Antes de recibir a un Madrid que le puede plantear un bloque cerrado, el PSG venció a un Rennes que se refugió bien y lo obligó a esforzarse y esperar para el 1-0 final.
Con una amplia ventaja en la Ligue 1 (le lleva 13 puntos al Olympique de Marseille), desde el cambio de año el Paris Saint-Germain ha utilizado todos sus compromisos como preparación para la gran cita europea: la serie de octavos de final frente al Real Madrid. Sumada la eliminación en la Coupe de France, es evidente que la Champions League marcará el balance de la temporada del conjunto parisino, por lo que el cruce es de suma importancia. Ante ese escenario, y con la posibilidad de contar con Lionel Messi de manera sostenida casi que por primera vez (inconvenientes físicos y convocatorias a la Selección afectaron su continuidad en Francia), el objetivo en los compromisos ligueros del 2022 ha sido más pulir y perfeccionar el funcionamiento que ganar -más allá de su obvia relevancia en una competencia. En su última presentación antes del primer duelo estelar, contra el Stade Rennais Football Club los dirigidos por Mauricio Pochettino enfrentaron un escenario que puede tener similitudes con el del martes y, con algunas dificultades, lo resolvieron sobre el cierre para llevarse los tres puntos por la mínima (1-0).
Así analizó el triunfo el entrenador argentino: «Fue un partido diferente al del Lille (goleó con comodidad a un rival que no estuvo tan compacto). Hoy vimos un Rennes que mostró una disciplina táctica muy fuerte. Si no puedes abrir el marcador rápidamente, es cada vez más difícil porque la motivación del oponente aumenta. Éste fue el caso hoy. Jugaron en un bloque muy bajo con un 4-5-1. El delantero centro, (Gaëtan) Laborde, estaba a casi 30 metros de su propio arco. Fue muy difícil para nosotros, cuando primero tuvimos la oportunidad de anotar sin éxito. Más allá de todo esto, logramos mantenernos vivos en el juego. Eso nos permitió anotar al final». Frente a este tipo de contextos y para intentar superar defensas cerradas, el santafesino ha profundizado en ciertas pautas que, aun así, el equipo no ha logrado ejecutar con eficacia consistentemente. En su última aparición en un disgustado Parc des Princes (hubo críticas a Leonardo, director deportivo, y a la actitud en el campo), eso llevó a un rendimiento sin mucho brillo.
Con una línea de tres para salir (alternando quién se sumaba a los centrales, aunque generalmente fue Leandro Paredes), un Marco Verratti que varió bien alturas en su posicionamiento y tomó un rol preponderante en la construcción (intervino 124 veces, al menos 26 más que cualquier otro jugador), distintos roles de los extremos (en la derecha, Xavi Simons se movió más pegado a la línea; en la izquierda, Kylian Mbappé apareció en otras zonas) y la libertad de Lionel Messi, el PSG mantuvo la estructura de sus últimos encuentros, pero le falta de otras cosas le impidieron terminar de dominar. Aunque armó triángulos por afuera, en especial en la izquierda, entre virtudes ajenas (el Rennes supo cerrar espacios y tapar los circuitos internos) y falencias propias (no tuvo tanta movilidad sin pelota y la velocidad de la circulación no fue tan rápida como para compensarlo) le costó generar peligro.
Tampoco sufrió mucho, si bien concedió algunas chances, porque por momentos su presión tras pérdida fue correcta y porque los de Bruno Génésio partieron muy atrás y, por ende, no pudieron contraatacar con regularidad. Así, el trámite -sobre todo en la etapa final- quedó marcado por la decisión del visitante de no ofrecer grietas y por las dificultades del local, que en general controló el juego, para crearlas. Pero cuando parecía que el marcador no se movería, de nuevo llegó una conexión precisa entre Messi y Mbappé para convertir y despejar posibles dudas.
Luego de otro tanto tardío (en la 2021/22, es el séptimo convertido después de los 85′ que sirve para sumar), el conjunto parisino afrontará el primer cruce con el Real Madrid con un ligero envión anímico por su situación en la Ligue 1 y con continuidad en sus pautas y el probable once. Más allá de que le falta un jugador clave como Neymar y aún no puede disponer en su totalidad de Idrissa Gueye (el senegalés, que puede ayudar en la presión y sumar llegada al área desde atrás, algo que no le sobra al PSG, se incorporó recientemente luego de ser campeón de África), los otros futbolistas compartieron minutos que permitieron afinar el conocimiento en la cancha y desarrollar sinergias. En una serie con puntos favorables para ambos equipos, que no llegan en plenitud más allá de su potencial, este período de rodaje en la preparación puede resultar importante para los dirigidos por Pochettino, que igualmente deberán acercarse a su mejor versión para un duelo de pesos pesados.
Crédito de la foto de portada: AFP.
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