Argentina y dos pruebas para medir su nivel

Líder, la Selección rendirá en estas dos fechas interesantes exámenes para ver dónde está parada. Un análisis de lo que puede esperar de Paraguay y Perú.

Superado con puntaje ideal el inicio de las Eliminatorias rumbo a Catar 2022, Argentina se enfrenta a una ventana más exigente en busca de mantener el buen andar. Frente a Paraguay y Perú, la Selección deberá continuar la corrección de errores y sostener la línea ascendente para afirmar su posición de cara a una doble fecha de marzo que pondrá a Uruguay y Brasil en el camino.

Ante dos partidos con seleccionados que llevan más de un año de trabajo y han logrado continuidad en un sistema de juego, sobre todo en el caso de los dirigidos por Ricardo Gareca, la convocatoria de Lionel Scaloni cuenta con la vuelta de Ángel Di María como novedad saliente dentro de una nómina con pocos cambios, algo recurrente en el ciclo más allá de situaciones puntuales en los clubes (por ejemplo, la poca actividad de Facundo Medina, por la suspensión de varios compromisos del Lens, Nicolás Domínguez, que el fin de semana volvió a la titularidad tras cinco fechas, y Nehuén Pérez, quien el último domingo debutó como titular en el Granada tras sumar 17′ desde el banco). Con el equipo que comenzó la victoria en La Paz perfilado para salir desde el inicio a la espera del estado de algunos futbolistas que se entrenaron diferenciado, parece que se afirma la base tanto de la lista como del once.

Dentro de dos partidos que, lógicamente, tendrán sus particularidades, el de Paraguay es uno que tiene un antecedente reciente en la Copa América 2019, mientras que el último duelo con Perú fue a fines de 2017. Con rivales que pueden plantear diferentes desafíos, un repaso por distintos aspectos que posiblemente tengan influencia en el desarrollo de los encuentros.


Paraguay.

El combinado de Eduardo Berizzo llega con diversas bajas, varias de nombres que tenían chances de formar parte del once o de ser cartas importantes desde el banco. Alberto Espínola y Santiago Arzamendia, laterales de Cerro Porteño que asomaban como titulares, sufrieron roturas fibrilares y no están al 100% -el técnico argentino aseguró en conferencia que su evolución era buena, pero aún no sabía si estarían disponibles desde el inicio. Dos que comenzaron las dos primeras fechas también quedaron marginados: Blas Riveros, que inició en la banda izquierda de la defensa, sufrió la rotura de los ligamentos lateral interno y cruzado anterior de la rodilla izquierda y Andrés Cubas, quien igualmente estaba suspendido para el cruce con Argentina, se lesionó en el último compromiso del Nîmes Olympique. Además, Derlis González, quien convirtió el único tanto en la victoria de Paraguay en Córdoba en las últimas Eliminatorias, se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha (no había estado en la última lista, pero habitualmente las integraba) y Roberto Fernández salió de la convocatoria al arrastrar un inconveniente que agravó cuando atajó en el debut frente a Perú.

Con esos problemas, el Toto deberá reformular su alineación. Con Antony Silva en el arco, todo hace pensar que tendrá que romper la dupla central de Gustavo Gómez y Junior Alonso, ya que el ex Boca se perfila como lateral izquierdo para que Fabián Balbuena entre en la zaga. Asimismo, Robert Rojas trabajó en la derecha de la última línea ante la duda de Espínola. En el medio, Ángel Cardozo Lucena y Richard Sánchez, autor del 1-0 parcial en 1-1 de la última Copa América, se disputan el lugar vacante para acompañar a Gastón Giménez y Mathías Villasanti. El ataque parece ser la única línea inalterable, con un tridente de Ángel Romero, Darío Lezcano -más allá de las semanas positivas de Antonio Sanabria en el Betis- y Miguel Almirón en plenas condiciones como para repetir.

En cuanto a la planificación general del encuentro, el ex entrenador del Celta y el Athletic aseguró: «Para afrontar un partido de esta importancia, con futbolistas de alto nivel como los que vamos a enfrentar, lo primero es equiparar muy bien los uno contra uno y encontrar la respuesta defensiva a la calidad de sus atacantes. Luego, imaginar lo táctico que sucede dentro de un partido. No desconocemos la calidad de nuestro adversario, pero también sabemos que somos un equipo muy dinámico, muy agresivo y de un gran ida y vuelta. Hay que imprimirle al partido la velocidad a la que nos gusta jugar, hacer posesiones largas y profundas. Necesitamos sentirnos dueños del balón y jugar con el convencimiento de que lo que hacemos nos va a permitir ganar. Pero, prioritariamente, uno debe ser consecuente con su plan, creer en lo que hace. Nosotros somos un equipo de mucha posesión y de mucho dinamismo y eso es lo que vamos a poner en juego contra Argentina«.

