobés en los 31′ que disputó en el primer partido oficial. Por Coppa Italia, la Sampdoria superó al Crotone por 3-1 y, tras ingresar desde el banco, él convirtió el último gol con un remate de cabeza. Sin embargo, también sufrió un esguince de tobillo que lo marginó del comienzo de la Serie A.

El arranque en Liga fue malo (un triunfo y seis caídas en siete fechas) y le costó el puesto a Eusebio Di Francesco. Si bien es difícil saber cómo consideraba al argentino porque sólo lo tuvo disponible en un encuentro de ocho, la llegada de Claudio Ranieri no representó más oportunidades para él: tras ser suplente en el debut del técnico campeón con el Leicester (0-0 contra la Roma), no fue convocado en los cuatro compromisos siguientes.

A la mitad de esa racha le preguntaron al italiano por la situación del mediapunta, lo que derivó en elogios. «Con Maroni hablamos de un talento, creo en él. Su tiempo arribará«, aseguró antes de un duelo con la SPAL en noviembre. Luego, antes de un enfrentamiento contra el Milan en enero, subrayó: «Es un excelente ‘trequartista’ de perspectiva. Necesita un período de adaptación, pero lo veo crecer«.

En el medio de esos comentarios, el 5 de diciembre, el ex Instituto fue titular y permaneció 64′ en cancha en la derrota por 2-1 frente al Cagliari por Coppa. Desde ahí le costó entrar en la Serie A y hasta julio apenas jugó 22′, en una derrota ante el Napoli por 4-2, con 18 fechas sin minutos. Reapareció en una visita al Parma, al ingresar en el entretiempo con un 0-2 parcial e influir en la remontada para el triunfo por 3-2: jugó bien, con intervenciones interesantes en el tercio final, y se destacó su pegada en las pelotas paradas (dio cinco pases clave), ya que asistió el descuento desde un córner.

«Es un excelente ‘trequartista’ de perspectiva. Necesita un período de adaptación, pero lo veo crecer».

Claudio Ranieri, sobre Maroni.

Ésa fue la primera de sus cuatro participaciones en los cinco partidos finales, si bien una fue muy reducida (ingresó sobre el cierre ante la Juventus y ni tocó la pelota). Entró nuevamente en el descanso contra el Milan, en una caída por 4-1 en la que falló un penal, y fue titular en el empate frente al Brescia (1-1), con 68′ en los que se movió por las bandas y volvió a dejar pinceladas.

Probado en la elite y con algunos detalles prometedores, aunque quizás insuficientes para jugar con continuidad, la experiencia seguramente representó un crecimiento. Con la posibilidad de entrenarse en un entorno desafiante, por la experiencia y la capacidad de los técnicos y el roce internacional de algunos compañeros, y buenos minutos, también tuvo la posibilidad de aprender de un mediapunta de gran recorrido europeo como Gastón Ramírez. Dispuesto a arrancar un nuevo año en Boca, es probable que las conclusiones de esta temporada en Italia sean positivas y alentadoras para Maroni.

Crédito: AP.

Exequiel Palacios (Bayer Leverkusen).

  • Partidos jugados: 7 (3 Liga, 2 Copa y 2 UEL); 5 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 19% (12% Liga, 31% Copa y 32% UEL).

A pesar de que parecía que Palacios llegaba al Bayer Leverkusen para tener un impacto inmediato, desde el club se encargaron de dejar en claro que su papel no sería tan importante, al menos hasta el final de la temporada. No es fácil ganarse rápidamente un lugar tras llegar en la mitad de la campaña, sobre todo si la competencia en ese puesto es importante, y tanto con las decisiones del entrenador, Peter Bosz, como con las declaraciones de distintos dirigentes se entiende que han considerado necesario el período de adaptación y han buscado manejar adecuadamente su situación, con paciencia para que el tucumano se desarrolle sin prisas.

Si bien podría haber jugado más de siete partidos, la realidad es que el conjunto alemán tiene variantes de calidad para formar el tándem en el medio (indistintamente de la disposición del resto de las piezas): Charles Aránguiz, el volante más completo del plantel y uno de los jugadores que más tiempo llevan en el equipo, renovado este año hasta 2023; Julian Baumgartlinger, que es de corte más defensivo y ha sido capitán en varios partidos, y Kerem Demirbay (de buena técnica y capacidad de pase) y Nadiem Amiri (más mediapunta, pero también usado ahí), dos de perfil más ofensivo fichados del Hoffenheim de cara a la 2019/20.

Por eso, la situación de Palacios fue distinta a la del otro fichaje del mercado invernal, Edmund Tapsoba: llegado del Vitória Sport Clube portugués, el central cubrió una necesidad del Leverkusen y, con experiencia en el fútbol europeo, se metió en el once y sobresalió inmediatamente. Esa combinación de adaptación más fácil y menor competencia sirvió para que la posición del nacido en Burkina Faso fuera distinta y pudiera rendir más.

Pero más allá de la participación que tuvo el mediocampista surgido en River en este estirado primer semestre, desde el Bayer confían en su potencial. Además de Bosz, que antes de su debut dijo que había dejado una buena impresión desde el principio y que se había integrado bien, así lo han manifestado Simon Rolfes (director deportivo) y Fernando Carro (CEO) en diversas entrevistas. «No tenemos prisa con él. Su temporada 2019 fue muy larga«, comenzó su reflexión Rolfes, destacado ex jugador del club, en una nota en MARCA.

«No hay que tener prisa con los jóvenes. Palacios debe adaptarse y entrar a un equipo que está funcionando».

Simon Rolfes, sobre Palacios.

«Ahora -continuó- se está adaptando a otro país, idioma, Liga. No hay que tener prisa con los jóvenes. Palacios debe adaptarse y entrar a un equipo que está funcionando. Estoy convencido de que triunfará. Exequiel nos puede ofrecer mucha precisión en la posesión de la pelota. Es un jugador de toque rápido. ‘Toque, toque, toque’. Nosotros siempre intentamos dominar el juego«.

Además, en charla con Goal, subrayó: «Es muy rápido de cabeza y eso es clave para jugadores top. Tiene la habilidad de pasar muy rápido, de tener buena orientación en el partido. Cuenta con la capacidad de dominar el juego en el mediocampo con sus muy buenas cualidades de pase y es rápido para tomar las decisiones correctas. Exequiel combina eso y por nuestro estilo y nuestros conjuntos, que se enfocan en el desarrollo de talento a un nivel muy alto en Europa, traemos mucho a los jugadores como él«.

Carro, el CEO del club, también dejó palabras positivas para él, ya que en una entrevista con Infobae lo elogió y describió muy bien su situación: «Acaba de llegar, tuvo la pena de que llegó con unas tarjetas rojas y no pudo jugar por tres partidos al principio. Justo había otros jugadores lesionados y hubiese podido jugar más. Pero a pesar de eso ha tenido minutos. Nuestro entrenador dice que indudablemente hacen falta unos meses para que se adapte al fútbol alemán, que es muy rápido, y también a nuestro equipo. Tenemos grandes jugadores en el mediocampo, por lo que creo que Palacios es muy importante para nuestro futuro y ahora no va a tener fácil jugar todos los partidos. Pero la idea de traerlo en el mercado invernal era que pudiese usar este tiempo para acoplarse«.

En total, el mediocampista de la Selección disputó 433′, repartidos entre la Bundesliga (177′), la DFB-Pokal (110′) y la Europa League (146′). Tras completar la suspensión con la que llegó a Alemania después de haber sido expulsado en la final de la Libertadores 2019, debutó en la victoria (2-1) contra el Stuttgart por Copa, en la que completó todo el partido.

«Tenemos grandes jugadores en el mediocampo. Palacios es importante para el futuro y ahora no va a tener fácil jugar siempre».

Fernando Carro, sobre Palacios.

Su rendimiento dejó contento a Bosz, que 18 días más tarde, en medio de unas semanas cargadas al afrontar la serie de dieciseisavos de la Europa League con el Porto, lo ubicó como titular en dos encuentros seguidos de Liga: fue una de las figuras en el 2-0 al Augsburg, con un rendimiento completo en 90′ (82/95 en pases, un pase clave, 3/3 pases largos, 13/16 duelos ganados y 7 entradas, según SofaScore), y jugó 64′ en el 1-1 frente al Leipzig. Luego, ingresó a los 67′ contra el Eintracht Frankfurt con el triunfo ya definido (4-0, el resultado final).

Esa fecha, la tercera seguida en la que estuvo involucrado, fue la última antes de que el torneo se detuviera por la pandemia y también fue la última en la que vio acción en la Bundesliga. Si bien parecía que las circunstancias en la vuelta del fútbol, principalmente el poco descanso entre partidos y la posibilidad de realizar cinco cambios, podían darle más tiempo de juego, Palacios no formó parte de la rotación y en tres encuentros ni siquiera fue convocado. Sí entró en la Pokal (disputó 20′ en la semi, pero no fue al banco en la final) y la Europa League.

En la definición de la competencia internacional en agosto, comenzó la vuelta de octavos ante el Rangers (1-0) tras el resultado favorable de la ida (3-1) y, con Aránguiz suspendido, también fue titular en la caída por 2-1 frente al Inter, en la que permaneció en cancha 59′. En los dos encuentros mostró un buen rendimiento, por lo que le pueden haber servido para ganar confianza y encarar la siguiente temporada con más experiencia.

Superado un raro primer semestre, seguramente ya esté más adaptado a la vida en Alemania (aspecto en el que seguro contó con la ayuda de Lucas Alario, a quien ya conocía) y al fútbol de la Bundesliga y consiga subir en la consideración de Bosz. Claramente está muy bien valorado, por lo que desde el Leverkusen van a tratar de acompañarlo, darle confianza y generarle un contexto adecuado para que crezca. A falta de saber qué cambios tendrá el equipo en cuanto a plantel y sistema de juego, sobre todo a partir de la salida de Kai Havertz, es probable que el ex River cuente con más minutos.

Crédito: Bologna.

Nicolás Domínguez (Bologna).

  • Partidos jugados: 16 (todos en Liga); 7 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 39%.

Llegado a Italia en enero después de completar el 2019 en Vélez (donde estuvo cedido para el segundo semestre), el bonaerense emigró como uno de los mejores mediocampistas de la Superliga y una fija en la Selección. Tras asentarse y sobresalir de la mano de Gabriel Heinze, se incorporó a un plantel que lo esperaba con los brazos abiertos.

«Domínguez es un jugador muy dinámico y técnico y con un gran carácter a pesar de su juventud. Es versátil, puede darnos balance y ser un jugador útil en ataque. Tiene características distintas a las del resto de los mediocampistas del plantel«, aseguró Emilio De Leo, asistente de Sinisa Mihajlovic, en los primeros días del año. Con Gary Medel y Andrea Poli como opciones probadas y los jóvenes Jerdy Schouten (23 años) y Mattias Svanberg (21), dos que alternaron, como variantes para formar el doble cinco, el argentino apareció como una opción nueva de cualidades diferentes.

Si bien tuvo algunas diferencias, su rol fue similar al que desempeñó en Vélez. Para empezar, su punto de partida en Argentina era más alto, sobre todo en ataque, ya que en el juego de posición de Heinze adelantaba su ubicación y pisaba el tercio final con regularidad (en la última Superliga convirtió cinco goles) y en Italia compartió la mitad de la cancha con otro jugador por detrás de tres mediapuntas. Las tareas fueron similares, como se ve en distintos datos por 90′ (para equiparar el rango temporal ante la diferencia de minutos por partido) de WhoScored.com: en la Superliga sus promedios fueron de 50,2 pases, 1,5 remates (0,9 en el área), 1,4 intercepciones y 2,8 entradas; en la Serie A, de 50,4, 1,3 (0,1 en el área), 1,4 y 2,7, respectivamente.

Su debut en Italia se dio el 12/01, en la derrota por 1-0 frente al Torino, cuando ingresó a los 80′, dejó una buena impresión y se destacó al dejar mano a mano a Rodrigo Palacio (ver arriba). Después fue titular y disputó 69′ contra el Hellas Verona, pero no vio acción en las dos fechas siguientes. Esas intermitencias se mantuvieron en los cuatro partidos previos al parate: entró en el 3-2 ante la Roma (17′) y en la caída por 3-0 con el Genoa (29′) y jugó todo el encuentro contra el Udinese, aunque se quedó en el banco en el 0-2 versus Lazio.

