El conjunto parisino inició la serie de tres partidos a ganar con una goleada al Reims (4-0). Antes de ir por la Copa, se puso a un punto del Lille en Liga.
Sin margen de error, el Paris Saint-Germain afrontó en el Parc des Princes la primera de las tres «finales» para terminar la temporada y se la llevó con autoridad. Obligado a ganar las dos fechas restantes luego del tropezón de la semana anterior y en la definición de la Coupe de France tras ganar la semi, el cierre de una 2020/21 agitada quedó para tres encuentros a ganar para aspirar a levantar dos títulos. El primer paso hacia la Ligue 1 lo dio y recibió una de las ayudas que necesitaba, ya que no dependía -ni depende- de sí mismo: con el 4-0 al Stade de Reims y el empate de los «Dogos» (0-0 frente al Saint-Étienne) quedó a un punto, con todo para definirse en la última jornada.
El trámite del partido se pareció mucho a uno de los primeros del ciclo, un 4-0 al Montpellier en el que el PSG también ganó con comodidad y con la misma sensación de que las conversiones dependían de que se enchufara y acelerara. Ese día, en la que fue la segunda aparición del ciclo con el tridente estelar en cancha, la roja llegó un poco más tarde (a los 19′, frente a los 10′ en esta ocasión) y los goles cayeron juntos (convirtió los últimos tres entre los 60′ y los 63′), mientras que contra el Reims los festejos se distanciaron más en el tiempo (13′, 24′, 68′ y 89′).
Además, ambas veces las luces enfocaron a Ángel Di María, Neymar y Kylian Mbappé: en esta oportunidad no por la novedad de sus primeras combinaciones con Mauricio Pochettino en el banco, sino por cómo acapararon el juego ofensivo y mostraron su calidad. Una de sus asociaciones abrió el partido (con la jugada del penal y la expulsión) y estuvieron cerca de juntarse para más tantos, algunos espectaculares como el remate de zurda que el francés envió desviado tras un gran taco del brasileño. Ellos tres fueron quienes más aprovecharon las facilidades que dio el Reims, reflejadas en el 2-0 y otros errores evitables en salida.
Con el respaldo de Danilo Pereira y Ander Herrera -quien, como ante el Rennes, se incorporó bastante desde atrás- y la amplitud de Colin Dagba y Mitchel Bakker, que participaron más al estirar un poco la defensa rival que con la pelota, el tridente pudo lucir su creatividad y capacidad. Además, la goleada le permitió a Pochettino cuidar a dos de ellos para la final copera (Neymar está suspendido, por eso completó los 90′). Sumada la rotación en el once inicial (apenas repitieron Keylor Navas, Marquinhos, Bakker y Mbappé), el PSG afrontará la definición de la Coupe de France ante el Monaco con el plantel algo más descansado.
Una vez tomada la ventaja, la mirada pasó a estar en el cruce decisivo del miércoles y en lo que hiciera el Lille, que dejó unidades en el camino. La combinación de resultados deja al conjunto parisino en una mejor posición de cara a la última fecha, en la que tiene chances de recuperar el primer puesto. Así lo remarcó el entrenador argentino en conferencia de prensa, con la convicción de que la remontada es posible: «En el fútbol, creer es lo más importante. Puede pasar de todo. Tenemos que estar seguros de hacer nuestro trabajo en Brest y esperar que el Lille no gane en Angers. Hay que creer, por supuesto. Vamos a creer. Ahora estamos enfocados en Monaco, pero lógicamente que creemos. Primero tenemos que ganar y creer que Angers puede hacer un buen partido contra el Lille y sacarle puntos».
Concretada la goleada, el PSG ya se enfocó en levantar el segundo trofeo del ciclo (tras el Trophée des Champions). Ganada la primera «final», afrontará la segunda con el ánimo renovado y piernas algo más frescas.
Crédito de la foto de portada: EFE.
LUCAS MARINELLI 
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