Y agregó: «Debemos cuidarnos de la capacidad de sus individualidades para imponerse en el uno contra uno. Necesitamos que no reciban cómodos, ayudas entre nosotros, que no elaboren el juego, que no encuentren a sus volantes con comodidad y que no se adueñen del partido en base al funcionamiento de sus volantes. Y después de sujetar todo su ataque, es necesario usar la pelota con dinamismo, con profundidad, intercambiando movimientos«.

Berizzo, con planes trastocados para visitar a Argentina. Crédito: @Albirroja.

Capacidad de contraataque: Éste fue uno de los puntos que marcó el duelo en la fase de grupos de la Copa América y, a la vez, es uno que en el camino de las Eliminatorias seguramente se le presentará recurrentemente a Argentina, que ya enfrentó a un seleccionado ecuatoriano que dispuso un bloque cerrado agazapado para despegar a partir de una recuperación. En ese sentido, Paraguay cuenta con atacantes peligrosos para lastimar con espacios, principalmente Ángel Romero y Almirón, y mediocampistas capaces de ser lanzadores (Giménez y Villasanti) y llegadores (Sánchez, por ejemplo, que le convirtió a la Albiceleste al pisar la medialuna incorporándose desde atrás).

Si la Albirroja puede llevar a cabo con eficiencia un repliegue que le permita robar y salir de contra, tiene material como para generar preocupaciones por esa vía. Con respecto a esa posibilidad y a lo ocurrido en el último enfrentamiento, Berizzo señaló: «Pueden suceder cosas muy similares (al partido de Copa América). Fundamentalmente, cómo achicamos espacios, cómo nos ayudamos por cercanía y luego cómo atacamos con velocidad y verticalidad hacia adelante. Pueden suceder cosas similares a aquel partido, pero haciendo la salvedad de que ningún encuentro es igual a otro. Los futbolistas son otros, los momentos de los futbolistas son otros también. A nivel táctico o estratégico, esas cosas pueden servirnos de valor«.

Además, sobre lo que debe llevar a cabo su equipo en los momentos de cambio de una fase del juego a la otra, añadió: «El partido de Copa para nosotros significó un hallazgo en que retrocedimos muy bien todos juntos y salimos en velocidad hacia adelante con una transición muy rápida. Así que también en ese aspecto del juego, en pasar muy rápido de defensa a ataque y de ataque a defensa, estará la clave del partido«.

Para Scaloni esto presenta un dilema similar al de Ecuador, sobre cómo abrir y complicar a un rival cerrado y cómo neutralizar esos intentos de contraataque. En esa cuestión de desplegarse para encontrar huecos sin desprotegerse ni abrir muchas puertas para las réplicas, en el debut pesó más el cuidado de la parte defensiva -lo que se tradujo en problemas en la circulación y la fluidez ofensiva. Para el segundo compromiso como local, el escenario probablemente sea parecido.

«El partido de Copa América para nosotros significó un hallazgo en que retrocedimos muy bien y salimos en velocidad».

Berizzo, sobre lo que sacó del último duelo.

Presión en las bandas: El paraguayo es un seleccionado que realiza un buen trabajo defensivo sobre los costados y que recupera mayormente en esas zonas (ver abajo). Los tándems en ambas orillas de la cancha funcionan bien -ante Venezuela, Almirón realizó un gran esfuerzo en este apartado- y también se puede sumar un mediocampista para formar un triángulo que genere una ventaja numérica y facilite el robo, aunque la baja de Cubas es sensible para ese propósito.

Si bien esto puede perjudicar ligeramente la estrategia de contraatacar (es más fácil lastimar al quitar en la parte central del campo), pueden encontrar espacios si sacan la pelota rápidamente y la defensa aún no se reorganizó o si el atacante desde el lado débil le ganó la posición a su marca. Además, esto puede complicar a Agentina si muestra los mismos problemas en la circulación que contra Ecuador, ya que los extremos recibieron muchas veces de espaldas y en esa situación son más fáciles de neutralizar, sobre todo si el oponente trabaja correctamente las superioridades en zonas externas y presiona con el marcador que está detrás y con el que llega de frente.