Ese período de aislamiento lo aprovechó para mejorar físicamente, lo que le sirvió de cara a la vuelta y con su aclimatación. «Al principio me costó un poco la adaptación, más que nada por el idioma. También me tuve que ir adaptando a la idea de juego del técnico. Después, acá es un fútbol más físico, se pide masa muscular y la cuarentena me vino bien para crecer en ese aspecto. Por eso después pude sumar más minutos«, señaló el 10/08 en ESPN Redes.

En el regreso del fútbol, de a poco logró continuidad hasta tener su mejor racha de titularidades, aunque en general mantuvo esa irregularidad en cuanto a participación. En los primeros tres compromisos ingresó como relevo, con 15′ en el 0-2 contra la Juventus, 7′ en el 2-1 a la Sampdoria y 20′ en el 1-1 con el Cagliari. En el siguiente fue titular y, por el contexto, probablemente haya sido su mejor rendimiento de la temporada.

De visitante frente al Inter, Domínguez brilló y jugó un papel importante en la remontada del Bolgona para ganar 2-1 tras pasar 20′ con un futbolista menos. Más enfocado en tareas defensivas aunque sin perder llegada en algunas jugadas, redondeó un muy buen rendimiento, con seis intercepciones, tres entradas y una asistencia decisiva (para el segundo gol).

Al día siguiente habló en Líbero, donde se refirió a su inserción en Europa: «Estos meses los llevo bien. Después de la cuarentena pude empezar a sumar más minutos, me adapté mejor. Al recién llegar tuve que entrar en un equipo nuevo, con un idioma nuevo y en una idea de juego que dentro de todo es parecida a la de Heinze, pero obviamente el fútbol italiano tiene sus complicaciones y es más físico. Todo eso lleva unos meses para acostumbrarse y creo que el otro día, después de varios meses sin jugar de titular, me sentí bien«.

Tras disputar 29′ en el partido posterior (1-2 ante el Sassuolo), el ex Vélez encadenó tres titularidades seguidas en las igualdades contra el Parma (2-2) y el Napoli (1-1) y la caída frente al Milan por 5-1. Luego, en las últimas cuatro fechas alternó: jugó 26′ en el 0-1 con el Atalanta, no entró en el 3-2 al Lecce, fue titular y salió a los 63′ en el 0-4 contra la Fiorentina y disputó 18′ en el empate contra el Torino (1-1) que cerró la campaña.

Completada la primera temporada y con destellos del muy buen rendimiento que alcanzó a nivel nacional, a pesar de la irregularidad en minutos Domínguez demostró cualidades como para ser una pieza relevante de la rotación en la 2020/21. Con meses de adaptación y la ilusión de sumar rodaje para asentar su posición en la Selección, es probable que pueda disputar una mayor cantidad de minutos tras realizar toda la etapa de preparación con el club del norte.

Crédito: Brighton.

Alexis Mac Allister (Brighton).

  • Partidos jugados: 9 (todos en Liga); 4 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 33%.

Luego de un semestre de mayor a menor en Boca, con momentos en los que se lució (como su debut con un golazo en la Copa Libertadores) y hasta un buen primer partido en la Selección mayor, el préstamo de un año se interrumpió y, después de ser una pieza importante en el Preolímpico sub 23 que ganó Argentina, Mac Allister volvió al Brighton. Incluso desde antes de que se incorporara, el técnico del equipo inglés ponderó su potencial, pero remarcó que debía adaptarse.

«Va a venir a un entorno totalmente nuevo y, como con cualquier fichaje, hay que ser pacientes con él. Es un futbolista ilusionante«, aseguró Graham Potter en la previa de un enfrentamiento contra el Watford. Dos semanas después, de cara a una visita al Sheffield United, se volvió a referir al ex Argentinos, que ya estaba en Inglaterra. «Ha tenido un período ocupado (por el torneo en Colombia), pero es un jugador inteligente y posee una buena calidad«, dijo.

Si bien se incorporó al grupo antes de ese encuentro, el argentino no fue convocado para el viaje, lo que se repitió en la derrota contra el Crystal Palace (1-0) siete días más tarde. Tras esos dos compromisos sin acción, su debut se dio en el último partido antes de la interrupción, al ingresar para los últimos 10′ en el empate en cero con el Wolverhampton. En el regreso del fútbol volvió a entrar sobre el final, pero eso no le impidió participar en el agónico gol que confirmó la remontada ante el Arsenal: filtró un buen pase entre líneas para que Aaron Connolly asistiera a Neal Maupay y luego cortó un centro con una barrida cerca de su arco.

La ganancia para Mac Allister fue instantánea, ya que salió de inicio en tres de las cuatro fechas siguientes, incluso en las dos inmediatas. Disputó 58′ en el 0-0 contra el Leicester, 81′ en el 0-3 con el Manchester United y 71′ en el 1-3 frente al Liverpool. En el medio, entró 11′ en la victoria ante el Norwich (1-0) y recibió más elogios de Potter.

Antes de recibir a los Diablos Rojos, el inglés subrayó: «Alexis hizo un pase clave contra el Arsenal, es un buen ejemplo (de que todos son importantes, por los cinco cambios disponibles). Los jugadores conocen la situación y todos quieren ayudar al equipo, por el tiempo que sea«. Y en la previa de la visita a los Canarios afirmó: «Hay más por venir de Mac Allister, seguro. Se está adaptando a la Premier League y eso lleva tiempo. Está aprendiendo sobre el juego, sus compañeros y él mismo. Empezó bien y hay más por venir de él«.

En ese período quedó claro de qué manera pensaba utilizarlo, con presencia por las bandas y bastante participación defensiva para complementar su capacidad en la gestión de la pelota. También buscó aprovechar su pegada, ya que fue uno de los encargados de ejecutar las pelotas paradas («Se vieron sus cualidades en jugadas a balón parado y sus envíos fueron muy peligrosos«, comentó el DT luego de su debut).

«Mac Allister es un jugador ilusionante. Se está adaptando a la Premier y eso lleva tiempo. Empezó bien y hay más por venir de él».

Graham Potter, sobre Mac Allister.

Su cierre de temporada fue con un pequeño bajón en la cantidad de minutos, ya que no jugó ante el Manchester City (0-5) y entró desde el banco contra el Southampton (14′ en el 1-1) y el Newcastle (32′ en el 0-0). Sin embargo, en el último partido fue titular y jugó 74′ en el triunfo por 2-1 frente al Burnley.

Más allá de las intermitencias, lógicas para un primer semestre en Europa y en una Liga tan exigente (por la relevancia del aspecto físico, tanto por el ritmo del juego como por la permisividad en los contactos y las disputas), Mac Allister pudo mostrar detalles interesantes. Con su capacidad y versatilidad, compitió bien por un lugar y generó varios elogios de Potter. Con un experimentado y polifuncional Adam Lallana sumado a esa pelea interna (que ya no tiene al mundialista Aaron Mooy), el ex Boca va a tener un lindo desafío para su segunda campaña, con margen para crecer y afirmarse en la rotación.


Temporada 2018/19.

Crédito: Reuters.

Lautaro Martínez (Inter).

  • Partidos jugados en la 2018/19: 35 (27 Liga, 2 Copa, 3 UCL y 3 UEL); 17 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 39% (39% Liga, 61% Copa, 10% UCL y 68% UEL).
  • Partidos jugados en la 2019/20: 49 (35 Liga, 3 Copa, 6 UCL y 5 UEL); 43 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 74% (72% Liga, 70% Copa, 96% UCL y 66% UEL).

El de Lautaro es un claro caso del tiempo que lleva aclimatarse al fútbol europeo y cómo el rendimiento mejora una vez superado ese período. Si bien su situación en el primer año estuvo muy ligada a la de Mauro Icardi y sus conflictos con el club durante 2019, con el correr del tiempo no sólo se vio una mejora del bahiense en la cantidad de minutos, sino también en cuanto a la calidad.

Antes de terminar de jugar en Argentina y viajar a Italia, el ex Racing ya sabía que tendría que acomodarse al fútbol europeo y estaba mentalizado para superar con éxito ese período, como aseguró en Estudio Fútbol el 11/04/18: «Va a ser una adaptación que creo complicada, pero si uno llega, pone lo mejor y pule las cosas que pide el entrenador o el juego de allá amerita que uno mejore, va a ser del tiempo o la duración que uno trate de adaptarse a lo que es el juego ése«.

También, luego de haber formado parte de la convocatoria de la Selección un mes atrás, detalló las disparidades que notó, mencionando aspectos con los que pasaría a convivir en poco tiempo. «La verdad es que la viví muy bien (la gira). Me han recibido muy bien fuera del campo, también adentro. Obviamente que en algunos detalles es donde se marca esa diferencia del jugador de elite de Europa con el de acá«, comentó para empezar. Y siguió: «En algunos momentos obvio que sí la sentís, está claro. Se siente en el roce físico, en los controles, en los pases. Es muy distinto, los campos de juego en los que hemos entrenado no son los mismos que en los que entrenamos acá. Ahí se hace más fácil, pero el juego es más rápido, muchísimo más rápido. Y los pases no son los mismos los que se dan en Europa que los que se dan en el fútbol argentino«.

Ya en Milán, el Toro salió de inicio en el debut liguero de la 18/19, una caída ante el Sassuolo (1-0), pero fue sustituido a los 69′ y no volvió a ser parte del once hasta la 7ª fecha (gol en el 2-0 al Cagliari). Después comenzó otros dos partidos, para llegar a cuatro titularidades y 442′ sobre 1.710 posibles en Serie A en los primeros seis meses. Pese a haber alternado, Martínez dejó muestras de su capacidad en dos encuentros importantes: participó del gol del empate ante el Barcelona y convirtió sobre el final para derrotar al Napoli (1-0) con un gran zurdazo, prueba de su manejo de ambos perfiles.

En la segunda mitad de la campaña su participación aumentó. Entre su adaptación y los conflictos de Icardi (en febrero le retiraron la capitanía y, según Luciano Spalletti, se negó a viajar a Austria para enfrentar al Rapid Viena), Lautaro disputó 129′ de 210 en la Coppa Italia, encadenó cinco fechas como titular en Serie A -su máxima racha esa temporada- y comenzó tres de los cuatro encuentros de la Europa League (en el restante estaba suspendido). En ese período tuvo un buen rendimiento, ya que convirtió seis goles y se destacó en un clásico de Milán (3-2) con un tanto y una asistencia. Sin embargo, no pudo replicarlo en la recta final: en marzo sufrió una lesión con la Selección que lo marginó por tres jornadas y después arrancó apenas tres de los últimos seis partidos y no anotó.

Para la 2019/20 el Inter atravesó varios cambios y bastantes influyeron en el contexto de Lautaro. Icardi fue vendido y llegó Romelu Lukaku, así como Spalletti fue reemplazado por Antonio Conte. Esto último representó modificaciones en el modelo de juego en cuanto a disposición y estilo: a nivel macro, antes había un único centrodelantero que era el foco principal del juego por las bandas y los centros, mientras que el ex DT del Chelsea instauró como bases inamovibles a los tres centrales, los dos carrileros y la pareja de atacantes, en un juego de posición que propone salir limpio y generar ventajas desde atrás -muchas veces para atraer al rival y atacar veticalmente- y llega con mucha gente.

¿Cómo se trasladó eso al papel de Martínez? Además de jugar más, ha contado con una mayor compañía, su radio de acción se ha ampliado (en tres cuartos y hacia la izquierda, ver abajo) y ha pasado a participar más de la finalización y, sobre todo, del circuito ofensivo, tanto con apoyos para dejar compañeros de frente -clave en la búsqueda de hombres libres que pregona Conte- como con cambios de frente para descargar hacia un sector derecho liberado. Esto también quedó claro desde las palabras del técnico italiano, que antes de enfrentar al Borussia Dortmund en octubre remarcó: «Lautaro debe trabajar. No tiene que pensar que el gol es todo para un atacante, porque para mí no es así«.



Y agregó: «Debe trabajar para el equipo, como está haciendo. Es un chico que lo está haciendo bien, está creciendo desde todos los puntos de vista y se está convirtiendo en un atacante completo. Nos gusta cuando juega para el conjunto, cuando asiste a los compañeros. Tiene que continuar de esta manera. Es un joven que tiene potencialidad importante, aunque él sabe si quiere convertirse en un jugador top o en uno de nivel medio«.

