Mbappé y Messi para la ilusión

Con un rendimiento discreto, el PSG derrotó al Monaco (2-0) con un doblete del francés. Su creciente conexión con el argentino, punto positivo del partido.

Luego de una destacada presentación ante el Club Brugge en el cierre de la fase de grupos de la Champions League, el Paris Saint-Germain mantuvo a 10 de sus 11 titulares para recibir a la Association Sportive Monaco Football Club en busca de continuar una línea ascendente en el juego. Con el único cambio -obligado- de Juan Bernat por un lastimado Nuno Mendes, logró una buena victoria por 2-0 y aumentó la distancia en la cima (quedó a 13 del Olympique de Marseille), aunque no repitió una actuación tan brillante. Sin tanta fluidez para asociarse y con más concesiones defensivas, durante el primer tiempo le costó contener los avances rivales y sufrió, pero fue incisivo a través de la dupla estelar conformada por Kylian Mbappé y Lionel Messi y pudo irse al descanso con dos goles de ventaja.

Si bien la disposición general del PSG fue similar y buscó progresar de la misma manera, alternando ataques más directos con otros más pacientes y utilizando a Marco Verratti como mediocentro para mezclar salidas por afuera (el patrón colectivo más reconocible esta temporada) con otras por adentro, la presión de los dirigidos por Niko Kovač marcó el trámite del partido, sobre todo en la etapa inicial. A partir de su conocido trabajo coordinado y agresivo (es el equipo de la Ligue 1 con menor PPDA, una estadística que refleja los pases permitidos fuera del propio tercio de la cancha dividido por las acciones defensivas fuera de esa zona, con 8,80 de promedio), le generaron muchos problemas al conjunto parisino. Con las líneas arriba y un potente Aurélien Tchouaméni desprendido para intentar quitar (realizó siete intercepciones, máxima cantidad en el encuentro), taparon al mediocampista italiano (forzaron cuatro pérdidas de él que terminaron en contras, como al minuto) y recuperaron alto (ver abajo). Así, el Monaco fue el adversario que más y mejor apretó al líder del campeonato: tuvo una marca de 7,60 PPDA, la más baja de un oponente de los de Mauricio Pochettino (hasta este duelo, los contrarios promediaban 22,92 PPDA) en estas 18 fechas.

El mapa de recuperaciones del Monaco. Vía: Olé.

Ante ese escenario, el PSG buscó superar esas barreras desde la precisión de sus centrales y su mediocampista central para encontrar a sus delanteros, que ocuparon bien los espacios entre líneas, o para llevar el balón al costado para una progresión externa. El problema fue que, sobre todo en el primer tiempo, le costó manejar la pelota (hasta el entretiempo tuvo un 46% de posesión) y lograr fluidez con ella. Al bajón de Verratti se sumó la poca sintonía de Idrissa Gueye y Georginio Wijnaldum con el resto del once, lo que le restó calidad a la circulación. Se vio especialmente con el neerlandés, quien no se entendió con Messi en varias ocasiones (la más visible, cuando remató un centro que le quedaba al ex Barcelona para su clásico remate de zurda a la carrera) en cuanto a dónde ubicarse para facilitar líneas de pase o arrastrar marcas.

Aun así, el local pudo sacar ventaja por la determinación de su dupla estelar, que con el recorrido en el campo suma conocimiento y se compenetra cada vez más. Con Ángel Di María como nexo y complemento, Messi y Mbappé se buscaron, se encontraron y desnivelaron. A partir del mejorado juego de apoyos del francés y su capacidad para desequilibrar y asistir y de la precisión del argentino, ambos lideraron el ataque parisino y dieron más muestras de su enorme potencial cuando se combinan. Sobre su posicionamiento, Pochettino explicó en ESPN: «Los dos jugaron por adentro. Jugamos tanto con Kylian como con Leo por adentro, en los pocket (las zonas intermedias entre el medio y la defensa), y Ángel intercambiando posiciones en la derecha o la izquierda. Dándoles la libertad de, lógicamente, siendo dos jugadores tan inteligentes como ellos, poder aprovechar los espacios de la mejor manera posible».

Desde esas facilidades para buscar sectores para recibir y ser peligrosos, Mbappé y Messi están puliendo un tándem que tiene el potencial para darle un gran salto de calidad al rendimiento colectivo. En el proceso de desarrollo hasta su cruce frente al Real Madrid en octavos de la Champions, representan un seguro en el que apoyarse para crecer. Ante un rival que en febrero marcará el inicio del tramo decisivo de la campaña y que ha hasta acá ha mostrado más consistencia en su nivel -con un mediocampo que le permite controlar el juego y un Vinícius Júnior que ha dado un salto de calidad para acompañar a Karim Benzema-, el brillo de la dupla dispara la ilusión del conjunto parisino.

Crédito de la foto de portada: @PSG_espanol.

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