Aunque fue más en los 90′, el conjunto parisino desperdició dos ventajas y debió ir a penales para superar al Montpellier y pasar a la definición copera.
Para el Paris Saint-Germain, el viaje al sur de Francia para visitar al Montpellier tenía un doble propósito: recuperarse del tropezón del fin de semana -con un 1-1 frente al Stade Rennais FC que lo dejó a tres puntos del Lille con seis en juego- y, principalmente, clasificarse a la final de la Coupe de France. Si bien tuvo cierto sufrimiento al ser por penales, el equipo de Mauricio Pochettino cumplió con sus objetivos: mostró una reacción, con un juego dinámico e incisivo que le permitió crear muchas chances (remató 23 veces), y avanzó a la definición, en la que se enfrentará con el Monaco.
Para conseguir esa chispa fue importante el regreso de Kylian Mbappé, que venía de perderse dos compromisos y volvió activo y con determinación. Su reaparición en el once inicial sumó una amenaza al espacio que resultó un dolor de cabeza para la línea de cinco del local, que sufrió para controlar su velocidad y desequilibrio. A partir de su figura y su talento, el entrenador argentino le agregó algunos matices a la distribución habitual.

Lo más destacado pasó por la centralización del propio atacante francés, quien desde la izquierda partió hacia el medio y fue el hombre más adelantado, generalmente posicionándose incluso por delante de Mauro Icardi (ver arriba). Justamente, el argentino estuvo muy involucrado en la circulación y jugó un partido que ratifica su mayor participación en el juego desde que llegó Pochettino. Si bien falló un par de ocasiones, participó en cantidad (intervino 37 veces) y calidad para ayudar en la construcción -como mostró con dos apoyos en la acción del primer gol- y con varios de sus retrocesos arrastró a un central y abrió espacios detrás de la defensa.
Ese panorama en el último tercio, que fue útil tanto para instalarse en esa zona del campo como para conseguir profundidad, también estuvo facilitado por el posicionamiento colectivo. En la izquierda, Mitchel Bakker dio amplitud e Idrissa Gueye ofreció respaldo, por lo que Mbappé pudo cerrarse y contó con un buen socio (que lo lanzó bien, con el pase del 1-0 incluido). Mientras que en del otro lado se dieron dos posicionamientos distintos: la disposición inicial fue con Alessandro Florenzi cerrado y Pablo Sarabia abierto, algo empleado anteriormente cuando el español fue el extremo titular -especialmente frente al Racing Club de Strasbourg Alsace-, pero después de que el dueño de casa sumara un mediocampista, al retrasar a Gaëtan Laborde a los 15′, invirtieron carriles y el ex Sevilla se movió más entre líneas.
El ajuste de Michel Der Zakarian refleja que sus dirigidos tenían complicaciones para contener esa banda derecha del ataque parisino, que encontró ahí una fuente de ventajas. Y le sacó rédito durante todo el encuentro: primero por cómo el italiano, desde su posición interior, atrajo al carrilero izquierdo del Montpellier (Mihailo Ristić) y forzó reposicionamientos en la última línea que no siempre fueron coordinados y dejaron huecos; luego, ante el reordenamiento del local, por cómo usó que el bloque rival estaba agrupado en ese costado para atraer y avanzar por el otro o para combinar a partir de su buen pie en esa porción de la cancha. Abajo, un compacto con las mejores acciones de este tipo.
Más allá de su superioridad, por lo mucho y bien que se acercó al arco de Dimitry Bertaud, el PSG no se llevó el triunfo en los 90′ porque falló en la definición y sufrió en algunas transiciones. Aunque tuvo algunas buenas presiones tras pérdida, el dueño de casa pudo contraatacar con peligro cuando llegó tarde o logró sortear esos primeros obstáculos. Principalmente lo hizo por las bandas, aprovechando que quedaban desprotegidas (cuando Florenzi pasó a ubicarse más abierto la visita perdió un elemento de seguridad) y que la principal debilidad del conjunto parisino a lo largo del ciclo ha estado en lo que le cuesta defender avances que van de un lado al otro. Esto se trasladó al marcador, ya que así se generaron los dos goles del Montpellier.
En lo global fue un buen partido de los dirigidos por Pochettino, que dominaron desde su ataque y controlaron el trámite durante muchos pasajes. «Creo que lo merecimos completamente», aseguró el argentino en el canal del club. Y agregó: «Es una lástima que haya sido por penales, pero el rendimiento fue muy bueno y estoy contento con el equipo y los jugadores. En general pienso que merecimos estar en la final. Creo que creamos un montón de ocasiones, pero a veces no tuvimos suerte. Ahora se trata de estar listos para el domingo y después pensar en la final». Antes de enfrentar al Monaco por el título (este miércoles a las 16.15), el conjunto parisino deberá afrontar un duelo con Stade de Reims en su persecución al Lille por el título liguero.
Crédito de la foto de portada: Olivier Corsan/Le Parisien.
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