Esto se ha reflejado visual y estadísticamente, como se aprecia en los números: de acuerdo con SofaScore, en Serie A el Toro subió sus promedios en rubros como intervenciones (de 20,6 a 31,3), tiros (1,9 a 2,6), pases completados (6,3 a 8,6) y pases completados en campo rival (4,6 a 6,6), así como saltó de 6 a 14 goles y redujo su frecuencia anotadora de uno cada 224′ a uno cada 176′. Si bien sus minutos aumentaron (de 1.333 a 2.466), los cambios fueron tan notorios como su crecimiento, que le sirvió para establecerse como un jugador clave.

Desde el inicio, su dupla con Lukaku generó un impacto y fue una de las grandes razones por las que el Inter ganó sus primeros seis partidos de Liga y se trepó a la cima, además de disputar buenos encuentros en las visitas al Barcelona y al Dortmund (el bahiense les convirtió un gol a ambos) a pesar de las derrotas. Los dos se entendieron inmediatamente, se complementaron y se potenciaron mutuamente. En total, entre ambos acumularon 55 tantos en todas las competiciones y lograron una conexión que se replicó fuera de la cancha.

En esta 2019/20, el pico en el rendimiento de Lautaro coincidió con el del equipo: la primera vuelta, cuando llegaron 14 de sus 21 gritos, incluidos dos dobletes (vs. Sassuolo y SPAL) y un festejo frente a la Juventus, y el conjunto se ubicó como colíder de la Liga de cara al 2020, aunque quedó tercero en la Champions. Más allá de que abrió el año con tres goles cuatro partidos, el Toro no pudo sostener su nivel y tras perderse dos partidos por suspensión (el 02 y el 09/02) sólo volvió a convertir en tres ocasiones hasta el final del campeonato -además, gritó por duplicado en un brillante partido ante el Shakhtar-, incluso con un pequeño pero magnificado bajón tras el parate.

Visto su crecimiento en dos años en Italia, seguramente el bahiense continúe su desarrollo en la 2020/21. Tanto si permanece en el Inter, donde es uno de los pilares de un equipo aceitado que, además, va a reforzarse para ir decididamente por el título local y le garantiza liderazgo futbolístico, como si se va a otro club, en el que quizá participe menos, pero pelee por todo y se enfrente a mayores exigencias y competencias (internas y externas), es probable que, por su mentalidad y capacidad, siga en una línea ascendente.

Crédito: Action Images.

Ignacio Pussetto (Udinese y Watford).

  • Partidos jugados en la 2018/19: 36 (35 en Liga y 1 en Copa); 24 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 63% (64% Liga y 41% Copa).
  • Partidos jugados en la 2019/20: 14 (12 en Liga y 2 en Copa); 3 de titular/7 (todos en Liga); 0 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 23% (19% en Liga y 54% en Copa)/5%.

El de Pussetto es un caso curioso porque, al contrario de lo que sucede normalmente, en la segunda temporada en Europa jugó mucho menos que en la primera. Si bien en su primer año en Italia no fue un indiscutido, sí se ganó rápidamente un lugar y se convirtió en una fija en la rotación: participó en 36 de 39 partidos y en el primer semestre jugó tanto como en el segundo (disputó el 65% de los minutos de Serie A de agosto a diciembre y el 63% de enero a mayo), algo que no se replicó en la 2019/20.

Tras debutar en la eliminación en Coppa Italia, con 49′ en la derrota por 2-1 en tiempo suplementario contra el Benevento, el ex Rafaela y Huracán jugó 10′ en la primera fecha (2-2 con el Parma) y no vio acción en la segunda (1-0 al Sampdoria). Sin embargo, inició los tres encuentros inmediatos y 10 de los siguientes 12 -llegó a enlazar seis titularidades consecutivas, su racha más larga-, incluso con un cambio de entrenador en el medio (el primero de los tres esa 2018/19, con la llegada de Davide Nicola en lugar de Julio Velázquez; el italiano luego fue reemplazado por Igor Tudor).

Desde ese momento sólo se perdió dos encuentros, uno por suspensión y otro por lesión, y fue una de las fijas en la salvación de un Udinese que durante casi todo el campeonato varió entre el decimoquinto y el decimoséptimo lugar. Alternando como delantero en una doble punta, principalmente, o externo por derecha (de extremo o más atrás), Pussetto tuvo picos muy buenos, como dos partidos con un tanto y una asistencia: frente al Cagliari (2-0) y al Bologna (2-1).

«Pussetto puede convertirse un jugador importante. Tiene mucho margen para crecer y un futuro brillante por delante».

Igor Tudor, sobre Pussetto.

En el receso, el ex Rafaela y Huracán habló en Olé sobre el juego en Italia y las diferencias con Argentina. «En Europa es muy importante lo físico. Más en esta Liga, que es muy táctica y luchada, que se juega mucho al cuerpo a cuerpo y las defensas no suelen estar mal paradas«, afirmó. Y agregó: «Si estás acá, tenés que estar bien físicamente. No hay otra forma de hacerlo. Por ahí mi físico no es de lo mejor, pero no es uno malo. Soy flaco y me cuesta ganar masa muscular, aunque lo mejoré. Me sorprendí porque pensé que iba a llegar a un punto y que ahí me quedaba, pero pude seguir mejorando. Los resultados se ven a largo plazo«.

Además, sobre su incersión, subrayó: «Me costó la adaptación. Es un proceso y donde más me pesó fue en lo físico. Apenas llegué sentía que el resto estaba dos o tres velocidades por encima mío. Y uno pensaba que en Argentina estaba a la altura… Me tuve que acostumbrar a un ritmo impresionante, de tener que jugar 80 o 90 minutos a un ritmo alto porque no regalan nada. Pero tuve la suerte de que entré y empecé a jugar y a ganar continuidad«.

La 2019/20 de Pussetto comenzó con dos titularidades, una por Coppa Italia (3-1 al Südtirol) y otra por Serie A (1-0 al Milan), pero rápidamente quedó relegado: en las tres derrotas consecutivas ante el Parma (3-1), el Inter (1-0) y el Brescia (1-0) jugó 20′, 9′ y 67′, respectivamente, y después permaneció cuatro encuentros seguidos en el banco. Entre problemas en una rodilla y un tobillo, le costó encontrar su mejor forma física y tener continuidad.

«Me costó la adaptación. Apenas llegué sentía que el resto estaba dos o tres velocidades por encima mío».

Pussetto, sobre su arribo a Europa.

Desde ese momento, el santafesino ingresó en nueve partidos (uno en Copa), con un máximo de 45′ en un 1-7 contra el Atalanta, y no vio acción en tres. A mediados de enero, pasó al Watford en una transferencia entre clubes con el mismo propietario: la familia italiana Pozzo. Sin embargo, la tónica para él no mejoró y, encima, empeoró: participó aún menos (su máximo de minutos fue 16) y sufrió el descenso del equipo.

Su primer partido fue en el empate sin goles ante el Tottenham, en el que entró cerca del cierre y fue fundamental porque evitó la derrota al rechazar sobre la línea. Tras ingresar en las tres fechas siguientes, no formó parte de la convocatoria ante el United (0-3). Volvió a intervenir contra el Liverpool (3-0) y el Crystal Palace (0-1), cuando llegó el parate, y desde el regreso sólo entró en uno de los nueve compromisos (en el 1-3 frente al Southampton).

Tras un descenso algo previsible por la inestabilidad -hubo cuatro abruptos cambios de técnico durante la campaña-, es probable que los movimientos en el plantel sean varios. Mientras el nuevo entrenador, Vladimir Ivic, y el club definen el plantel para el Championship, el portal Tutto Udinese ya habla de un regreso de Pussetto -junto con Roberto Pereyra- al conjunto blanquinegro, que no sería extraño. En Inglaterra en otro lado, resulta difícil pensar que la próxima temporada sea más difícil que ésta para el santafesino.

Crédito: AFP.

Juan Musso (Udinese).

  • Partidos jugados en la 2018/19: 29 (todos en Liga); 29 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 74% (76% Liga y 0% Copa).
  • Partidos jugados en la 2019/20: 39 (38 en Liga y 1 en Copa); 39 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 95% (100% Liga y 33% Copa).

Comprado por el Udinese en el mismo mercado que Ignacio Pussetto, el de Musso ha sido un caso distinto, casi inverso en cuanto a tiempo de juego. Porque el ex Racing comenzó relegado (jugó el 53% de los minutos ligueros en el primer semestre), pero una vez que debutó se adueñó del arco y no lo soltó más, con un rendimiento destacado.

Tras ponerse a punto («Musso todavía necesita mejorar su condición física, pero se está entrenando bien«, comentó Daniele Pradè, director deportivo, el 24/08, después de que el bonaerense se perdiera los debuts en Coppa Italia y Serie A), fue suplente de Simone Scuffet durante ocho fechas. Luego de un flojo inicio de Liga que resultó en dos triunfos, dos empates y cinco caídas, con 13 goles en contra, el argentino reemplazó al italiano y se estrenó en un 2-2 frente al Genoa.

«La decisión de poner a Musso fue tomada por mí y el cuerpo técnico«, aseguró Julio Velázquez. Y añadió: «Los entrenadores de arqueros están haciendo un gran trabajo, pero la decisión final recae sobre mí. Necesitábamos un cambio después de las derrotas ante Juventus y Napoli (por 2-0 y 3-0, respectivamente) y opté por él«. Después de la salida del español, todos los técnicos que se sucedieron en el banco mantuvieron al ex Racing.

En los nueve partidos que siguieron, el Udinese consiguió una victoria, cuatro igualdades y cuatro caídas, con tres vallas invictas (contra dos en el período anterior) y 10 tantos recibidos. En esos partidos sin encajar el bonaerense mostró grandes rendimientos: tuvo seis atajadas en el 1-0 al Milan, nueve en el 1-0 a la Roma y tres en el 0-0 con el Sassuolo.

Más allá de algún pequeño bajón, ésa fue la tónica habitual de su campaña y por eso llegó a la Selección y debutó contra Marruecos, amistosos en el que entró para los 23′ finales. En total, en su primera temporada en Italia recibió 40 goles y se fue siete veces con el arco en cero, incluido un partido ante el Inter en el que fue clave con tres muy buenas paradas.

En la 2019/20 su desempeño se mantuvo en una línea similar, aunque sobresalió más porque fue el arquero con más vallas invictas en la Serie A (14). Si bien recibió 51 tantos, el promedio por partido bajó de 1,38 a 1,34 y también mejoró ligeramente en las atajadas por encuentro (de 3,7 a 3,8, con un porcentaje que pasó de 73 a 74%, según SofaScore). Sólido durante todo el torneo, incluso lo cerró con una muy buena labor en el 1-0 al Sassuolo.

Atravesó un pequeño bache a principios de año, con errores consecutivos en derrotas por 2-0 contra el Parma (no llegó a poner bien las manos para despejar un remate contenible) y el Inter (cometió un penal por una salida precipitada), aunque fue más una excepción que una norma. Sobre esa situación, el entrenador, Luca Gotti, señaló: «Musso ha sido un jugador clave. Los fallos lo van a ayudar a desarrollarse«.

A lo largo de sus 39 partidos (jugó uno por Coppa Italia) ofreció seguridad y se volvió un pilar, tanto por continuidad como por constancia en el rendimiento. Su destacada labor no pasó inadvertida: levantó el interés de varios equipos, de Italia y otros países, según comentó su representante, Vicente Montes.

Si bien una salida en este mercado no se intuye sencilla, sobre todo por el contexto, parece probable que una transferencia ocurra más temprano que tarde si el bonaerense mantiene nivel. Mientras tanto, en Udine tiene garantizadas la titularidad y una buena plataforma para seguir desarrollándose y, por qué no, soñar con adquirir un rol más protagónico en la Selección.

Crédito: AFP/ Marco Bertorrello.

Cristian Romero (Genoa y Juventus).

  • Partidos jugados en la 2018/19: 27 (todos en Liga); 27 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 65% (68% Liga y 0% Copa).
  • Partidos jugados en la 2019/20: 33 (30 en Liga y 3 en Copa); 33 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 77% (75% Liga y 100% Copa).

El ascenso de Romero fue tan meteórico como sólido. Con buenos partidos en Belgrano aun sin llegar a consolidarse como fija -disputó 18 encuentros en total y su mayor racha de apariciones seguidas fue de tres- y una participación como titular en el Sudamericano sub 20 de 2017, dio el salto a Europa y llegó al Genoa, un conjunto algo inestable que igualmente le sirvió para continuar su desarrollo. A pesar de los constantes cambios en el banco (lo dirigieron seis entrenadores), desde que se ganó un lugar no salió y fue uno de los mejores, lo que le permitió pasar a la Juventus, que lo compró en julio de 2019 para dejarlo cedido por una temporada más. Con una muy buena proyección, el Cuti mantiene un progreso tan firme como su juego.