Defensa del área: Si bien los equipos paraguayos suelen asociarse con fortaleza en el juego aéreo y los constantes despejes, la Albirroja sufrió este aspecto en las dos primeras fechas de Eliminatorias: no se defendió bien en los centros o en las pelotas jugadas por arriba. Por mala distribución o por incapacidad para tomar bien marcas, en ambos partidos le generaron varias situaciones de peligro por esta vía: así fueron los dos tantos de André Carrillo, la conquista anulada de Yangel Herrera, otra ocasión clara de Venezuela y así llegó el penal para la Vinotinto que finalmente atajó Silva.

Asimismo, las jugadas tampoco fueron muy complejas: el 1-0 de Perú llegó de un lateral, el 2-0 fue con un centro desde el costado y frente a Venezuela sólo el gol no convalidado se produjo con una acción preparada que incluyó una distracción para liberar al mediocampista del Granada -la ocasión rechazada por el arquero se dio tras un córner corto y la infracción sobre el final fue causada por un envío frontal desde casi la mitad de la cancha.

Argentina tiene potencial como para aprovechar eso, principalmente por la precisión de los ejecutantes (Leandro Paredes o Lionel Messi, generalmente) y por la capacidad aérea de varios jugadores (de los titulares en las dos fechas, especialmente de Nicolás Otamendi, Lucas Martínez Quarta, Nicolás Tagliafico, Lautaro Martínez y Lucas Ocampos). Asimismo, en el ciclo de Scaloni 11 tantos llegaron por intermedio de un saque de esquina o de un tiro libre indirecto.

La importancia de Junior Alonso: El actual futbolista del Atlético Mineiro es clave en la salida del equipo y así lo demostró en los dos encuentros disputados. Una prueba clara es que el gol frente a Venezuela se generó a partir de uno de sus envíos largos: fue cruzado hacia Ángel Romero, cuando el conjunto estaba dispuesto a lo largo y a lo ancho y contaba con presencia entre líneas (uno era Giménez, quien convirtió).

Más allá de que Gómez no es un negado con la pelota, Alonso es, por precisión y visión, fundamental para avanzar y para iniciar mecanismos ofensivos. Por ejemplo, una acción recurrente contra la Vinotinto consistió en un pase diagonal hacia afuera del central para Riveros, un lateral de buena capacidad ofensiva, que provocaba una diagonal de adentro hacia afuera de Almirón.

Si bien es probable que frente a la Selección el ex Boca se mueva al lateral, es importante que la presión oriente los avances hacia el otro costado para reducir su influencia en la tenencia de Paraguay. Todo esto, claro, en un sector en el que suele ubicarse un Messi de escasos -pero eficientes- esfuerzos que si queda con muchas responsabilidades para el retroceso por afuera puede abrir una puerta para que la Albirroja progrese con cierta facilidad.

Sobre si cambiaría la preponderancia de Alonso en este aspecto de correrse a un costado de la última línea, Berizzo subrayó: «Junior es una alternativa para suplir la baja de Blas (Riveros). Eso no creo que le quite demasiada injerencia en el uso de la pelota. Lo hará desde una posición un poco más abierta, en este caso. Pero de acuerdo con continuar en esta línea, nuestros centrales son capaces de entregar la pelota con mucha claridad. Imaginamos movernos y tener un medio del campo dinámico para evitar la presión argentina, y eso dependerá del buen pase y de la movilidad de todo el mundo. No debería recaer solamente en un futbolista, que en este caso es Junior, un futbolista de muy buen pase que tanto de central como de lateral puede ejercerlo con claridad«.

La relevancia de Miguel Almirón: El jugador del Newcastle es una de las piezas ofensivas más importantes en el armado de Paraguay. Frente a Perú, se ubicó por derecha y estuvo muy ligado a la banda, mientras que contra Venezuela partió desde la izquierda y, sobre todo en el primer tiempo, contó con más libertad para ir hacia el centro (ver abajo). Ese cambio, sin perder su recorrido defensivo por afuera, en ataque representó una mejora individual, ya que tiene una buena capacidad para jugar entre líneas y por el medio puede explotar mejor sus conducciones, y colectiva (sumado a que se invirtió el triángulo del medio y pasó de un 2+1 con un doble 5 y un jugador delante a un 1+2 con un mediocentro y dos internos), dado que en el primer partido al equipo le había faltado otra referencia detrás del medio rival para tener más fluidez en la circulación y el ex Lanús sumó juego interno y más posibilidades de progresar con la pelota.

Si bien no siempre finaliza bien las jugadas, cuando Almirón aparece por adentro es más peligroso. Esto puede complicar a Argentina si consigue ganarles la espalda a los volantes -sobre todo a un Paredes que puede fallar en ese apartado- y tiene margen para desequilibrar.


