De nuevo con un once alternativo, el equipo de Pochettino sacó adelante el duelo con el Bordeaux (1-0): no brilló y necesitó a Navas, pero ganó y sigue al acecho.
Como si le faltaran lesionados (Neymar, Ángel Di María, Marco Verratti o Alessandro Florenzi, entre quienes más minutos disputaron en 2021) o sancionados (Kylian Mbappé), el Paris Saint-Germain comenzó el día de partido con la noticia de otro jugador descartado para viajar a Bordeaux: con un resultado positivo en su testeo de coronavirus, Moise Kean se sumó a la larga lista de ausentes. Por su gran momento individual (venía de convertir en cuatro de los últimos cinco partidos) y su versatilidad se perfilaba como titular, pero quedó apartado de la delegación y representó otra baja para un ataque que ya estaba disminuido.
Pero más allá del escenario y de las bajas, recurrentes durante esta temporada por la situación sanitaria y la acumulación de compromisos, para Mauricio Pochettino no hubo pausa y, como sucedió en el 4-0 al Dijon, debió alinear otro once alternativo, que redondeó una correcta actuación para imponerse por 1-0 y seguirle pisada a un Lille que también ganó (2-0 al Olympique de Marseille). Con una buena primera mitad y una segunda de menor nivel, el PSG completó un sólido rendimiento que demostró que el conjunto tiene rasgos definidos sin importar los intérpretes y que en habituales suplentes tiene algunas garantías.
Así también lo sintió el técnico argentino, que aseguró: «Estoy muy contento por lo que hizo el equipo, por lo que están haciendo los jugadores. La realidad es que las circunstancias significan que ellos jueguen un poco menos, pero es un deporte de equipo y hoy pudimos ver el valor de estos jugadores y su profesionalismo. Se entrenan muy seriamente para estar listos cuando el tiempo llegue. Estoy orgulloso de tener este equipo y estos futbolistas. Probaron en este partido y también contra el Dijon que todos son importantes».
Como en la jornada anterior, los parisinos mantuvieron algunas pautas de lo que venían mostrando en el ciclo. Para empezar, con la distribución ofensiva: en salida muchas veces se agregó un mediocampista a los centrales para formar una línea de tres y en los ataques estacionados (con el bloque rival armado) hubo varios pasajes en los que un lateral se quedó más atrás para dejarle la banda al extremo -se dio especialmente con Layvin Kurzawa y un Julian Draxler que, como suele hacer Mbappé, comenzó abierto y de a poco pasó a pisar zonas internas. Otras cuestiones inalterables fueron la disposición para presionar arriba y la actitud para intentar recuperar rápidamente tras pérdida, aunque el éxito en esos trabajos resultó mayor en el primer tiempo que en el segundo.
En los momentos sin posesión también replicó uno de los principales problemas que ha mostrado el PSG en estos dos meses con Pochettino: la defensa de las bandas. Tanto cuando el Football Club Girondins de Bordeaux cambió de frente para salir y logró progresar por el otro lado como cuando ya estaba instalado arriba, por los costados fue por donde consiguió profundizar (el 42% de sus avances se dieron por derecha, con un 37% por izquierda). Como sucedió en otros encuentros, el poco recorrido hacia atrás de los extremos -en especial de Draxler- dejó a los laterales en inferioridad. Aun así, la defensa del área fue muy buena y los locales apenas conectaron tres de los 23 centros que enviaron.
Dentro de una sobria actuación colectiva, los puntos altos individuales fueron Idrissa Gueye, Rafinha y Pablo Sarabia. El senegalés y el brasileño fueron los dos jugadores más influyentes en la circulación (con 101 y 104 toques, respectivamente; intervinieron al menos 22 veces más que el resto), uno desde la base y con mucha responsabilidad en los primeros pases, incluso con varias conducciones para pasar la presión, y el otro como la principal referencia entre líneas y el encargado de administrar la tenencia en tres cuartos. Además, ambos cumplieron importantes labores defensivas, con 6 entradas completadas por el ex Everton y 5 por el ex Barcelona (las dos máximas cantidades del partido).
En cuanto al atacante español, su aporte fue más allá del gol decisivo. Partiendo cerrado y desde una zona intermedia, sus movimientos generaron muchas ventajas para él y para el equipo. Quedó claro en la primera ocasión del encuentro y en el gol, cuando ante los desbordes fue hacia el punto del penal para quedar libre mientras toda la defensa iba hacia el arco, y en una acción cerca de los 30′, cuando realizó dos diagonales (una de adentro hacia afuera y otra de adentro hacia afuera) para arrastrar marcas y liberar líneas de pase.
Ellos tres se destacaron en los 45′ iniciales, con el dominio de las acciones, y en los 45′ finales, cuando el Bordeaux se adelantó, manejó más la pelota (pasó de un 34% de posesión a un 53%) y el juego pasó a desarrollarse más en territorio parisino. Aunuque sobre el final necesitaron una atajada clave de Keylor Navas ante Jimmy Briand, los de Pochettino no sufrieron mucho y sólo concedieron dos chances de peligro.
«Creo que empezamos bien el partido. Hicimos una buena primera parte, jugamos bien -analizó el santafesino. En la segunda, el Girondins aceleró el ritmo de juego y luchamos, pero a los 20 minutos volvimos a controlar. Sufrimos en algunos córners, pero en general lo controlamos y defendimos bien. Estoy muy contento con el desempeño del equipo». Antes de recibir al Barcelona para completar la llave de octavos de final de la Champions, y a la espera de recuperar jugadores lesionados, el PSG visitará al Stade Brestois 29 por la Coupe de France en busca de mantener sus buenas performances en este escenario de ausencias.
Crédito de la foto de portada: Philippe Lopez/AFP.
LUCAS MARINELLI 
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