Antes de recibir al City, el PSG logró un sólido triunfo ante el Montpellier (2-0) y mantiene un andar perfecto en Liga. «El equipo se mostró fuerte», dijo Pochettino.
Después de dos partidos con baches en el rendimiento y victorias rescatadas sobre el final, el Paris Saint-Germain volvió a ganar sin necesidad de un gol en el tiempo agregado. Si bien en un momento del segundo tiempo bajó su dominio y atravesó otro de los pasajes de relajación que mencionó Mauricio Pochettino en la conferencia previa («El equipo poco a poco se mostró un poco conforme con el resultado del 1-0 y pensando en mantener esa posición, en vez de desesperadamente y agresivamente ir a buscar el dos, el tres o el cuatro y hacer la diferencia. Ése es el desafío que tenemos: tratar de que los 90′ juguemos a un nivel como el que estamos demostrando, aunque sabemos que es difícil. Lo bueno es que lo estamos teniendo, ahora el desafío es mantenerlo en períodos mucho más largos», dijo), en general fue una muy buena actuación. Con otro inicio fuerte (convirtió antes de los 15′ en tres de sus últimos cuatro compromisos), el conjunto parisino se puso rápidamente en ventaja y pudo controlar el ritmo. Prácticamente sin sufrir, ya que el Montpellier complicó con remates lejanos y poco más, consiguió un 2-0 que lo mantiene con un andar perfecto en la Ligue 1.
La clave del mejor desempeño del PSG pasó por el funcionamiento del mediocampo conformado por Ander Herrera, Leandro Paredes e Idrissa Gueye. Luego de una regular actuación de Rafinha, Danilo Pereira y Georginio Wijnaldum frente al Football Club de Metz, los tres aparecieron en el once y se complementaron de gran manera. El principal cambio se notó en el apartado defensivo, tanto en las secuencias en campo propio como al momento de retroceder. Si el dirigido por el santafesino es un equipo que suele ofrecer facilidades por las bandas, el español, el argentino y el senegalés se encargaron de disimularlo. A partir de su coordinación para deslizarse hacia los costados y cubrir espacios, lograron ayudar y respaldar a los laterales cuando los delanteros no retrocedían.
Pero lo más destacado estuvo durante las transiciones defensivas, una fase del juego en la que se habían visto inconvenientes contra el Metz y en otros encuentros de la temporada, como en el Trophée des Champions ante Lille. Con una correcta ubicación y una veloz activación, los tres lideraron una mejorada presión tras pérdida (ver abajo), que también contó con una mayor predisposición de los delanteros. Recuperaron mucho por lectura o solidez en las disputas, sobre todo los dos interiores: Herrera sumó dos intercepciones, completó cuatro entradas y ganó 8/10 duelos; Paredes, uno, uno y 2/5, y Gueye, dos, cinco y 7/13.
En cuanto al ataque, la propuesta del conjunto parisino contó con dos enfoques diferentes. Así lo aseguró Pochettino: «La victoria fue merecida, con dos mitades diferentes. En la primera creamos situaciones en juego directo y rápido, mientras que en la segunda controlamos más el partido». Esa doble búsqueda se refleja en la posesión, con un 48% antes del entretiempo y un 59% después. Si en la etapa inicial la intención fue llegar con progresiones y combinaciones veloces, en especial por afuera para poner a un jugador de frente y con panorama para avanzar (como en el duelo con el Clermont Foot 63), en la parte final pasó por manejar la pelota y contener alguna reacción rival -especialmente- desde la tenencia; aunque se acercó bastante a Jonas Omilin, y también con ataques en pocos toques, priorizó bajar un poco el ritmo y no generar un ida y vuelta que le pudiera crear problemas.
Esto le permitió al PSG neutralizar los principales recursos del Montpellier y sufrir poco. Sin poder contraatacar con frecuencia y peligro por la mejorada presión tras pérdida local (más el respaldo de los dos centrales), los de Olivier Dall’Oglio tampoco lograron explotar su juego exterior: el 84% de sus avances fueron por afuera, pero apenas conectaron tres de los 21 centros enviados. Por eso, en general se aproximaron con remates lejanos que no exigieron mucho a Keylor Navas: sólo dos de sus 10 tiros se ejecutaron dentro del área (dos cabezazos, uno muy desviado desde un córner y otro de Valerie Germain que contuvo el costarricense).
Con el arco en cero después de tres compromisos, los dirigidos por el santafesino lograron un claro triunfo. A partir de sus ocho éxitos en fila en la Ligue 1, pueden seguir en busca de su mejor versión con confianza y un buen margen de resultados (ya le sacó nueve puntos a su escolta, que ahora es el Racing Club de Lens tras haber derrotado al Olympique de Marseille). «Estoy satisfecho. En general, con el tiempo es normal mejorar en todos los sectores. El equipo ha sido más fuerte hoy a la defensiva y mostró solidez en todas las líneas. No podemos dividir el equipo, es un todo. Estamos en construcción, pero lleva tiempo seguir progresando. Sabemos que necesitamos mejorar», analizó Pochettino.
Antes de presentarse a su primera gran cita de la temporada, en un esperado duelo con el Manchester City, el PSG dio un paso adelante. Si bien aún debe ajustar piezas, corregir matices y se le intuye un potencial mayor como conjunto (sobre todo en cuanto a la constancia en el rendimiento, tanto entre partidos como dentro de los 90 minutos), de a poco sienta bases para su desarrollo.
Crédito de la foto de portada: AFP.
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