Desde su arribo a Italia, tardó un tiempo en estar disponible y antes de ver acción por la Serie A jugó dos veces con el equipo Primavera (juvenil), pero obtuvo su primera oportunidad en octubre a partir de la contratación de Ivan Jurić en lugar de Davide Ballardini. En su estreno de visitante frente a la Juventus, el croata confió en él y el cordobés rindió bien en el 1-1.

En la siguiente fecha, en el empate en dos ante el Udinese, repitió titularidad y fue protagonista: convirtió el 2-1 parcial, pero fue expulsado tras una falta evitable. Cumplida la suspensión, único motivo por el que faltó en el once esa temporada desde su debut, volvió y encadenó 12 fechas consecutivas de inicio.

«Ha mejorado mucho y puede hacerlo aún más. Estamos felices por él. Debe tener más cuidado, y lo sabe».

Aurelio Andreazzoli, sobre Romero.

Ése es un punto que Romero debe corregir para dar un salto de calidad, ya que esa precipitación y cierta imprudencia en ocasiones lo llevan a arriesgar de más. Es algo que algunos de sus técnicos en Italia han comentado. Luego del único encuentro en el que fue reemplazado esa campaña inicial (salió a los 66′ en un 0-1 contra el Cagliari), Cesare Prandelli, entrenador en ese momento, aseguró que Cristian debía ser menos impaciente, pero se convertiría en un gran jugador. Aurelio Andreazzoli, el 29/09/19, apuntó: «Ha mejorado mucho y puede hacerlo aún más. Estamos felices por él. Debe tener más cuidado, y lo sabe«.

Las 10 amarillas (cuatro en los primeros 10 minutos, un condicionante) y dos rojas que recibió en esa 2018/19 lo prueban -se ubicó igualado en el undécimo y el primer puesto, respectivamente, entre los que más tarjetas de cada tipo recibieron en toda la Liga. La tónica se mantuvo en la 2019/20, con 13 amonestaciones -4° con más en el torneo- y una expulsión (en la 38a jornada, por lo que debe cumplir la suspensión) para un total de 23 amarillas en 57 encuentros de Serie A, un promedio cercano a una cada dos fechas y media.

En esa primera temporada jugó tanto que fue, con 21 años, el defensor más joven en disputar al menos 25 encuentros. Su destacado rendimiento hizo que la Juventus lo comprara y lo cediera al Genoa, donde nuevamente fue una fija y continuó su crecimiento. Poco después del pase, el cordobés aseguró: «Tengo espacio para crecer, comenzando por los aspectos tácticos. También quiero perfeccionar el italiano«.

Romero fue uno de los líderes de la defensa, generalmente de tres centrales más allá de alguna variación a una línea de cuatro, con 30 apariciones por Serie A y tres -con una capitanía- por Coppa Italia. Aparte de por suspensión, que sufrió tres, en la 2019/20 se perdió cinco compromisos por lesión y permaneció en el banco una vez.

En un equipo que peleó el descenso y se salvó en la última fecha, en un 3-0 al Hellas Verona en el que el Cuti hizo un gol (ver arriba) y fue expulsado, el ex Belgrano fue uno de los puntos más altos. Firme por abajo y por arriba, repitió como uno de los jóvenes más destacados en su puesto e incluso mostró un rendimiento equiparable a algunos de los mejores centrales de la Liga.

Entre los defensores con más de 15 encuentros, Romero terminó como el líder en intercepciones (con 75), según SofaScore. También sobresalió en otros rubros, ya que finalizó: 7° en tiros bloqueados (33), 12° en el porcentaje de duelos aéreos ganados (68%), 15° en entradas (52), 17° en más duelos en el suelo y aéreos ganados (90 y 73, respectivamente) y 19° en despejes (119).

En el regreso a la Juventus, el cordobés se encontró con nuevo técnico (Andrea Pirlo) y mucha competencia (Leonardo Bonucci, Matthijs de Ligt, Giorgio Chiellini, Merih Demiral y Daniele Rugani) y se concretó una nueva cesión para él. Esta vez es en el Atalanta, por dos años y con opción de compra, un destino de un nivel más alto -algo idóneo para que continúe su ascenso- en un conjunto que cuenta con un estilo agresivo, dominante, en el que parece encajar bien.

«Estoy muy contento de estar acá, es un gran club. Demostró ser uno de los mejores de Italia y creo que es la decisión adecuada para seguir creciendo«, subrayó en su presentación. También reconoció que tiene que ajustar su disciplina -«Debo mejorar en cuanto a la cantidad de tarjetas que recibo, pero pienso que voy a hacerlo acá«- y se animó a pensar en la mayor: «Tengo muchos sueños y uno es llegar a la Selección«. Parte de los futbolistas seguidos para el combinado albiceleste, el Cuti puede continuar su desarrollo y aprovechar la postergación de la Copa América para intentar meterse en la lista, incluso con la posibilidad de estar en los Juegos Olímpicos.

Crédito: A. Simoes/BVB via Getty.

Leonardo Balerdi (Borussia Dortmund).

  • Partidos jugados en la 2018/19: 0.
  • Porcentaje de minutos: 0%.
  • Partidos jugados en la 2019/20: 8 (7 Liga y 1 UCL); 1 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 3% (4% Liga, 0% Copa, 1% UCL y 0% Supercopa).

Balerdi ejemplifica lo que son las partidas tempranas causadas más por el potencial que se vislumbra que por lo demostrado en competencia. Son fichajes que apuntan más al largo plazo que al impacto inmediato y que en Europa se dan cada vez con mayor frecuencia, sobre todo en determinados clubes. El Dortmund, por ejemplo, en su plantel actual tiene a Jadon Sancho, Mateu Morey y Sergio Gómez, tres jugadores que incorporó sin que debutaran en sus equipos y con pasado en sus seleccionados juveniles.

La del puntano fue una situación similar: antes de llegar a Alemania fue parte del combinado nacional sub 20, pero jugó en Boca, aunque sus cinco partidos se dieron en formaciones alternativas. Entre los minutos en Superliga y con la camiseta argentina mostró condiciones interesantes, como la capacidad para ofrecer una salida clara y aptitudes -con margen para pulirlas- para defender lejos del arco como velocidad y lectura para anticipar.

«Siempre subrayé que Leo va a necesitar tiempo. Mejora cada día y está agarrando buenas sensaciones con el ritmo».

Lucien Favre, sobre Balerdi.

Tras ese puñado de apariciones, arribó en enero y tardó en ser parte de los compromisos del primer equipo. La mayor parte del 2019 jugó con el filial, con el que acumuló 12 partidos. Luego de ir al banco tres veces la temporada pasada, en la 2019/20 formó parte de la convocatoria con regularidad y debutó en diciembre (después de haberlo hecho en la Selección mayor), cuando entró dos veces en una semana: disputó 12′ en un 5-0 al Fortuna Düsseldorf y 7′ en el 2-1 al Slavia Praga en la última fecha de la fase de grupos de la Champions.

A continuación de la victoria continental, Lucien Favre, el técnico, remarcó: «Siempre subrayé que Leo va a necesitar tiempo. Mejora cada día y está agarrando buenas sensaciones con el ritmo«. Desde ahí, entre la Bundesliga y la DFB-Pokal Balerdi encadenó 12 encuentros sin ver acción, hasta que su situación cambió a continuación del parate.

Los cinco cambios le permitieron ser una opción más recurrente e ingresó en cinco ocasiones antes de obtener su primera titularidad. Todas sus apariciones desde el banco (para un total de 51′), sin desentonar, fueron con el resultado a favor y en el medio, como parte del doble cinco delante de una línea de tres.

En el medio de esa seguidilla, Sebastien Kehl, ex jugador y jefe del departamento de profesionales del club, lo elogió. «Los tres (también habla de Mateu Morey y Tobias Raschl) son jugadores muy jóvenes que sin duda tienen un gran potencial. Aceleran en el entrenamiento, se afirman contra la gran competencia. Leo primero tuvo que aclimatarse. Aporta sus fortalezas y ha dado un paso adelante«, dijo en junio en la revista Kicker.

Sin embargo, el cierre del torneo resultó malo para Balerdi: salió de inicio como central por izquierda contra el Hoffenheim, pero falló en dos goles en la derrota por 4-0, al dudar y quedar en el camino. Ése fue su último compromiso, ya que, luego de sumar pocos minutos pese a que buena parte de la 2019/20 del Dortmund estuvo marcada por la fragilidad defensiva (en la consideración de Favre estuvieron por encima Mats Hummels, Manuel Akanji, Dan-Axel Zagadou, Łukasz Piszczek y hasta Emre Can), el puntano recaló en el Marsella a préstamo y con una opción de compra.

En la Ligue 1, en un equipo que viene de terminar segundo, tiene otra oportunidad en la elite, incluso con la posibilidad de disputar la Champions. «Cuando pasé a Alemania fue un gran cambio a nivel cultural, de idioma, de país y de todo en general. A pesar de eso, aprendí y crecí mucho como persona y jugador«, analizó en su presentación en Francia. Es probable que los minutos en la zaga central queden repartidos entre Duje Caleta-Car, Boubacar Kamara, Álvaro González y él, por lo que el movimiento puede representarle una mayor actividad en cancha.

Crédito: Pressefoto Baumann.

Nicolás González (Stuttgart).

  • Partidos jugados en la 2018/19: 33 (30 Liga, 1 Copa y 2 promoción); 26 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 71% (71% Liga, 79% Copa y 71% promoción).
  • Partidos jugados en la 2019/20: 29 (27 Liga y 2 Copa); 23 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 62% (61% Liga y 70% Copa).

Una de las tantas promesas de la cantera de Argentinos y uno de los tantos jugadores potenciados por Gabriel Heinze, González mostró un progreso sostenido en Argentina que cumplió con los «requisitos» para que la transferencia al exterior le llegara con un buen bagaje sobre su espalda: tras debutar, se consolidó en el primer equipo mientras se encaminaba para el ascenso a Primera (para lo que convirtió el gol decisivo) y después creció hasta ser una pieza importante en el andamiaje colectivo. Por eso, si bien emigró tras dos temporadas y su desarrollo fue bastante veloz, contaba con más rodaje que otros jugadores que pasaron a una de las cinco Ligas más importantes.

Su destino fue un Stuttgart que representaba un salto sin que pareciera difícil lograr continuidad, pero que, aun siendo 7° en la 2017/18, ya había dado muestras de la inestabilidad que derivó en el descenso -entre sus dos campañas, al bonaerense lo dirigieron cinco técnicos. Más allá de su experiencia y de la presencia de dos argentinos en el plantel (Santiago Ascacibar y Emiliano Insúa), estaba claro que igual tendría que atravesar un período de adaptación.

Así lo expresó el director deportivo, Michael Reschke, en su presentación: «Nico tiene un gran corazón, una mentalidad combativa y buenos requisitos técnicos. Es versátil en la ofensiva. Estamos muy contentos de haber logrado convencerlo de que se mudara a VfB. Debemos darle tiempo, y se lo daremos, para madurar y no debemos esperar demasiado de él en los primeros meses«. Y así lo sintió el ex Argentinos, que en una entrevista en TyC Sports reconoció: «Vine fascinado, pero con el correr de los meses se me hizo muy difícil. No es fácil para un argentino acostumbrarse a la sociedad más estricta y estructurada de todas«.

Esa aclimatación no le impidió jugar con regularidad, aunque quizá sí se notó en su nivel. González debutó con 59′ en la primera fecha, no vio acción en la segunda y después encadenó 19 apariciones en fila, con 15 titularidades y 14 partidos disputados en su totalidad. En el final de esa racha, interrumpida por una expulsión, se vio su pico de rendimiento en esa 2018/19.

Entre diciembre y febrero llegaron sus únicas participaciones en goles: en un lapso de seis fechas, dio una asistencia en un 2-1 al Hertha, convirtió en jornadas consecutivas para cerrar el 2018 y abrir el 2019 (en caídas contra el Schalke y el Mainz, ver arriba) y luego generó dos tantos en un 2-2 con el Freiburg. Además, fue nombrado debutante del mes en enero.