Perú.

El seleccionado dirigido por Ricardo Gareca, que antes de recibir a Argentina enfrentará a Chile, también sufre bajas, pero incorporó dos nombres que le pueden sumar vuelo a su ataque: Edison Flores, que no formó parte de la doble fecha anterior al tener compromisos en la MLS con el D.C. United, y Gianluca Lapadula, delantero ex Milan nacido en Turín que recibió su documento peruano y también su primera convocatoria.

En cuanto a las ausencias, sobresalen la del suspendido Carlos Zambrano, titular en ambos encuentros, y la del lesionado Jefferson Farfán, quien salió de arranque ante Brasil y pasó por el quirófano para someterse a una «limpieza» de la rodilla izquierda. Asimismo, en las últimas horas fue desafectado el mediocampista Sergio Peña Flores, que ingresó sobre el final contra Paraguay, tras sufrir un «desgarro muscular en la pierna izquierda», según informó la Federación.

A falta del partido previo, que obviamente puede cambiar el panorama, Miguel Araujo se perfila para conformar la dupla central con Luis Abram. En el arco se mantiene Pedro Gallese y los laterales son propiedad de Luis Advíncula y Miguel Trauco, con Renato Tapia y Yoshimar Yotún como nombres inamovibles en el mediocampo. Para la parte ofensiva, Flores, Christian Cueva y Raúl Ruidíaz parten con ventaja para acompañar al goleador Carrillo (quien ya festejó tres veces en las Eliminatorias), aunque otras variantes son Christofer Gonzáles (integró el once en la segunda jornada) y Lapadula.

Sobre el trabajo realizado en su proceso y la búsqueda para esta doble fecha, Gareca apuntó: «Mi preocupación es sostener una idea futbolística más que el sistema. Perú estuvo a la altura de las circunstancias en los dos últimos encuentros«. En cuanto a lo que puede aportar el regreso del futbolista del D.C. United, agregó: «Ha venido muy motivado, pueden cambiar algunas cosas tácticas pero la idea futbolística se mantiene. El equipo sale a proponer«.

El gran proceso de Gareca lleva cinco años. Crédito: @SeleccionPeru.

Salidas largas: En las primeras dos fechas, Perú se caracterizó por evitar saques en corto y trabajar muy bien los envíos aéreos hacia campo contrario. Las búsquedas principales fueron el centrodelantero (Ruidíaz contra Paraguay y Farfán ante Brasil) y Carrillo, que suele tener ventaja ante los laterales contrarios -algo que en la Selección puede complicar a Nicolás Tagliafico, más allá de su buena capacidad de salto y timing para elevarse, y Gonzalo Montiel.

Es muy probable que este comportamiento se repita frente a Argentina, ya que algunas de las virtudes del ciclo pasan por la presión y la capacidad de contraataque (19 de los tantos llegaron con avances en transición o directos). Pero los de Scaloni no sólo deben estar atentos a imponerse de arriba -para lo que probablemente tengan ventaja-, sino también a ganar la segunda jugada, tanto con cabezazos orientados como con un trabajo de los mediocampistas para agarrar la pelota.

Esto se debe a que el conjunto de Gareca se dispone para ganar esos balones sueltos, al ubicar cerca de la zona donde se da el duelo a varios jugadores atentos para capturar el rebote, y en los dos juegos iniciales se destacó por su trabajo en los envíos aéreos y los laterales al área. Como prueba, tres de los cuatro tantos se produjeron de esa manera: dos a partir de saques de banda (el 1-0 a Paraguay y el 2-1 a Brasil) y otro con un centro desde el costado (el 2-2 frente a la Albirroja).

Presión sobre el mediocentro: Especialmente contra Brasil, Perú saltó a presionar al mediocampista central contrario con uno de los interiores (Yotún o Pedro Aquino) cuando se disponía a recibir de uno de los centrales. Al llegar desde atrás a presionar a un futbolista que generalmente se encuentra de espaldas, es más fácil que le nieguen la posibilidad de progresar, lo molesten y fuercen un error. Los de Gareca no lo utilizaron tanto para robar, sino para disuadir una progresión por abajo y en corto y así recuperar en campo propio (ver abajo), mayormente a partir de la superioridad de sus centrales ante los envíos largos.

Es un aspecto que puede complicar a un Paredes que, sin tener un giro confiable cuando recibe de cara a su propio arco, tendrá que recibir perfilado para dar rápidamente un pase filtrado o tocar de primera hacia atrás. Sin embargo, esto también puede generar desajustes que abran un espacio para avanzar: es posible aprovechar ese adelantamiento de un volante peruano para ubicar a un futbolista a su espalda tras una descarga para alguien (normalmente un defensor) con la cancha de frente y el panorama para verticalizar. Ésta es una manera que Brasil encontró para progresar.

