Tras una semana complicada por la caída copera, el conjunto parisino mostró una gran versión y goleó a un deslucido Lille (5-1) con un destacado trabajo colectivo.
Después de la dolorosa eliminación de la Coupe de France, en una derrota por penales ante el Olympique Gymnaste Club de Nice luego de un duelo parejo en el que había sido superior, el Paris Saint-Germain se recuperó con una contundente victoria contra un deslucido Lille (5-1). Después de días agitados, con el momento de mayores críticas hacia un Mauricio Pochettino que lidera un equipo que afronta juicios y sentencias en cada presentación («Está claro que tiene su complejidad, que no creo que sea más o menos difícil, sino que tienes que atender y tienes que adaptarte rápidamente a las demandas que exige llegar a un club como el Paris Saint-Germain. Lógicamente, somos el foco mediático mundial. Sobre todo en este último año, después de un mercado de verano en el que han llegado jugadores, más los que había, que brillan por sí solos», dijo el argentino, consultado sobre si en este trabajo estaba enfrentando más dificultades que en sus dos anteriores, en la conferencia previa), el conjunto parisino respondió con un rendimiento «vintage» que se asemejó a los mejores momentos del ciclo. Desde una buena distribución y una circulación de calidad, superó al vigente campeón de la Ligue 1 y estiró la ventaja con su escolta -que ahora es el Olympique de Marseille- a 13 puntos.
«Fue un buen partido», aseguró el entrenador santafesino, muy satisfecho con la actuación. Y completó: «Creo que ha habido muchas cosas positivas, como la energía mostrada por el equipo y la capacidad de combinar. Pudimos recuperar la pelota, ejercimos una buena presión sobre el Lille. Se vieron obligados a jugar con pelotas largas, lo que nos permitió encontrarnos más fácilmente colectivamente, ser compactos y tener calidad en la recuperación al estar cerca el uno del otro».
Compenetrado colectivamente y con un inicio fuerte (abrió el marcador a los 10 minutos), el PSG encaminó un triunfo por el que igualmente debió trabajar, ya que Sven Botman igualó luego de un desborde magistral de Hatem Ben Arfa. Para superar al 4-4-2 del local, que no estuvo tan compacto como en la ida o durante el proceso de Christophe Galtier, los de Pochettino retomaron viejas pautas -aplicadas incluso en la eliminación copera contra el Nice- para enfrentar el 4-4-2 del local y las llevaron a cabo con jerarquía y confianza. La distribución ofensiva se mantuvo siempre en torno al 3-4-3, pero tuvo flexibilidad: se vieron rotaciones para que un mediocampista permaneciera atrás para formar la línea de tres -con Leandro Paredes y Danilo Pereira como los principales encargados de hacerlo- y hubo movilidad para alternar alternar alturas y carriles, sobre todo de parte de Marco Verratti (entendió muy bien cuándo debía aparecer más abajo para ayudar a progresar y cuándo tenía que hacerlo más arriba y cerca del área) y el tridente de ataque.
Así, logró superioridad numérica para salir, juego interno con opciones entre líneas y amenaza externa con los laterales (Nuno Mendes lo hizo más desde el uno contra uno, mientras que Achraf Hakimi se proyectó varias veces para llegar al fondo lanzado en velocidad). Con un Lionel Messi activo e incisivo como lanzador (dio una asistencia y facilitó seis remates), que a pesar de alguna imprecisión sigue tomando ritmo y acercándose a su mejor versión, un Kylian Mbappé que es una preocupación constante y un circuito de juego liderado por Marquinhos, Verratti y Paredes (fueron los tres futbolistas con más envíos completados en todo el encuentro, con 73/80, 75/79 y 78/80, respectivamente), el PSG desbordó a los «Dogos» y ganó con comodidad.
Además, como remarcó Pochettino en la conferencia posterior, también hubo un buen trabajo en la presión. Si bien en algunas ocasiones el equipo quedó muy largo y dejó un hueco en el medio que le hizo perder algunas segundas jugadas, en general mostró coordinación para apretar y forzar despejes. Éste es otro aspecto positivo que deja la goleada de cara al inminente cruce con el Real Madrid: aunque los de Carlo Ancelotti saben avanzar desde atrás a partir de la técnica y la capacidad de pase de David Alaba, Toni Kroos y Luka Modrić, si el conjunto parisino opta por intentar robar en campo contrario (puede ser que se retrase un poco más), tendrá que hacerlo con coordinación y convicción. Cualquiera sea la estrategia elegida por el entrenador santafesino, y a falta de otro compromiso (frente al Stade Rennes Football Club) antes de afrontar la noche europea en el Parc des Princes, este gran rendimiento es un sólido paso hacia delante en el camino de preparación.
Crédito de la foto de portada: Icon Sport.
Deja una respuesta