Un PSG alternativo hizo los deberes

El equipo de Pochettino se recuperó de la caída ante el Monaco y venció al Dijon, colista, por 4-0. Con muchas bajas, cumplió y sumó tres puntos necesarios.

Después de haber retrocedido al tercer lugar de la tabla en la Ligue 1 por la derrota frente al Monaco, para el Paris Saint-Germain era importante superar al Dijon para recuperar sensaciones positivas y meterles presión al Lille (líder, esta fecha recibirá al Racing Club de Strasbourg Alsace) y al Lyon (segundo al inicio de la fecha, visitará al Olympique de Marseille). Sin muchos jugadores de peso (faltaron Neymar, Ángel Di María, Mauro Icardi, Marco Verratti, Alessandro Florenzi y, por suspensión, Leandro Paredes), la visita al último de la clasificación terminó como se esperaba: el conjunto parisino no sufrió para imponerse y repitió el 4-0 que ya se había dado en los dos últimos duelos anteriores entre ambos.

Ante la cantidad de bajas, el once de Mauricio Pochettino presentó, lógicamente, algunas novedades: los laterales fueron Thilo Kehrer y Abdou Diallo, dos centrales «naturales» que ya habían cumplido esa función, y Rafinha jugó como titular por primera vez en el ciclo. Además de Keylor Navas en el arco y Marquinhos y Presnel Kimpembe en la zaga (todos habituales), el doble 5 fue integrado por Danilo Pereira y Ander Herrera y Julian Draxler apareció como acompañante de Moise Kean y Kylian Mbappé. Pero las bajas no modificaron tanto los rasgos colectivos, ya que el PSG mantuvo algunos de sus comportamientos habituales.

En principio, lo hizo desde la distribución: Herrera y Pereira alternaron para formar la línea de tres con los centrales (para lograr ventaja numérica ante los dos delanteros en salida) y por delante Mbappé mantuvo su alternancia entre posiciones externas e internas por izquierda -hasta que alrededor de los 20′ cambió con Kean, quien en mayor o menor medida repitió los desplazamientos, y pasó al medio-, Rafinha se ofreció con inteligencia entre líneas y Draxler partió abierto por derecha, casi pegado a la línea, por lo que Kehrer se ubicó más retrasado para darle lugar y tener una mejor protección ante las contras. Luego, el primer punto destacado de un sobrio rendimiento pasó por la ocupación de espacios.

Los jugadores, sobre todo los externos (por donde pasaron la mayor cantidad de los ataques, con un 46% por izquierda y un 31% por derecha), se complementaron bien para no encimarse. Dos ejemplos claros llegaron antes de los 5′, cuando Mbappé abrió para Diallo -que completó un gran partido, con incursiones ofensivas destacadas- y buscó la devolución en el área y poco después fue al revés, ya que el delantero ex Monaco fue de adentro hacia afuera y le devolvió la pared al defensor para que asistiera el 1-0 de Kean. Y el único sobreviviente del tridente estelar lo repitió en la derecha: creó una ocasión al recibir por afuera, con Kehrer adentro, y en su doblete (el 3-0, después del 2-0 que consiguió de penal) también se movió correctamente, al tirar una diagonal para arrastrar a su marca y que el alemán (cerrado) pudiera encontrar a Rafinha, quien le facilitó el zurdazo.

Sin importar los intérpretes que quedaran en los costados, ya que también se vieron las habituales rotaciones, ésa fue la tónica general de los ataques parisinos. Además, el paso de Mbappé al medio disparó desmarques de ruptura en cantidad y calidad: si bien no fueron muy frecuentes, generaron espacios, al llevar a la defensa hacia atrás, y ocasiones (así llegó el primero de los dos goles anulados, a partir de una carrera del francés para asistir a Draxler).

Ese panorama ofensivo fue acompañado por la presión tras pérdida, lo que facilitó la recuperación. Con los dos mediocampistas centrales como principales líderes del cambio de actitud ante cada quite del Dijon, el PSG consiguió prolongar su dominio con varios quites derivados de errores provocados por ese trabajo. Sin embargo, el punto negativo de la actuación pasó por la defensa en campo propio, ya que muchas veces se vio en inferioridad por lo descolgados que quedaron los tres delanteros, lo que dejó al equipo partido y con muchos huecos por tapar cuando la pelota iba de lado a lado.

Los dirigidos por Pochettino construyeron desde esos aspectos un triunfo sólido, sin brillo, ante el peor conjunto de la Ligue 1 (ganó dos y perdió 16 de los 27 encuentros, con apenas 18 goles convertidos) que sirve para recuperar sensaciones positivas. Sin generar mucho (para acumular los cuatro tantos remataron apenas siete veces, cinco entre los tres palos), cumplieron con el trabajo y momentáneamente se pusieron a sólo un punto del Lille. Sumados minutos interesantes de futbolistas que no venían con mucha participación, sobre todo de un Rafinha que intervino mucho y muy bien como conector entre líneas (terminó con 93 toques, segundo número más alto luego de los 100 de Herrera), el balance es favorable.

Por ese lado fue el análisis del entrenador argentino, que en el canal del club señaló: «Creo que fue una actuación muy profesional en nuestro enfoque del juego. Eso es lo que esperamos de cada partido que jugamos y de cada sesión de entrenamiento. Con las circunstancias muy difíciles, el equipo mostró un buen rendimiento y fue muy sólido. Estoy contento porque eso es lo que esperamos de todos. Incluso de los que juegan menos, que fueron capaces de mostrar sus cualidades y ponernos en una posición difícil para elegir el once en el próximo partido”. El segundo compromiso de una racha de cinco, que terminará el 14/3 e incluirá la vuelta de los octavos de la Champions contra el Barcelona, será este miércoles 3 contra el Bordeaux, en busca de continuar el camino hacia la cima de la tabla.

Crédito de la foto de portada: @PSG_Inside.

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