El PSG tomó vuelo hacia la regularidad

Con 60′ muy completos y un bajón al final, los parisinos vencieron al Lyon (4-2) para volver a la cima. «Debemos traspasarlo a un partido completo», avisó Poch.

Tras haber derrotado al Lille en octavos de la Coupe de France, el Paris Saint-Germain afrontó el segundo encuentro de una serie de tres frente a sus dos competidores locales más cercanos con el aliciente de que si ganaba en el Groupama Stadium alcanzaría a los «Dogos» (perdieron por 2-1 con el Nîmes Olympique) en el primer puesto de la Ligue 1. El conjunto parisino volvió a mostrar temple en un partido decisivo (como en el último Trophée des Champions o en el 4-1 en el Camp Nou, por ejemplo) y se impuso al Olympique Lyonnais a partir de una hora de juego muy completa. Además de permitirle subirse a la cima, el triunfo por 4-2, que pudo haber sido una goleada y terminó más ajustado, les abre a los dirigidos por Mauricio Pochettino una oportunidad para alcanzar el título, ya que a continuación de la fecha FIFA habrá un duelo de colíderes en el Parc des Princes.

Después de algunas muestras de irregularidad en su juego, como en la vuelta ante el Barcelona, la caída con el Nantes (en un contexto particular) y los destellos en la eliminatoria copera entre semana, el principal desafío para el PSG, tanto en este compromiso importante como en los siguientes, pasó a ser lograr consistencia en su rendimiento. En una primera parte del ciclo enfocada en consolidar una idea antes de avanzar a las variantes tácticas, algo que ha caracterizado la carrera del entrenador argentino y especialmente su período en el Tottenham, en estos dos meses el equipo ha dado muestras de tener aprendido el libreto, pero sin terminar de sostener el nivel.

Luego de una interesante reflexión del santafesino en la conferencia previa sobre el proceso de crecimiento desde su llegada («Nosotros somos un cuerpo técnico al que le gusta la flexibilidad, ese aspecto de poder cambiar durante los partidos y manejar diferentes sistemas. Hoy la prioridad es desarrollar solamente una forma en la cual los jugadores puedan sentirse cómodos y que puedan rendir de la mejor manera. Sobre todo ayudando, también, a todo lo que es la parte cognitiva, la parte física. Estamos tratando de que todas las áreas estén a un nivel acorde para después poder empezar a crecer y darle diferentes registros al equipo»), los parisinos ratificaron que su identidad está desarrollada y jugaron 60′ de alto vuelo para encaminar la victoria en Lyon.

La estructura desde la que partió el PSG fue la habitual, pero estuvo marcada por un detalle que resultó clave para su dominio. El momento ofensivo mostró tres aspectos conocidos: la flexibilidad para salir con un mediocampista entre los centrales o los dos por delante, faceta en la que participó como eje Idrissa Gueye (en 86′ en cancha intervino 108 veces, máxima cantidad del encuentro, y completó 80/88 pases); las libertades posicionales, y la ocupación de espacios asimétrica en las bandas, con un Ángel Di María que desde la derecha se movió hacia adentro y le dejó el carril a Alessandro Florenzi y un Kylian Mbappé que en general permaneció más abierto y tuvo detrás a Abdou Diallo, que se quedó más retrasado para darle margen de maniobra.

Sin embargo, el principal factor para que el conjunto parisino inclinara la balanza fue cómo cumplió una pauta de dejar dos hombres contra la defensa y dos entre líneas. Esto le permitió, por un lado, mantener a los zagueros atrás, separarlos del resto del bloque y atacar su espalda si se presentaba la oportunidad y, por otro, contar con opciones en tres cuartos del campo para darle continuidad a la circulación y ser nexo hacia el ataque. Sin importar quién desempeñara cada rol, pero con una base de Mbappé y Moise Kean como futbolistas más adelantados, durante los 90′ sostuvo la disposición y eso le permitió mantener la forma. Esto impactó en el trámite y en el marcador, ya que, por ejemplo, le sirvió para alcanzar el 1-0 (ver segunda imagen abajo).

Este comportamiento grupal ya se había visto antes en el año, especialmente en la goleada al Montpellier (en el mejor rendimiento del ciclo con el tridente estelar), pero cuando los mediapuntas fueron Marco Verratti (el habitual cuando no estuvo disponible Neymar) o Rafinha (lo hizo en los dos compromisos previos) en general se retrasaron más y participaron más abajo por su vocación de mediocampistas.

Ante una defensa de los dirigidos de Rudi Garcia más enfocada al jugador que al espacio, siguiendo según referencias zonales y con algunas excepciones (sobre todo cuando la pelota llegaba a los costados y en algunos pasajes para defender en su lado de cancha), el PSG generó muchas ventajas desde su distribución. Como el Lyon dejó bastante distancia con las marcas y salió muy arriba con los interiores (Lucas Paquetá y Maxence Caqueret) para tomar al doble 5, el conjunto parisino pudo mover el balón sin muchas complicaciones.

En ese panorama, los de Pochettino circularon y progresaron con facilidad y muchas veces recuperaron con rapidez por su presión tras pérdida. Varias veces desniveló por derecha, ya que con frecuencia Maxwel Cornet fue hacia adentro con Di María y Karl Toko Ekambi se desentendió de Florenzi. Además, también lastimó de contraataque por la velocidad de Mbappé, la precisión de los lanzadores y algunas concesiones del Lyon (poca gente cerca para tapar y defensores mal perfilados para para correr hacia atrás, por ejemplo).

A partir de ese combo de capacidad táctica y aptitud individual, el equipo de la capital francesa dominó con claridad durante una hora de juego (desde los 5′ hasta los 65′, aproximadamente). Luego, bajó un poco el nivel, tuvo algunas descoordinaciones en defensa y el local fue eficaz para convertir dos goles en las dos primeras llegadas que tuvo desde el 4-0. Pudo haber goleado, pero terminó con un marcador apretado y necesitó de un Keylor Navas que atajó un par de intentos tras un tiro libre.

«Logramos una muy buena actuación durante 60-65 minutos. Jugamos muy bien durante ese tiempo ante un rival difícil como el Lyon. Los jugadores merecen todo el crédito por su desempeño», aseguró Pochettino tras el 4-2. Asimismo, con vistas a la difícil y cargada agenda y a la evolución colectiva analizó: «Creo que es muy importante avanzar y mejorar después de dos meses y medio aquí y unos 19 o 20 partidos jugados. Progresar día a día es lo más importante. Nuestro objetivo es jugar con éxito a este nivel durante 90 minutos. Debemos lograr traspasar lo que mostramos durante esos 60-65′ a un partido completo. Con trabajo llegaremos. Es cierto que nos estamos quedando sin tiempo, pero solo estamos al inicio de nuestro proyecto después de dos meses y medio. Cada una de las competiciones es importante. Estamos entrando en la recta final de la temporada y seguimos compitiendo en la Liga de Campeones, la Coupe de France y estamos en la cima de la Ligue 1».

Ese gran rendimiento durante la mayor parte del encuentro marca que el PSG sabe cómo desenvolverse dentro de la cancha y ejemplifica el fútbol de alto vuelo que puede alcanzar. El siguiente paso será consolidarlo y evitar mermas marcadas (más allá de que con cuatro goles de diferencia es posible que se dé una cierta relajación), sobre todo porque en su calendario aparecen marcados compromisos muy importantes: el duelo por el primer puesto con el Lille (3/4) y la serie de cuartos de final contra el Bayern München (7 y 13/4).

Crédito de la foto de portada: Jeff Pachoud/AFP.

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