Un clásico de sensaciones ambiguas

Tras unos 45′ de dominio que no pudo trasladar al marcador, el PSG se quedó con 10 y pasó a priorizar la valla invicta: la consiguió y se llevó un punto del Vélodrome (0-0).

Entre ráfagas de llegadas y largos pasajes sin rematar, progresiones refinadas y tenencias inertes y ataques relampagueantes y concesiones por las bandas, el Paris Saint-Germain vivió en el Stade Vélodrome un partido de dualidades. Superior al Olympique de Marseille en el primer tiempo y forzado a cambiar su enfoque en el segundo por la expulsión de Achraf Hakimi, esas dos caras también se pueden trasladar a los 90 minutos con el entretiempo como quiebre. Con un gol anulado por lado, el resultado no se movió y esos distintos pasajes de dominio de uno y otro no alcanzaron a mover el cero. Si bien cierta inconsistencia en el rendimiento se había visto en casi todos sus encuentros de esta temporada -y en partes del primer semestre-, algo lógico para un equipo que atraviesa un proceso de construcción (como se encarga de remarcar con frecuencia Mauricio Pochettino), en este empate con sabor agridulce se vio con momentos muy marcados.

«Nunca estamos contentos con un empate, pero dadas las circunstancias quizá podemos estar satisfechos con el rendimiento y el resultado», aseguró el entrenador santafesino en el canal del club. Y agregó: «Es un punto y queríamos los tres, pero tenemos que seguir trabajando. Mostramos carácter, personalidad y solidaridad. Estoy contento con eso». Con temple para afrontar el clásico y para sostener el cero, el PSG tiene motivos para sacar puntos positivos de la igualdad. Le faltó concretar sus chances, valoradas en 2.05 xG contra 1.29 de su rival («goles esperados» es una estadística que mide la calidad de los intentos), conseguir una mayor conexión entre sus jugadores talentosos y estirar su media hora más favorable, pero aunque sigue lejos de su potencial no todo resultó en aspectos negativos.

Desde un once que incluyó las novedades de un doble 5 integrado por Danilo Pereira y Marco Verratti y la presencia de Ángel Di María por izquierda (seguramente para darle una mano a Nuno Mendes y lastimar la espalda del lateral derecho, Valentin Rongier, con un futbolista inteligente e incisivo para atacar espacios), el conjunto parisino fue superior al castigar la defensa adelantada del Marseille. Con la capacidad del italiano para manejar el ritmo e ir juntando piezas (en sus 47′ intervino 53 veces y fue quien más participó en el primer tiempo), controló la posesión y profundizó desde los desmarques detrás de la última línea. Generalmente luego de una asociación que involucrara al menos a uno de los cuatro cracks, lo que servía para captar la atención y distraer, apenas se presentaba la oportunidad se daba una ruptura. Los principales protagonistas fueron Kylian Mbappé, por el medio o con diagonales, y el «Fideo» -que fue un recurso importante, incluso si al jugar a perfil natural no está tan cómodo y pierde variantes-, que realizaron esas carreras tanto para finalizar por su cuenta como para asistir.

Ése fue el camino más recurrente del visitante para llevar peligro al arco de Pau López, aunque también se aproximó a través de contraataques, conexiones entre Lionel Messi y «Kiki» –lo que ya se había visto en la remontada ante el RasenBallsport Leipzig– y progresiones por afuera. Por momentos necesitó alguna combinación más entre los cuatro delanteros, ya que desde esas sociedades se le intuye un potencial alto y la mayor capacidad de desequilibrio para imponerse en los encuentros, pero eso se debió, justamente, a la última de sus vías para avanzar. A partir de su goleada ante el Clermont Foot 63, que incluyó problemas para salir hasta que Rafinha y Julian Draxler se abrieron y colaboraron con descargas de espaldas para poner a alguien de frente (hasta esa modificación, varias veces había cometido pérdidas en las bandas ya que la presión orientaba la pelota hacia ahí y ahogaba al poseedor, que no tenía un pase claro hacia delante; ver abajo), Pochettino opta por mantener abiertos a los extremos (los dos argentinos en el Vélodrome, aunque lo cumplen todos los que ocupan esas posiciones) durante la fase de iniciación para facilitar las progresiones por afuera, uno de los rasgos y una de las principales virtudes del equipo esta temporada.

