En su último partido del año, el PSG volvió a necesitar un gol en el final para sumar. Tras jugar mal y sufrir en el primer tiempo, empató ante el Lorient (1-1).
En su último compromiso del 2021, el Paris Saint-Germain cerró un semestre cargado y agitado (por la importante cantidad de llegadas y el ruido externo, entre altas expectativas y los rumores de conflictos en el plantel, como en una reciente publicación del diario L’Équipe) con una de sus presentaciones más flojas de la temporada. No lo fue sólo por su rendimiento, que en general fue malo a pesar de haber contado con una ocasión clara al minuto de juego, sino por el rival, un Football Club Lorient que llegaba penúltimo y con 12 partidos sin ganar (ocho caídas en fila). Después de haber sufrido durante el primer tiempo, lo positivo para los dirigidos por Mauricio Pochettino es que pudieron mejorar en el segundo y, gracias a otro tanto en los minutos finales (en lo que va de la 2021/22, fue el sexto a partir del minuto 85 que sirvió para sumar), llegar al empate (1-1).
«El responsable soy yo. No es que uno da todo y ahora la responsabilidad es de los jugadores. No, la responsabilidad siempre pasa por el entrenador y el cuerpo técnico», subrayó el técnico argentino en ESPN. Además, analizó: «Hoy nos costó la primera parte. Entramos bien, creando la primera ocasión, pero después nos equivocamos en la construcción desde atrás. El Lorient es un equipo que transita muy bien ante la pérdida, ante los errores. Siempre busca los errores del rival y tiene jugadores rápidos en esas transiciones. Creo que erramos la manera de construir, que ahí lógicamente la responsabilidad es siempre del entrenador. En la segunda parte mejoramos, creo que corregimos situaciones y jugamos mejor. Creamos mejores ocasiones. Habría sido una pena perder el partido, porque creo que habíamos tenido las ocasiones para empatarlo. Al final, lo empatamos con el gol del Mauro y creo que es justo. Viendo la primera y la segunda parte, creo que es un resultado justo».
Ante un adversario que, al igual que en el anterior duelo en el Stade du Moustoir, buscó cerrar la zona central y juntar líneas para robar y contraatacar, esas fallas en el manejo representaron un gran daño. Si bien uno de los patrones más marcados del PSG esta campaña está en las salidas y progresiones por afuera, en esta ocasión no se vio con tanta frecuencia. Al no contar con tándems por afuera (Lionel Messi jugó por adentro y Ángel Di María comenzó con libertades para moverse por derecha y luego, a partir de los 25’, sí se comportó como un extremo más clásico, aunque desde ese cambio tanto Nuno Mendes como, después, Presnel Kimpembe jugaron más retrasados y cerrados), estos caminos no estuvieron facilitados y su juego se volcó hacia el sector más congestionado. Esto no era un problema de por sí, pero le generó más de un dolor de cabeza por lo mal -en cantidad y calidad- que perdió la pelota.


El problema para neutralizar las repetidas contras del local, que supo desplegar y aprovechar la velocidad de Armand Lauriente y Terem Moffi, estuvo más vinculado a las condiciones en las que el conjunto parisino cedió la posesión que a un erróneo balance defensivo. Con dos interiores (Idrissa Gueye y Georginio Wijnaldum) que no se caracterizan por su habilidad técnica en espacios reducidos, un centrodelantero (Mauro Icardi) bastante estático -algo común este semestre y contrario a lo visto en la primera parte del año– e imprecisiones, los errores se multiplicaron. Ante ese escenario, sin fluidez para filtrarse por adentro y con poca llegada por afuera (lo intentó con cambios de frente hacia la izquierda, pero -salvo en la primera situación- Mendes no estuvo acertado en la terminación, lo que motivó el paso del ex Rsoario Central a esa banda y la posterior sustitución del portugués), el PSG pasó a forzar acciones con escaso resultado. Por combinaciones algo exigidas entre Di María y Messi, malas entregas o errores en el manejo (también con mérito de los de Cristophe Pélissier para saber cuándo ir por el robo), se repitieron las pérdidas en malas condiciones: con pocos jugadores cerca y, por ende, sin poder presionar inmediatamente. Esto les daba libertades a los pasadores y dejaba en inferioridad a una defensa que en general tenía superioridad numérica (con al menos los dos centrales y un mediocampista o, desde los 25′, el lateral izquierdo frente a los dos puntas del anfitrión), pero se veía expuesta a corredores lanzados y distribuidores libres. Así enfrentó varios contraataques, aunque por errores en la definición sólo recibió un gol y pudo seguir en partido.
Eso cambió en la segunda etapa, cuando los dirigidos por Pochettino modificaron su enfoque ofensivo y perdieron menos la pelota: según WhoScored.com, en los 45′ iniciales tuvieron 14 de sus 19 pérdidas (por entradas del rival, malos controles o equivocaciones). Con la generación de juego de Messi, que pasó a recibir más centralizado y cerca del área (ver abajo), también llegaron más por los costados a través de Achraf Hakimi y Di María. A partir de una tenencia de mayor calidad -sin ser sobresaliente- y menos réplicas permitidas, consiguieron emparejar el trámite y, finalmente, convertir otro gol tardío para sumar puntos.


«Fue un partido muy difícil. Antes del partido nos dijimos que sería complicado, por nuestro ritmo y los nueve encuentros que jugamos en cuatro semanas, y siempre es complicado en estas circunstancias. Creo que en general es un buen resultado. En la primera parte no jugamos bien, pero lo merecimos en la segunda parte», señaló el entrenador santafesino en el canal del club. Con algunos días para descansar (el próximo compromiso es el 3/1, en otra ronda de la Coupe de France), el PSG despidió el primer año del argentino en el banco con un resultado agridulce que, igualmente, no afectó su ventaja de 13 puntos en la Ligue 1. Luego de un semestre de renovación y búsqueda, en un equipo que aún sigue ajustando piezas, la segunda parte de la temporada marcará el balance de la campaña: con un liderazgo cómodo en Francia, el principal desafío estará en la serie de octavos de final de la Champions League frente al Real Madrid. Claro que, además, deberá seguir creciendo y acercándose al gran potencial que se le intuye como conjunto.
Crédito de la foto de portada: Jeremías González/AP.
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