Cuando volvió de la suspensión mantuvo su presencia permanente, pero alternó más: sólo completó los 90′ en tres ocasiones, entró desde el banco tres veces y en un encuentro fue reemplazado en el entretiempo. Llegó el momento de la promoción y comenzó los dos juegos, con un protagonismo clave: en la ida dio una asistencia, pero en la vuelta se le anuló un gol al Stuttgart por su interferencia y salió a los 45′.

Tras el descenso, González permaneció en el equipo y volvió a ser parte de un ascenso como uno de los mejores futbolistas del conjunto. En la 2. Bundesliga sus zonas de acción fueron similares, alternando entre el medio y las bandas. Con Tim Walter, que dirigió hasta fin de 2019, estuvo más relacionado con zonas centrales, mientras que con Pellegrino Matarazzo se volcó más a los costados, especialmente como uno de los carrileros en el esquema con tres centrales.

Después de perderse los primeros tres encuentros al integrar el plantel que ganó el oro en los Panamericanos de Lima, el ex Argentinos logró un arranque brillante: convirtió un gol en tres de sus primeros cuatro partidos y contribuyó al buen inicio del equipo, que al término de ocho fechas era líder. Luego, repitió ese gran comienzo en el regreso post parate, al marcar en tres jornadas seguidas y festejar ocho veces en los nueve compromisos disputados.

«Nico tiene un gran corazón, una mentalidad combativa y buena técnica. Es versátil en la ofensiva».

Michael Reschke, sobre González.

Aunque mantuvo su condición de titular, su tiempo de juego bajó -pasó de 71% a 61% de minutos en Liga-, ya que se perdió tres encuentros entre suspensión y lesión, fue suplente en dos y formó parte de los cambios, al entrar o salir, con mayor frecuencia (17 veces, más que las 13 en la 2018/19). Sin embargo, eso no le impidió sobresalir y ser uno de los más destacados del campeonato.

Más relacionado con el gol que con el pase final, consiguió muy buenos números ofensivos -sobre todo al haberse desempeñado mayormente por los costados-: finalizó empatado en el 6° puesto de máximos goleadores (con 14), 8° en regates completados (56, con un 58% de acierto) y 12° en tiros (56, con 37 al arco, lo que muestra su acierto), según SofaScore.

Con un gran salto para potenciar su juego aéreo (hizo 4 tantos de cabeza, marca igualada como la sexta mejor en la 2. Bundesliga), González es una amenaza cuando ataca el segundo palo desde el lado débil. Además, tiene la capacidad física y la disciplina para ayudar en defensa y un buen manejo de ambos perfiles, por lo que representa una opción interesante para cualquiera de las bandas.

Lionel Scaloni ya lo convocó y lo utilizó como una pieza externa, donde parece sentirse más cómodo. A la espera de ver si se cumple su deseo y puede dar el salto a un club más importante (a pesar de algún interés, en el contexto actual no parece sencilla una salida y encima sufrió una lesión en la cadera), para Argentina representa una buena opción por nivel, polivalencia y proyección. De ascenso veloz y sólido, el ex Argentinos sueña con seguir creciendo y la Selección lo agradece.

Crédito: EFE.

Santiago Cáseres (Villarreal).

  • Partidos jugados en la 2018/19: 34 (23 Liga, 2 Copa y 9 UEL); 26 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 47% (46% Liga, 40% Copa y 53% UEL).
  • Partidos jugados en la 2019/20: 0.
  • Porcentaje de minutos: 0%.

Éste es un caso singular porque su camino fue el contrario al «lógico». Si el previsible y normal implica ganar minutos paulatinamente, mientras se completa la adaptación, para después lograr más continuidad o hasta asentarse como titular a medida que avanza la temporada, el de Cáseres fue al revés y su curva de minutos fue prácticamente inversa: empezó arriba, pero con el correr de los meses descendió hasta tocar fondo.

Llegado al Villarreal de cara a una campaña con triple competencia, el mediocampista comenzó como una pieza fija y con gran participación: inició las primeras tres fechas de Liga (y dio su única asistencia en el club, en el debut con derrota por 2-1 frente a la Real Sociedad), hasta que sufrió un esguince de rodilla. Sin embargo, eso no modificó su situación, ya que volvió con 17′ en un 1-1 con el Atlético de Madrid y continuó en el once.

Salvo en la primera ronda de la Copa del Rey, en la que no fue convocado para la ida e integró el banco en la vuelta, arrancó los 11 partidos restantes en 2018 (siete a nivel local y cuatro en Europa) y en 10 completó los 90′. Con el conjunto complicado con el descenso, incluso mantuvo su lugar luego del primer cambio de técnico (Luis García reemplazó a Javier Calleja a inicios de diciembre).

«A pesar de su juventud, estamos convencidos de que va a ser un jugador importante en nuestro equipo».

Fernando Rogi Negueroles, consejero delegado, sobre Cáseres.

Pero el 2019 fue diferente, con una pérdida de minutos paulatina. En los primeros días del año se sumó al plantel Vicente Iborra, volante central con mucha experiencia, y entre ese fichaje y el regreso de Calleja, con una visión e ideas renovadas, se puede entender su menor tiempo en cancha.

Cáseres arrancó los cinco primeros encuentros entre los compromisos de Liga y la eliminación en Copa (jugó 386′ de 450 posibles), aunque después permaneció cuatro fechas sin ver acción. En la mitad de esa racha se dio el nuevo enroque en el banco, que no volvió a sufrir cambios hasta el final de la temporada.

El ex Vélez volvió a ser titular y lo hizo en dos jornadas seguidas, pero en ese momento se dio el quiebre en cuanto a su participación. De ahí en más, con dos suspensiones en el medio, en Liga sólo salió de inicio en dos ocasiones y en la Europa League alternó, con 27′ en dieciseisavos (en la vuelta estaba sancionado), 63′ en octavos y 136′ en cuartos, cuando ya estaba relegado en la rotación y la prioridad del equipo era sumar puntos para salir del descenso.

En esa segunda vuelta del torneo, cuando él perdió continuidad, los resultados del Villarreal cambiaron notablemente. En números, hasta la fecha 19 Cáseres comenzó 13 partidos, sumó 1.136’ y el conjunto ganó tres encuentros, empató ocho y perdió ocho. En cambio, en las siguientes 19 arrancó apenas cuatro juegos, disputó 453’ y no vio acción en 10 compromisos. El saldo en ese lapso fue de siete triunfos, seis igualdades y seis caídas.

«Tengo que ponerme un poco más a punto en la dinámica y lo que es el fútbol español. Todavía me estoy adaptando».

Cáseres, después de su segundo partido.

Si bien esa mejora no sólo se debió a la salida del argentino del once (obviamente fue multicausal), sí se trató de una tendencia marcada que puede explicar en parte esa modificación en el desempeño y que seguramente dejó conclusiones en la estructura futbolística del club. En su segunda temporada el bonaerense perdió mucho lugar en la rotación, que también sumó a André Zambo Anguissa en ese puesto.

El ex Vélez no jugó ni un minuto y apenas formó parte de la convocatoria una vez, cuando fue al banco en una caída por 2-1 con el Valencia por la 15a fecha. Lejos de los campos de juego, pasó a préstamo hasta fin del 2020 al América de México, donde sí consiguió cierta regularidad. A falta de saber de qué manera regresa tras la cesión, el Villarreal tiene nuevo entrenador (Unai Emery) y puede que cambie cómo lo consideran y su posición en el conjunto.

Crédito: Genoa.

Claudio Spinelli (Genoa y Crotone).

  • Partidos jugados en la 2018/19: 0/6 (todos por Liga); 2 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 0%/9% (9% Liga y 0% Copa).
  • Partidos jugados en la 2019/20:
  • Porcentaje de minutos:

Transferido a un club con «tradición» en la contratación de argentinos como el Genoa, Spinelli entra en el grupo de los jugadores que no se pudieron asentar en Europa y regresaron rápidamente al fútbol argentino. Desde la falta de adaptación o las pocas oportunidades para demostrar hasta una competencia interna exigente o inestabilidad en el club que influye en el rendimiento del equipo, las causas para una vuelta prematura pueden ser varias, siempre personales y particulares.

Llegado a un lugar en el que brillaron compatriotas como Diego Milito o Rodrigo Palacio, el delantero que venía de sobresalir en San Martín de San Juan (marcó siete goles en 13 partidos) apenas pudo disputar algunos amistosos con la camiseta del conjunto genovés antes de salir por primera vez. Tras no ser convocado para la primera ronda de la Coppa Italia, a los pocos días emigró a préstamo al Crotone de la Serie B.

Sin embargo, en ese nivel inferior tampoco encontró continuidad. Disputó 8′ en la primera fecha del torneo (derrota por 3-0 al Cittadella) y pasó dos partidos en el banco antes de volver a participar, con 25′ en el 1-2 frente al Hellas Verona. Permaneció afuera tres jornadas y reapareció con su primera titularidad, en la que logró su único gol al abrir el marcador en el 2-1 al Padova.

A pesar de ese tanto, de ahí en más apenas tuvo tres apariciones más, dos como recambio (8′ en el 1-1 con el Capri de la 11a fecha y 21′ en el 0-1 con el Cosenza de la 13a) y una de arranque (salió en el entretiempo del 1-1 con el Venezia por la 16a). En siete ocasiones integró el banco (llegó a 11 en el torneo) y en dos no formó parte de la convocatoria (pasó tres veces en total). En el medio también fue suplente en la eliminación por Coppa Italia.

En los últimos días de enero regresó al Genoa para volver a salir cedido, con destino nacional: Argentinos, donde tuvo continuidad. Completado el semestre, retornó para derivar en otro préstamo, a Gimnasia y Esgrima La Plata, donde comenzó como titular y de a poco perdió lugar. Finalizado el plazo, otra vez está en el norte de Italia y, con un contrato vigente, aún debe definir su situación de cara a la 2020/21.


Temporada 2017/18.

Crédito: Imago Images.

Lucas Alario (Bayer Leverkusen).

  • Partidos jugados en la 2017/18: 26 (23 Liga y 3 Copa); 18 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 52% (54% Liga y 36% Copa).
  • Partidos jugados en la 2018/19: 36 (27 Liga, 2 Copa y 7 UEL); 17 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 45% (41% Liga, 60% Copa y 57% UEL).
  • Partidos en la 2019/20: 35 (24 Liga, 4 Copa, 5 UCL y 2 UEL); 19 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 43% (38% Liga, 67% Copa, 39% UCL y 63% UEL).

La de Alario es una situación útil para ver cómo puede mejorar un jugador en Europa aun sin ser titular indiscutible. En sus tres temporadas en el Leverkusen tuvo un rol parecido, como alternativa en ataque, y una participación similar, aunque con un ligero descenso (52%-45%-43% en general y 54%-41%-38% en Bundesliga), pero eso no le impidió desarrollarse y reaparecer en la Selección como una pieza muy considerada.

Además, a lo largo de estos años dejó frases y conceptos interesantes sobre los cambios con respecto a la Superliga y su incersión en Alemania. En 2018, en una entrevista con Clarín aseguró: «Es totalmente diferente por el muy alto ritmo al que se juega durante 80 u 85 de los 90 minutos. Por eso uno tiene que estar muy bien preparado física y mentalmente para poder soportarlo«.

En la misma línea, en una nota de marzo en Olé describió: «Es un fútbol muy ofensivo. Es muy difícil encontrar partidos que terminen 0-0: hay muchos goles, se ataca y contraataca continuamente, no hay descanso. Se juegan los 90′ a un mismo nivel: es muy vertical. Terminás de hacer un pique y ya tenés que estar preparado para dos más. En Argentina el juego me daba tiempo para hacer una pausa y tomar aire, porque es más cortado, hay muchas faltas, se va la pelota… Acá se juega mucho más rápido, aunque con el tiempo te vas acostumbrando«.

Y sumó: «Sufrí mucho el cambio en el ritmo de juego, también un poco los entrenamientos. Me costaron las dos cosas, aunque a mí me importa más lo futbolístico que lo externo. Igual, hoy me puedo comunicar con mis compañeros en la cancha, algo que al principio no podía y era feo«.

«Acá se juega mucho más rápido. Sufrí mucho el cambio en el ritmo de juego, también un poco los entrenamientos».

Alario, sobre su adaptación.

