El PSG se pinchó y cedió en casa

Después de unos 45′ muy buenos, el conjunto parisino perdió el dominio y cayó en Paris ante el City. Tras el 1-2, deberá ir por la remontada en la vuelta.

Si la Champions League necesitaba aún más partidos para demostrar que es una competición cambiante, exigente en la gestión de las emociones y tan competitiva a nivel técnico y táctico como mental, el primer duelo entre el Paris Saint-Germain y el Manchester City reusltó otro ejemplo. Con un altísimo nivel en el trato de la pelota, el Parc des Princes también fue el escenario de una batalla estratégica que derivó en un dominio de un tiempo para cada uno y un triunfo por 2-1 de los dirigidos por Pep Guardiola. Ante fuerzas parejas que se superaron por igual, la efectividad y la capacidad para aprovechar mejor su momento les dieron a los ingleses una victoria en suelo francés que obliga al conjunto de Mauricio Pochettino a ir por la remontada al Etihad Stadium.

«Creo que fueron dos mitades diferentes -aseguró el argentino en BT Sport. En la primera lo hicimos bien, es difícil dominar a un equipo como el City. Creamos chances y merecimos irnos al vestuario con la ventaja. Pero en la segunda mitad fueron mejores que nosotros, dominaron y convirteiron con dos accidentes, porque los dos goles creo que fueron dos accidentes. Obviamente, al final dominaron la segunda mitad y crearon más que nosotros. Creo que fue una mitad para cada uno». Y completó su análsis: «En el segundo tiempo creo que fueron más consistentes. Para nosotros fue difícil lidiar con la exigencia y en lo físico ellos estaban un poquito más agresivos. Nos costó recuperar la pelota, a veces hubo posesiones largas para el Manchester City y eso, obviamente, nos lo hizo difícil después para jugar. No mostramos la energía que se necesita cuando se recupera la pelota para mantener la posesión y forzarlos a ir hacia atrás».

Los 45′ iniciales del PSG fueron de los mejores del equipo en esta fase final de la Champions, ya que mostró seguridad y aplomo para imponerse. Logró solidez en su bloque defensivo (en un 4-4-2 con Marco Verratti por izquierda, como frente al Metz) y exhibió una variedad de recursos ofensivos que no logró traducir del todo en el marcador. Porque llegó de contraataque, con paciencia y avances estacionados y de pelota parada -así vino el gol-, pero sólo subió un tanto al marcador en su pasaje de superioridad.

A partir de una progresión limpia desde atrás, principalmente desde Marquinhos -que volvió a convertir un tanto decisivo, como ante Atalanta y Leipzig en la temporada pasada y el Bayern München en cuartos de final- y Leandro Paredes, el conjunto parisino logró encontrar varias veces a Neymar, Ángel Di María y, en menor medida, Verratti en zonas intermedias (entre líneas y a los costados de İlkay Gündoğan y Rodri). A partir de sus pies, especialmente los del argentino y el brasileño, que estuvieron muy finos para asociarse, se metió en campo rival y consiguió que el desarrollo del juego fuera en los alrededores del área «Cityzen».

Ese sobrio trabajo con la pelota, con mucha seguridad y tranquilidad para afrontar y superar la presión, lógicamente potenció la fase defensiva. A su buena circulación, que en el primer tiempo le evitó correr hacia atrás o contraataques peligrosos salvo por una salida fallida, los de Pochettino le sumaron un gran trabajo para reducir la influencia de Kevin De Bruyne, el jugador más desequilibrante del equipo inglés. Concentrados y atentos para cerrar las líneas de pase hacia él, lograron que sólo interviniera 19 veces en la media hora inicial (terminó el partido con 74 intervenciones, tras dos franjas de 30′ con 29 y 26). Esa vigilancia fue abanderada por Idrissa Gueye, pero también contó con colaboración de otros futbolistas. Abajo, dos ejemplos (primero, Paredes lo siguió de atrás mientras el senegalés y Di María se acercaron para cerrar el hueco; luego, hubo un trabajo coordinado para negar el envío hacia el ex Chelsea y forzar un avance por el otro lado).

Pero el entretiempo cambió el panorama del encuentro. El City dejó atrás sus tensiones, en un regreso a semifinales desde 2016 que le pesó en el comienzo (como admitió el propio Guardiola), y se plantó con más aplomo en el Parc des Princes. Más allá de una posesión más veloz, el cambio principal estuvo en la presión: la llevó a cabo más arriba, acortando las distancias entre jugadores, y así forzó muchas recepciones de espaldas que evitaron que el PSG progresara. Lo más destacado fue cómo Rúben Días, de gran segunda mitad, comenzó a seguir a Neymar para no permitirle girar para arrastrar a sus compañeros a la otra mitad del terreno. Es algo que abrió un espacio en la defensa, aunque eso no fue aprovechado por un Kylian Mbappé -el más apto para hacerlo- que casi no lanzó desmarques detrás de la última línea.

El impacto de esas modificaciones fue tal que el conjunto parisino bajó mucho su tenencia (de 46% pasó a 34%), corrió mucho detrás de la pelota y, por ende, atacó menos, al punto de que casi no se acercó a Ederson. Esto quedó reflejado en la menor participación de sus futbolistas más influyentes durante el primer tiempo, los que le habían permitido progresar en la cancha y mostrarse tan superior futbolística y anímicamente. Paredes pasó de intervenir 35 veces en la etapa inicial a hacerlo 12 en la final (con 7′ menos); Verratti bajó de 35 a 16; Di María, de 42 a 25 (en 10′ menos), y Neymar, de 38 a 28. A eso se sumó el impacto de los goles encajados, como destacó Pochettino en conferencia de prensa: «El primer gol concedido nos lastimó. Pequeños detalles afectaron nuestra impresión del partido. El City es un gran equipo. Tuvimos una buena primera mitad, pero fueron capaces de reaccionar».

El resultado obliga a los dirigidos por el santafesino a remontar, en el primer partido de vuelta que afrontarán fuera de casa y en desventaja en estas eliminatorias. Sin embargo, en esta Champions han demostrado tener el temple y la capacidad goleadora como para pensar que la clasificación no está tan lejos: en sus últimos tres partidos de visitante marcaron al menos tres goles, con tres en Old Trafford (con Thomas Tuchel en el banco), cuatro en el Camp Nou y tres en el Allianz Arena. El primer paso para alcanzar la definición está en la convicción de que es posible y bien lo sabe el entrenador argentino, que subayó: «Tenemos que creerlo, tenemos el talento para hacerlo. Esta noche duele, pero debemos seguir siendo optimistas y creerlo, porque sabemos que podemos ganar e ir a la final».

Crédito de la foto de portada: EFE.

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