Espacios entre líneas: Este punto está relacionado con el anterior, ya que, justamente, nace de la disposición utilizada para presionar. En los dos partidos, Perú ofreció terreno libre alrededor de Tapia: en el primero, por lo largo que fue el equipo y el cambio de distribución con los saltos de un interior que llevaban al mediocentro a adelantarse para formar un 4-4-2, lo que dejaba mucha distancia entre la defensa y el medio; en el segundo, por las salidas para acosar a Casemiro y el rol de los extremos, con un Gonzáles que se adelantaba más que Carrillo y quedaba delante del resto de los mediocampistas para tapar la línea de pase hacia Danilo.

Más allá de que para ambos segundos tiempos Gareca dispuso un cambio en el medio, ya que retrasó a Aquino para formar un doble 5 y dejó a Yotún detrás del centrodelantero, esto no corrigió del todo la falencia pese a minimizar los espacios entre líneas. Asimismo, frente a Brasil se vio una defensa más adelantada, lo que redujo los huecos detrás del mediocampista del Celta, pero no los tapó a sus costados y los abrió a espaldas de la última línea.

La Argentina de Scaloni ha mostrado problemas para ocupar zonas internas, lo cual le simplificaría la tarea a Tapia. Con un jugador que se sume a Messi en ese sector (tienen capacidad para hacerlo Di María, Exequiel Palacios o Giovani Lo Celso, por ejemplo) y manteniendo amenaza externa -si no hay nadie que aporte amplitud probablemente se genere un «efecto embudo»-, le puede generar muchos problemas.

En la segunda fecha, Brasil colocó a Neymar y Philippe Coutinho a los costados del mediocentro, lo que le dio opciones para progresar. Aun así, la Selección tendrá el mismo dilema que con las transiciones de Paraguay y es posible que, como ante Ecuador, la amenaza que representan los contraataques de Perú (así se generó el 1-0 a los de Tite) lleve a priorizar la protección defensiva con muchas piezas detrás de la línea de la pelota.

Amenazar al espacio: Un cambio marcado en el partido con Brasil fue la mayor altura de la defensa peruana. Esto le permitió compactar más al equipo, pero dejó la puerta abierta para los desmarques a espaldas de la última línea y así se originaron varias de las chances que tuvo en contra.

Si en su segundo compromiso en Lima mantiene la postura del primero, Argentina deberá aprovechar eso a partir de la búsqueda de rupturas, tanto para castigar esa disposición como para evitar que el juego transcurra en su campo. Estas carreras no sólo sirven para lastimar, sino también para preocupar/arrastrar y hundir a los rivales y fabricar espacios entre líneas. Se puede dar especialmente por los costados, ya que los laterales son los eslabones más endebles de la cadena defensiva, y los principales nombres para llevarlo a cabo pasan por los de Ocampos, Di María, Nicolás González y Joaquín Correa.

Los laterales en defensa: Las bandas son un punto débil de la última línea peruana, ya que a lo largo de la doble fecha mostraron equivocaciones, fallas en la sincronización con los centrales y problemas en los duelos individuales. Trauco sufrió en el uno contra uno con Richarlison, principalmente en las carreras al espacio, y Advíncula ha tenido su principal flaqueza en la faceta defensiva, quizá no tanto en la defensa personal como en la concentración y en la falta de sintonía con los movimientos colectivos (en el 1-1 de Paraguay habilita a Romero, por ejemplo).

Argentina tiene desequilibrio por afuera como para complicar a los dos, especialmente con Ocampos, Di María y Correa más lo que pueda generar Messi tirado a un costado. Por otro lado, también lo puede hacer en conjunto con movimientos coordinados, como con un desmarque de apoyo acompañado por otro de ruptura para generar dudas en las marcas.

Fragilidad en pelota parada: Así como Perú maneja bien el juego aéreo en ataque, con las búsquedas en largo y el intento de controlar las segundas jugadas, en defensa lo sufre, tanto por desconcentraciones individuales como por dificultad para imponerse por arriba. De los seis goles que recibió, tres se produjeron por esa vía: los dos de Paraguay llegaron con centros (uno tras un envío desde 3/4 y otro en la segunda jugada de un córner) y uno de Brasil fue desde un saque de esquina. Asimismo, dos incluyeron fallos de Advíncula.

Crédito de la foto de portada: Martín Alipaz/EFE.

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