En 2019, luego de sobresalir en una gira con la Selección al convertir ante Alemania y Ecuador, habló en FOX Sports y analizó el contexto para quienes llegan a ese campeonato, su crecimiento y la plataforma que representa la elite para crecer. «Puede ser que a los futbolistas sudamericanos les cueste más adaptarse a la Bundesliga que a otras Ligas. No pasa tanto por la Liga, sino por la vida, la cultura y la forma de vivir que tienen, que es dura porque son fríos como el clima, ja. Cuesta al principio, pero me la banqué y acá estoy«, aseguró.

Siguió: «Yo mismo me noto más fuerte físicamente. Antes a lo mejor llegaban los 60 minutos y no daba más, pero mis compañeros pasaban, corrían, pasaban, corrían. Eso es tiempo, era normal que me sucediera eso. Sabía que era cuestión de tiempo y más que nada de entrenarse uno mismo, un turno, dos o lo que uno vea que le hace falta o que necesita. Siempre hay que tratar de perfeccionar eso. Puedo decir que ahora estoy bien físicamente. Por más dura que sea la vida o la cultura acá, la verdad es que físicamente vuelan y es oportuno que estoy en esta Liga para tratar de sacar el mayor provecho«.

Sobre cómo se plasman esos cambios, subrayó: «El salto que pegué en el gol contra Ecuador fue porque me siento mucho mejor físicamente, con mucha más potencia. Yo mismo vi reflejado que sin tanto recorrido traté de elevarme bastante alto para ganar la posición. Creo que eso es el entrenamiento que llevamos día a día acá. Es más, dos días antes hicimos un reducido y en la merienda me llamó Scaloni y me preguntó si me entrenaba todos los días así. Pensé que había estado mal, pero me dijo que los valores de GPS estaban más altos. Le contesté que estaba acostumbrado a entrenarme de esa manera en Alemania, a veces hasta un día antes del partido«.

Y cerró: «En estos dos años que estoy acá a lo mejor los esperaba de otra manera en cuanto al tiempo de juego, pero siempre trato de sacar lo positivo y eso es que físicamente mejoré un montón«. Esa escasa participación, que se aprecia en la paulatina caída de su porcentaje de minutos, se debió principalmente a dos factores: un cambio de entrenador y la evolución de dos compañeros -lo que hizo más peleada la competencia interna.

La primera temporada fue en la que Alario tuvo mayor rodaje. Debutó con un festejo y una asistencia en 85′ en la victoria por 3-0 al Hamburgo y consiguió tres tantos en cinco titularidades en fila (una por Copa). Después de un pequeño bajón a fin de 2017, con tres suplencias en cuatro fechas, inició el 2018 en un muy buen nivel: en enero marcó dos veces frente al Hoffenheim (4-1) y en marzo logró dos encuentros consecutivos con un grito y un pase gol (2-1 al Wolfsburgo y 2-0 al Borussia Mönchengladbach). Tras una suspensión por tres jornadas, regresó y cerró la Bundesliga con un doblete en el 3-2 al Hannover.

En la 2018/19, con triple competencia, mantuvo esas intermitencias en actividad y rendimiento. En los primeros cinco partidos salió desde el arranque en tres oportunidades y se quedó en el banco en dos. Esto resultó recurrente, ya que esa campaña fue en la que menos formó parte del once inicial. No vio acción en nueve ocasiones y entre la 9a y la 21a fecha sólo comenzó un compromiso, con apenas 231′ de 1.170 posibles (el 20%).

«Estos dos años en Alemania los esperaba de otra manera en cuanto al tiempo de juego, pero físicamente mejoré un montón».

Alario, sobre su situación y su crecimiento.

Dentro de esa racha, de cara al 2019 se produjo la llegada de Peter Bosz en lugar de Heiko Herrlich, cambio que perjudicó al santafesino en sus minutos. Con el alemán disputó 2.799’ en 46 encuentros (29 de titular), con 17 tantos y 8 asistencias, mientras que con el neerlandés lleva 2641’ en 52 (25), 19 y 4. En Liga la brecha es más grande: 37 juegos con ambos, pero 24 desde el principio y 2.239’ con Herrlich (11 festejos y 7 pases gol) y 15 y 1.722’ con Bosz (14 y 4).

Además, la transformación permanente de Kevin Volland a centrodelantero (alternaba presencias como delantero, incluso como dupla de ataque del argentino, con otras como extremo o mediapunta) y la evolución de Kai Havertz, que pasó a ser un jugador más determinante e influyente y hasta capaz de desempeñarse de gran manera como punta -como se vio en mayo, en el regreso tras el parate-, representaron menos oportunidades para Alario.

Por eso, como Bosz generalmente utilizó sólo un «9», independientemente de la distribución de las otras piezas por detrás, el ex Colón y River quedó relegado. Alternó mucho y, pese a que la triple competencia le abrió espacio para meterse en el equipo, en general fue utilizado como recambio, como muestra que jugó el 43% de los minutos en la 2019/20. También lo grafica que en el inicio de la campaña, después de cerrar la 2018/19 con un hat-trick contra el Hertha, tuvo que esperar cinco partidos (con una suplencia en la DFB-Pokal) para ser titular.

Eso no quiere decir que no se haya destacado, porque logró buenos momentos. Por ejemplo, un gol y una asistencia en un 2-2 con el Werder Bremen, un doblete frente al Schalke (2-1) -en el medio de dos suplencias-, un festejo contra el Bayern Munich, tres tantos en cuatro partidos de Copa o un grito en la ida y otro en la vuelta de los dieciseisavos de la Europa League ante el Porto.

Sin embargo, su poca continuidad, la suplencia en la final copera ante el Bayern y los 5′ en los cuartos europeos contra el Inter generaron en Alario el deseo de salir para poder tener más actividad, como incluso reconoció su representante. Cuando aparecían destinos factibles en otras Ligas importantes, su situación en el Leverkusen parece haber tenido un giro favorable, ya que Havertz y Volland fueron transferidos.

Si bien se incorporó Patrik Schick, en su experiencia en el club y la competencia y en su conocimiento de lo que pretende Bosz cuenta con dos ganancias intangibles que posiblemente lo posicionen de mejor manera en la pelea interna. Por crecimiento y madurez (27 años), el santafesino está en un momento en el que puede revertir la tendencia descendente en sus minutos y despegar definitivamente en Europa.

Crédito: AFP.

Santiago Ascacibar (Stuttgart y Hertha).

  • Partidos jugados en la 2017/18: 31 (29 Liga y 2 Copa); 29 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 81% (80% Liga y 95% Copa).
  • Partidos jugados en la 2018/19: 28 (1 promoción); 28 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 76% (79% Liga, 0% Copa y 50% promoción).
  • Partidos jugados en la 2019/20: 15 (13 Liga y 2 Copa); 15 de titular/9 (8 Liga y 1 Copa); 8 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 74% (70% Liga y 100% Copa)/46% (41% Liga y 100% Copa).

Con 83 partidos y 80 titularidades en sus tres temporadas en Alemania, Ascacibar es uno de los pocos futbolistas que se ganaron un lugar inmediatamente y jugaron regularmente. Desde que salió de Estudiantes, tanto en el Stuttgart como en el Hertha disputó todos los encuentros salvo cuando estuvo impedido por suspensión o lesión. Siempre, además, consolidado como un elemento importante más allá del entrenador de turno (entre los dos clubes vivió seis cambios de técnico).

Sin mostrar problemas con la dinámica de la Liga, que es una de las de más ida y vuelta y más contraataques de Europa, el Ruso encontró inmediatamente su lugar y una plataforma para crecer. «Creo que la Bundesliga te da un nivel un poquito superior en cuanto a lo internacional, por la experiencia, el roce y el ritmo. Uno siempre tiene que estar a esa altura, estar cada entrenamiento al ciento por ciento y concentrado. Cada detalle te hace un jugador más completo. Acá, todas esas cosas tienen que ver: el día a día, entrenarse y siempre intentar superarse«, subrayó este año en «El show de la Oral» en Radio Rivadavia.

Ese desarrollo se da tanto por la continuidad de minutos como por la calidad de las prácticas y de la competencia, como remarcó: «La diferencia en los entrenamientos entre Argentina y Alemania está en la velocidad del juego. Por ahí acá necesitan menos contactos para hacer lo que en Argentina lleva un tiempo más. Yo veo disparidad por el lado de la intensidad. Eso hace que todos los ejercicios sean más rápidos e intensos, desde una combinación pases hasta un cinco contra cinco o un 11 vs. 11«.

«Por ahí acá necesitan menos contactos para hacer lo que en Argentina lleva un tiempo más. Eso hace que todos los ejercicios sean más rápidos e intensos».

Ascacibar, sobre las diferencias que notó en Alemania.

Si se juega como se entrena, en los partidos se ve una rapidez generada por aspectos físicos, técnicos y tácticos (muchos equipos se predisponen para lastimar de contra y trabajan mecanismos para explotar esas acciones, lo que deriva en un ida y vuelta). «La Bundesliga tiene mucha intensidad. Se juega a un nivel, a un ritmo muy rápido y uno tiene que adaptarse rápidamente a esos cambios, a hacer controles orientados, a esa forma rápida de estar atento, de estar bien perfilado y ubicado. Todo eso lo fui aprendiendo con el correr de los años«, explicó Ascacibar para comenzar con las diferencias con la Superliga.

Y siguió: «El cambio que más noté de Argentina a Alemania es el ritmo. El ritmo con el que se juega, la velocidad que tienen los contragolpes. Es un juego muy directo y rápido, y todas esas cosas hacen diferencias con el fútbol argentino«.

Tras no ser convocado para el primer compromiso desde su llegada (fue apenas cuatro días después de su presentación), disputó 28’ en la caída por 3-1 contra el Schalke y la semana siguiente ya formó parte del once en la victoria por 1-0 al Wolfsburgo. Ésa fue la primera de sus 27 titularidades en Bundesliga esa temporada, en la que se ausentó tres jornadas por suspensión, la única causa por la que se perdió encuentros en toda su etapa el Stuttgart.

En la 2017/18 jugó los 90’ en 19 de las 27 veces que salió de inicio (aunque varias sustituciones fueron cerca del final), un registro que aumentó en la temporada siguiente, ya que fue reemplazado en apenas uno de los 28 partidos que comenzó (27 por Bundesliga y uno en la promoción). En esa 2018/19, su regularidad sólo se vio interrumpida por tres suspensiones: dos por acumulación de amarillas y otra, en el último tramo, por seis fechas luego de una expulsión.

La continuidad liguera, que también se replicó en la Copa (salvo en la 18/19, fue titular siempre y disputó la mayoría de los minutos) y en la segunda división (participó en 13 de los 18 encuentros antes de su transferencia, todos desde el arranque y con un rol distinto, como un interior de recorrido y más llegada), incluso trascendió los constantes cambios en el banco que vivió tanto en el Stuttgart como, este 2020, en el Hertha. En las dos campañas y media que pasó en el conjunto del sur fue dirigido por cinco técnicos, una rareza en el fútbol alemán y prueba de las dudas en el club que derivaron en el descenso.

Cuando se mudó a Berlin, el técnico era un Jürgen Klinsmann que lo consideraba una pieza importante -jugó todos los minutos en los cinco encuentros que coincidió con él- y le dedicó elogios (en una de sus conferencias dijo que era un salto de calidad y destacó su anticipación y ubicación), pero el alemán se fue sorpresivamente tras sólo 10 juegos. Lo sustituyó, por cuatro compromisos, Alexander Nouri, con quien también permaneció en cancha todo el tiempo posible antes de que llegara Bruno Labbadia, quien permanece en el puesto y dirigió los nueve partidos tras el parate: Ascacibar disputó 3’ en el único en el que estuvo disponible, ya que sufrió una fractura en el pie. Recuperado, el Ruso busca ponerse a punto para ganarse un lugar en un mediocampo que, ante la llegada de Lucas Tousart, cuenta con mayor competencia.

Crédito: AP.

Juan Foyth (Tottenham).

  • Partidos jugados en la 2017/18: 8 (2 EFL Cup, 5 FA Cup y 1 UCL); todos de titular.
  • Porcentaje de minutos: 15% (0% Liga, 100% EFL Cup, 71% FA Cup y 17% UCL).
  • Partidos jugados en la 2018/19: 17 (12 Liga, 1 EFL Cup, 2 FA Cup y 2 UCL); 14 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 24% (26% Liga, 20% EFL Cup, 100% FA Cup y 9% UCL).
  • Partidos jugados en la 2019/20: 7 (4 Liga y 3 UCL); 3 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 6% (2% Liga, 0% EFL Cup, 0% FA Cup y 27% UCL).