En la última parte del terreno o cuando la tenencia ya está instalada en campo contrario sí hay una mayor libertad de movimientos, como se vio tanto en el clásico como en anteriores presentaciones y como señaló el entrenador santafesino en el canal del club antes de la conferencia previa a visitar al Stade Rennais: «En el último tercio, nuestra filosofía es darles la capacidad a ellos (Di María, Neymar, Messi y Mbappé) de estar inspirados y tratar de usar su talento. Una cosa es cuando construís desde atrás o en la zona media, pero en el último tercio se trata de inspiración y talento, y ellos tienen el talento para hacer lo que quieran. Ésa es un poco nuestra filosofía cuando tenemos esta clase de jugadores. Podés trabajar (movimientos), pero al final necesitás confiar en ellos en que van a tomar la mejor decisión». El problema para el PSG es que a veces ataca con velocidad una vez que supera la línea media, sobre todo si en la salida dejó atrás a varios adversarios, y eso hace que le falte esa imaginación o se «pierda» las resoluciones que le ofrecen al combinarse futbolistas tan precisos e inteligentes. Así logra ser peligroso igualmente, pero hay veces que la jugada progresa sin darles tiempo a que dejen sus puntos de partida y se acerquen. Dos posibles soluciones se relacionan con utilizar una línea de tres (con un central o un mediocampista metido atrás) y adelantar a los laterales para ser esas opciones externas, como frente al Leipzig, o con que cuando la salida esté orientada hacia un costado se dé un desplazamiento hacia adentro del extremo del lado opuesto, ya que así podría estar más cerca del resto.

Aun con esos inconvenientes, el conjunto parisino jugó una muy buena media hora en la etapa inicial. Desde los 15′ fue superior y durante un pasaje logró un parcial de ocho a cero en remates (de los 26′ a los 42′, cuando produjo el 80% de sus 10 intentos; antes, sin contar el tanto anulado, y hasta los 66′ no tuvo ninguno), aunque entre la solidez de López y la dupla central del local (William Saliba, que incluso tuvo un quite al límite sobre Mbappé en la segunda etapa, y Duje Ćaleta-Car) e imprecisiones propias no pudo trasladarlo al marcador. Fuera de esos 30′, sobre todo a partir de la expulsión a los 57′, los de Jorge Sampaoli tuvieron un mayor control. La roja les dio la posibilidad de obtener su dominio más pronunciado, como lo grafica que desde esa incidencia subió de un 46,8% a un 51,3% de posesión y ejecutó 10 de sus 15 disparos.

La receta del Marseille fue la misma a lo largo de todo el encuentro, al intentar atacar con amplitud y lastimar desde las bandas, por donde el PSG suele conceder ventajas. Buscó llegar con paciencia y cambios de lado para mover a la defensa, abrir huecos por afuera y cargar el área. Los 21 centros lanzados (cuatro por encima de su promedio en Ligue 1) lo reflejan, aunque la defensa visitante rechazó varios (de los 10 despejes, seis fueron de un sólido Marquinhos). Contó con toques de calidad de Dimitri Payet y el desequilibrio de un Pol Lirola que tuvo a maltraer a Mendes, pero también falló en la definición y Keylor Navas finalizó el juego con apenas una atajada (contra cuatro del arquero español).

«Ha habido muchas cosas positivas. El equipo mostró solidez y carácter, pero también buena organización con y sin la pelota. Es una lástima que hayamos jugado con un futbolista menos durante 40 minutos, pero incluso en esta situación tuvimos buenas situaciones», analizó Pochettino. Y, con vistas al futuro, sumó: «Estamos en busca de equilibrio. Sabemos que septiembre, octubre y noviembre son meses difíciles para el equipo. Estoy satisfecho con la evolución a lo largo del tiempo. No con el resultado de hoy». Con una ventaja sobre el Racing Club de Lens que sigue siendo cómoda aunque se redujo a siete puntos, sus dirigidos encararán con ese respaldo una semana sin otro compromiso. Sin tener que jugar martes o miércoles por primera vez desde fines de agosto (sin contar ventanas de selecciones), tendrán algunos entrenamientos para seguir ajustando cosas en busca de dar pasos hacia delante como conjunto.

Crédito de la foto de portada: @PSG_espanol.

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