Cuando el Tottenham incorporó a Foyth, estaba claro que lo pensaba como un proyecto a desarrollar para “disfrutar” en el futuro. No sólo por su edad (19 años), sino por el contexto. El equipo venía de completar su mejor temporada en la historia de la Premier (2° con 86 puntos, a siete del Chelsea), con un excelente funcionamiento que tenía una de sus varias fortalezas en la defensa, la menos vencida de la Liga con apenas 26 tantos recibidos.

A la solidez mostrada por Toby Alderweireld y Jan Vertonghen se sumaba un Eric Dier de gran rendimiento como líbero y, además, de cara a la 2017/18 los Spurs sumaron a Davinson Sánchez en su compra más cara hasta ese momento. Por eso, el escenario para Foyth era claro: no sería parte del grueso de la rotación, al menos al inicio, sino que tendría minutos en partidos de Copa hasta que surgiera -o se ganara- una oportunidad. Un proceso supervisado por un especialista en el desarrollo de jóvenes como Mauricio Pochettino, que incluso lo llamó y lo convenció de ir a Londres.

Esa situación se reflejó en su primera temporada, en la que no participó de la Premier y disputó 720′ (270′ en su primer semestre), distribuidos en siete encuentros coperos (dos en la EFL Cup y cinco en la FA Cup) y uno por Champions, en la visita de un ya clasificado Tottenham al APOEL. En la 2018/19, ya asentado tras pasar una campaña en el equipo -«Acá se trabaja mucho lo físico, es una Liga muy física. Obviamente que en el primer año los entrenamientos me costaban, después ya fui agarrando el ritmo. Pero creo que lo que más cambia es eso, la intensidad y la forma de trabajar en el gimnasio, con diferentes máquinas«, señaló este año en «El show de la Oral» en Radio Rivadavia-, el panorama cambió y comenzó a jugar más, especialmente a partir de las lesiones de Sánchez y Vertonghen.

Tras ser uno de los mejores en el triunfo por la EFL Cup frente al West Ham por 3-1 (ver arriba), Foyth debutó en Liga y fue titular en cinco fechas consecutivas, con dos clásicos incluidos (vs. Chelsea y Arsenal), en las que ganó mucha experiencia: cometió dos penales en la primera (3-2 al Wolverhampton), pero en la segunda revirtió esa imagen y anotó el único tanto en el 1-0 al Crystal Palace. Tras ese estreno goleador, Pochettino lo elogió: «Estoy muy contento. Estuvimos hablando durante la semana, que eso es el fútbol. Cuando uno es defensor central, y yo lo fui, está involucrado en este tipo de situaciones, pero la confianza y el respaldo hacia él es enorme de parte del club, de nosotros y de sus compañeros. No hay dudas de que su potencial y su calidad serán muy útiles para el equipo«.

Otra demostración de confianza de parte del santafesino llegó en febrero de 2019, cuando el ex Estudiantes formó parte del once inicial en la ida de los octavos de Champions contra el Dortmund y estuvo a la altura en el 3-0. «Estoy muy contento por él, estuvo fantástico. Obviamente, aún necesita mejorar y aprender. Es muy valiente, más valiente de lo que la gente cree. La primera acción fue increíble. Después cometió algunos errores porque quería jugar, pero prefiero a los jugadores que se equivocan intentando jugar. Me encantan los que toman riesgos y son tan valientes como él«, subrayó el entrenador.

Como el Tottenham siguió su camino hasta la final y se dieron rotaciones, el platense sumó participación en la Premier y fue titular en tres de cuatro partidos en abril. Incluso rindió bien como lateral ante el Manchester City y el West Ham, en complicados duelos contra Raheem Sterling y Leroy Sané y Felipe Anderson, respectivamente.

«Obviamente, aún necesita mejorar y aprender. Es muy valiente, más valiente de lo que la gente cree».

Pochettino, sobre Foyth.

Esta temporada aparecía como la continuidad de su progreso y participación ascendente e incluso se asomaba como el «4» titular (jugó de arranque los amistosos ante el Real Madrid y el Bayern Munich), pero dos situaciones lo impidieron. Primero se lesionó el tobillo y así volvió a verse imposibilitado de completar una etapa preparatoria -como le pasó en 2017 por llegar sobre el final del mercado y en 2018 y 2019 por percances físicos. Luego, la llegada de José Mourinho en reemplazo de Pochettino lo perjudicó.

Más allá de la diferencia en el estilo de juego (su características son más aptas para lo que proponía el argentino), Foyth quedó relegado. Recibió su primera oportunidad en la última fecha del grupo de Champions, con el equipo clasificado, y cumplió en la derrota por 3-1 contra el Bayern. A continuación, entró 1′ ante el Wolverhampton (2-1) y fue titular contra el Norwich, cuando falló en un gol y salió en el entretiempo. Desde ahí, no sumó minutos y fue al banco dos veces en la FA Cup. Después de superar una pubalgia parecía que podía volver a entrar en consideración de cara al regreso del fútbol en Inglaterra, pero sufrió la rotura del menisco externo de la rodilla derecha.

Sin minutos, su salida es muy posible, a préstamo o de manera permanente. Tanto el club como Foyth parecen desearlo y, más allá de diversos rumores, es claro que no le van a faltar propuestas con un mayor tiempo de juego, algo que necesita para continuar con su desarrollo.

Crédito: EFE.

Ezequiel Ávila (Huesca y Osasuna).

  • Partidos jugados en la 2017/18: 35 (todos en Liga); 27 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 57% (58% Liga y 0% Copa).
  • Partidos jugados en la 2018/19: 36 (34 Liga y 2 Copa); 22 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 60% (58% Liga y 100% Copa).
  • Partidos jugados en la 2019/20: 22 (20 en Liga y 2 en Copa); 18 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 44% (46% Liga y 18% Copa).

El del «Chimy» es un caso con asterisco porque llegó al Huesca cuando estaba en Segunda, pero en esa 2017/18 ascendió a Primera y, además, el rosarino ha sido una pieza importante de sus equipos en las tres temporadas que lleva en Europa. En su primer conjunto, en las dos divisiones mantuvo una participación similar (57% y 60% de minutos a nivel general e idéntico 58% en Liga), mientras que en el Osasuna, en esta 2019/20, era una fija hasta que en enero se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda.

Después de una campaña en la que fue suplente y alternó en San Lorenzo, Ávila llegó a España por un convenio y por recomendación de Leo Franco, quien lo conocía del Ciclón y estaba relacionado a la entidad de Aragón al haberse retirado ahí (además, dirigió algunos partidos en la 2018/19). Comenzó con un papel relevante, al ser titular en tres de las primeras cuatro fechas, pero luego perdió el lugar: integró el banco en los siguientes ocho partidos y en tres no jugó.

Ése fue el momento más delicado para él en la adaptación, ya que entre la falta de minutos y una situación personal le costó asentarse. «Fue complicado mi arranque. Mi mujer sufre fobia, no puede viajar en avión. Llegué y a la vez pensaba si mi mujer iba a venir o no. El míster y el club se portaron muy bien, me dejaron que fuera a por ella a Argentina. Con mis hijas y mi mujer aquí ya vi la realidad de otra forma«, aseguró en una nota en Marca.

Tras pensar en irse y hasta habérselo planteado a Rubi, el técnico -«Tuve una charla con él y le dije que me quería ir porque sentía que no tenía lugar. Él me dijo que tenía la oportunidad y que dependía de mí. Me dijo que dejara la ira y que usara la cabeza para revertir la situación«, contó en el diario español-, reapareció de inicio en la victoria en el clásico contra el Zaragoza (3-1) y se volvió una constante en el once. A partir de ahí, comenzó 24 de los 30 encuentros siguientes, con una seguidilla de 11 titularidades en fila. Se ausentó en dos oportunidades por suspensión, tres veces fue suplente (en una no ingresó) y en una ocasión no formó parte de la convocatoria.

Jugando generalmente como extremo o mediapunta, Ávila logró rendimientos muy buenos. Cerró el 2017 con dos goles en tres juegos y empezó el 2018 con otros dos en tres, además de que en abril sobresalió frente al Barcelona B con un grito y una asistencia en el 2-1. Con aportes consistentes y mucha entrega, el rosarino se ganó rápidamente el cariño de los hinchas y se volvió uno de los preferidos. Terminado su préstamo, se negoció una nueva cesión y regresó para el debut del club de Aragón en Primera.

En la 2018/19, el Chimy comenzó relegado y de a poco volvió a ganarse un lugar hasta ser de lo más destacado del conjunto. Luego de arrancar apenas uno de los primeros seis encuentros, formó parte del once tres fechas consecutivas antes de volver a perder terreno e iniciar dos de las siguientes 14 jornadas -con una lesión y una suspensión en el medio. En la segunda ronda liguera su importancia creció: disputó 1271′ y fue titular 14 veces, contra 715′ y seis.

Con más actividad en zonas centrales (ver abajo), también se relacionó más con el área y mejoró sus números. Con un ligero incremento en tiros por partido (de 1,7 a 1,9), alcanzó el doble dígito en goles al llegar a 10 (frente a siete la campaña anterior) y redujo su frecuencia anotadora (de 313′ a 200′ por tanto), según SofaScore. Tras marcar sólo una vez en la primera vuelta -un golazo ante el Athletic-, en la segunda se destapó: gritó nueve veces en 14 fechas, entre la 22a y la 35a, con un doblete al Girona y festejos para sumar contra el Sevilla (hizo el 2-1 al 98′), el Celta (3-3), el Levante (2-2), el Eibar (2-0) y el Villarreal (1-1).



El aporte de Ávila no alcanzó para evitar el descenso, pero él igualmente se quedó en LaLiga al ser transferido al Osasuna, que volvía tras ser campeón de Segunda. Ahí continuó con su desarrollo, al ser una pieza vital en el sistema de Jagoba Arrasate que sorprendió por su presión y energía y fue un escollo para los rivales durante toda la temporada. Con el 4-4-2 como base, el equipo y el rosarino, que fue una fija en la doble punta, se retroalimentaron.

El Chimy empezó la campaña con el único festejo del 1-0 al Leganés y no volvió a convertir hasta la 8a jornada, aunque entre noviembre y diciembre brilló y mostró un nivel espectacular: hizo seis tantos en seis encuentros (se perdió uno por suspensión), con dos juegos con gol y asistencia (ante el Alavés y el Espanyol) y un doblete frente a la Real Sociedad como destacados. En enero siguió encendido, al gritar en el 1-1 con el Celta (empató a los 83′) y dos veces por Copa (vs. Haro Deportivo y Recreativo) en cinco partidos, hasta que se lesionó contra el Levante mientras se esforzaba para intentar robar.

Cuando estaba entre los goleadores del torneo, era una de las sensaciones de LaLiga y había sonado para el Barcelona y el Atlético de Madrid -«Las características de Ávila son de mucho trabajo, es sanguíneo y muestra mucha ayuda a sus compañeros. Es un jugador que a nosotros nos gusta, claro que nos gusta«, señaló Diego Simeone después de un enfrentamiento en el Wanda Metropolitano-, la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda hizo que se perdiera el resto de la temporada. Una vez recuperado y en la preparación para la 2020/21, el rosarino recibió un nuevo golpe al sufrir la misma lesión, pero en la otra pierna. Ya iniciado un nuevo camino de recuperación, avisó que se dedicará al máximo para superar otro obstáculo y volver.

Crédito: ANSA.

Nehuén Paz (Bologna y Lecce).

  • Partidos jugados en la 2017/18:
  • Porcentaje de minutos:
  • Partidos jugados en la 2018/19: 2 (todos en Liga); 1 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 3% (3% Liga y 0% Copa).
  • Partidos jugados en la 2019/20: 4 (3 en Liga y 1 en Copa);2 de titular/13 (todos en Liga); 10 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 10% (6% Liga y 50% Copa)/55%.

Transferido de Newell’s al Bologna en enero de 2018, Paz apenas pasó unos días en Italia antes de regresar a Argentina para jugar por un semestre en Lanús. De regreso tras el final del préstamo, en la 2018/19 no contó con un rol de gran relevancia y apenas apareció en un par de partidos. De hecho, entre la Serie A y la Coppa Italia fueron más las veces que se quedó en el banco (28) o que no formó parte de la convocatoria (cinco, más tres ausencias por lesión) que las que jugó.

Su debut fue en la sexta fecha, cuando salió de inicio en la cancha de la Juventus y disputó los 90′ en la caída por 2-0. Sin embargo, desde ahí tuvo que esperar hasta la segunda vuelta para volver a tener acción. Aun con tres duelos coperos en el medio, donde se suele rotar y alinear onces alternativos, no participó hasta la 30a jornada, al entrar para los 23′ finales de la derrota frente al Atalanta (4-1).

En la 2019/20 la situación del ex All Boys resultó similar, ya que recién contó con minutos en noviembre. Hasta que ingresó para sumar 6′ y asistir el empate en el 2-2 con el Parma, fue suplente en 10 oportunidades y no firmó planilla en tres (una por Copa). Poco después de ese rato por Liga, jugó todo el encuentro en la eliminación en la cuarta ronda con el Udinese (4-0). Tras permanecer seis compromisos ligueros en el banco, apareció con 21′ contra el Hellas Verona (1-1) y completó todo el partido en el 3-1 frente a la SPAL.

Sobre el final de enero, Paz pasó a préstamo a un Lecce que estaba en la pelea en la zona roja de la tabla y finalmente bajó a la Serie B. En el conjunto del sur sí logró más continuidad, aunque al principio le costó: en las primeras tres fechas ingresó un rato (8′ en el 4-0 al Torino, 1′ en el 3-2 al Napoli y 11′ en el 2-1 a la SPAL) y luego pasó otras tres como un relevo inutilizado. Pero desde la vuelta del fútbol agarró la titularidad y no la soltó: inició 10 de las últimas 11 jornadas (en la última estaba suspendido) y en siete ocasiones disputó los 90′.

Concretado el descenso y terminado su ciclo ahí, el ex Newell’s vuelve a estar en las filas del Bologna, aunque en Italia se habla de una cesión al Crotone. A falta de saber si sale una vez más o permanece en el plantel para pelear por un lugar, al menos en la 2019/20 consiguió rodaje y más experiencia en el fútbol italiano.

Crédito: Javier López/EFE.

Esteban Rolón (Málaga y Genoa).

  • Partidos jugados en la 2017/18: 10 (8 Liga y 2 Copa); 7 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 15% (13% Liga y 52% Copa).
  • Partidos jugados en la 2018/19: 20 (19 Liga y 1 Copa); 11 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 32% (30% Liga y 50% Copa).
  • Partidos jugados en la 2019/20: 8 (7 Liga y 1 Copa); 4 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 7% (5% Liga y 70% Copa).

El de Rolón es un caso distinto y particular porque está enmarcado dentro de un contexto tan especial como perjudicial. Comprado por un Málaga que se preparaba para su décima temporada consecutiva en LaLiga (en un período que incluyó una gran participación en Champions al llegar a cuartos), el lugar podía parecer apropiado para continuar su desarrollo tras ser una pieza importante del Argentinos de Gabriel Heinze que ascendió a Primera. Sin embargo, ya desde la gestión de la transferencia comenzaron los problemas.

Aparte de que su incorporación no partió de una recomendación del director deportivo, Francesc Arnau, quien no asistió a su presentación, la negociación del jeque Abdullah ben Nasser Al Thani, que duró más de un mes, incluyó intermediarios y derivó en un juicio en el que el propio jugador debió declarar como testigo. Este conflicto refleja la mala administración del club, que derivó en problemas financieros y un control externo sobre sus movimientos.

Incorporado a los entrenamientos cerca del inicio de la campaña, Rolón se perdió la jornada inaugural, faltó en una convocatoria y pasó un partido en el banco antes de debutar con 70′ en una caída por 1-0 ante el Atlético de Madrid. Surgió con un rol de cierta relevancia al salir de inicio cinco veces entre la 4a y la 9a fecha, incluidos enfrentamientos con el Valencia (0-5), el Sevilla (0-2) y el Barcelona (0-2), pero rápidamente perdió protagonismo.

«Viene a sumar, como todos, y a mejorar el equipo. El fútbol argentino es diferente al nuestro, es un cambio importante».

Míchel, sobre Rolón.

Tras ingresar para 22′ en la ida de la serie de Copa, entró 1′ frente al Celta y alternó en los siguientes compromisos: intercaló dos titularidades con dos suplencias, al faltar contra el Villarreal y el Real Madrid y jugar 57′ y 72′ con el Deportivo y el Numancia (en la vuelta), respectivamente. Ésas fueron sus últimas apariciones en la 2017/18, todas en el primer semestre: desde diciembre no volvió a participar en una temporada que terminó con el descenso a Segunda.

Para la 2018/19, el misionero salió a préstamo al Genoa, donde sumó más rodaje: aunque no vio acción hasta el 06/12, disputó 20 encuentros y en 11 integró el once (uno por Coppa Italia). Incluso tuvo 90′ frente a la Juventus (2-0) y el Inter (0-4). Prácticamente todos sus partidos fueron con Cesare Prandelli como entrenador, ya que no integró la rotación con Davide Ballardini, con Ivan Jurić contó con 105′ en una eliminatoria copera y Prandelli -que lo elogió en diversas conferencias- lo utilizó en 1040′ a lo largo de 19 ocasiones.

De regreso en España, la situación del ex Argentinos no cambió y sólo participó por tramos, en el comienzo y el cierre de la campaña. En el primer semestre fue titular tres veces, dos por Liga (en ambas derrotas salió en el entretiempo) y una por Copa (63′ en el 0-2 con el Escobedo). No jugó hasta la reanudación después del parate, cuando entró en el 0-0 con el Tenerife (3′ en la 33a fecha), en el 2-0 al Girona (1′ en la 36a), en el 0-0 con el Rayo Vallecano (7′ en la 37a) y en el 1-0 al Deportivo (37′ en la 39a). Luego, comenzó la última jornada ante el Almería y salió a los 68′ del 0-0 para completar sus ocho apariciones.

«Tiene la capacidad de trabajar cada día con intensidad y agresividad. Es un futbolista muy serio, me encanta cómo entrena».

Cesare Prandelli, sobre Rolón.

A lo largo de las dos etapas en el Málaga, su continuidad también estuvo muy ligada a un técnico, ya que con el primero con el que coincidió fue con quien pasó más tiempo en cancha: con Michel, que dirigió 33 partidos, disputó 515’ en 10 encuentros. Después, pasaron José González (19 juegos a cargo y 0’ del ex Argentinos), Víctor Sánchez (33 y 153’ en tres compromisos para el misionero) y Sergio Pellicer (el actual, lleva 20 cotejos y lo alineó cinco veces para 115’).

Dentro de una delicada situación financiera, el club anunció el 24/08 que iniciaría un «procedimiento de despido colectivo» para modificar el plantel y reducir gastos. Al estar en el último año de su contrato, no tener un rol de gran relevancia y no ser una inversión justificada en cuanto a sueldo y producción, Rolón parecía entrar en ese grupo, pero no se anunció su desvinculación y aún es parte de los entrenamientos y los amistosos preparativos. Su situación aún no parece definida y, en una entidad tan inestable y con el interés de varios conjuntos argentinos en incorporarlo, puede cambiar en cualquier momento.

Crédito: EFE.

Emanuel Cecchini (Málaga).

  • Partidos jugados en la 2017/18: 3 (2 Liga y 1 Copa); 1 de titular.
  • Porcentaje de minutos: 6% (2% Liga y 38% Copa).
  • Partidos jugados en la 2018/19:
  • Porcentaje de minutos:
  • Partidos jugados en la 2019/20:
  • Porcentaje de minutos:

El caso del nacido en Ingeniero Huergo tiene bastantes similitudes con el de Esteban Rolón, aunque también algunas diferencias. Ambos se sumaron al Málaga en la misma temporada, se vieron inmersos en el mismo contexto y jugaron pocos minutos en esa 2017/18, por lo que salieron cedidos. Pero las condiciones de sus llegadas fueron ligeramente distintas -el rionegrino venía de completar una muy buena temporada en Primera con Banfield, mientras que el misionero fue clave en Argentinos, pero en la B Nacional- y Cecchini permaneció mucho menos tiempo en Europa, por lo que no está directamente vinculado al agitado presente de la entidad del sur, si bien tiene contrato y debe volver.

Con una salida de Argentina que estaba clara, por el nivel del jugador y la necesidad económica y el perfil vendedor del club, el ex volante del Taladro arribó a España en un giro inesperado, ya que estaba en Italia para arreglar en el Inter y, según contó en una una nota en AS, cambió para poder jugar más. Su inserción no resultó sencilla, como señaló en la misma entrevista: «Sé que lleva un tiempo la adaptación. Con trabajo y confianza, que es lo que el míster me está dando, será más rápido. El fútbol de allá es más cortado. Se pega un poco más y aquí tengo que tratar de jugar más rápido«.

En el desarrollo de la temporada, Cecchini no entró mucho en consideración y jugó muy poco. En el primer semestre sólo apareció tres veces, todas en un lapso de 10 días en octubre: en las derrotas ligueras por 2-0 ante el Leganés y el Barcelona ingresó 6′ y 22′, respectivamente, y fue titular en la ida de la eliminatoria de Copa del Rey, con 68′ en la caída por 2-1 con el Numancia. Fuera de ese período, en cuatro oportunidades permaneció en el banco y en 12 ocasiones no integró la convocatoria.

«Sé que lleva un tiempo. El fútbol argentino es más cortado, se pega un poco más. Acá tengo que jugar más rápido».

Cecchini, sobre su adaptación.

A partir del segundo semestre empezaron sus salidas a préstamo. La primera fue por seis meses al León mexicano, donde no logró continuidad (236′ en tres partidos, con dos titularidades por Copa y una por Liga). Luego, regresó por una temporada a Banfield y sí tuvo mayor rodaje (1.306′ en 17 alineaciones, con 16 salidas de inicio), aunque no le sucedió lo mismo en la mitad final del 2019, cuando formó parte del plantel campeón de la MLS de los Seattle Sounders con un rol menor (155′ en cuatro encuentros, tres como sustituto; no fue convocado en los playoffs).

Para el 2020 volvió a Argentina para jugar en Unión, donde alternó (329′ en cinco juegos, tres comenzados, sin acción en la primera ronda de la Copa Sudamericana ni en el debut por la Copa Superliga). Debe permanecer en Santa Fe hasta fin de año, cuando se dé su retorno al Málaga. Sin un panorama claro, tanto por el momento que vive el club del sur de España como por el reinicio del fútbol argentino, su futuro a mediano y largo plazo no está nada definido.

Crédito: Tanopress/Genoa.

Thomas Rodríguez (Genoa y V. Setúbal).

  • Partidos jugados en la 2017/18: 1 (en Copa); 0 de titular/0.
  • Porcentaje de minutos: 0,5% (0% Liga y 3% Copa)/0%.
  • Partidos jugados en la 2018/19:
  • Porcentaje de minutos:
  • Partidos jugados en la 2019/20:
  • Porcentaje de minutos:

Al revés de lo que sucede generalmente, Rodríguez no emigró a Europa después de ser una pieza clave en su equipo y mostrar un gran rendimiento, sino que lo hizo luego de una temporada en la que no fue titular en Banfield (en la 2016/17 no inició ningún partido y sumó sólo 186′ en 30 fechas, con seis suplencias y 12 ausencias en la convocatoria). Si bien en el Genoa, un club históricamente vinculado a los argentinos y que suele ubicarse por la mitad de la tabla, quizá podía lograr más rodaje, tampoco pudo meterse en el once y apenas disputó 10′ para el conjunto del norte.

Sin llegar a debutar en Serie A y con sólo una presencia en el banco en 22 fechas (ante la Lazio, en la 4a), sólo vio acción en la cuarta ronda de la Coppa Italia, cuando en noviembre entró a los 80′ en el triunfo por 1-0 sobre el Crotone. Desde ese momento no volvió a firmar planilla y a fines de enero pasó a préstamo por un semestre al Vitória Setúbal portugués, donde no tuvo más participación: ni fue suplente en 15 jornadas.

Regresó al equipo genovés, aunque para la 2018/19 salió cedido a Unión La Calera. Ahí consiguió regularidad y a mediados de 2019 se quedó definitivamente. Con un rol importante, Rodríguez se siente a gusto en Chile e incluso mencionó que, llegada la oportunidad, le gustaría jugar para el seleccionado trasandino. Bien considerado y cómodo, parece haber encontrado su lugar para despegar.

Crédito de la foto de portada: Jörg Schüler/Getty Images.

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