Cierre amargo para un semestre irregular

El PSG venció al Brest, pero el Lille ganó y se quedó con la Ligue 1. Entre altibajos, los primeros seis meses de Pochettino terminaron con dos títulos.

Ilusionado con concretar la remontada y arrebatarle el título liguero al Lille en la última jornada, el Paris Saint-Germain viajó al noroeste de Francia con la obligación de derrotar al Stade Brestois 29 para tener chances de ser campeón. Pero para levantar el trofeo también necesitaba un tropezón de los «Dogos» ante el Angers, lo que no ocurrió y dejó sin efecto su triunfo por 2-0. Así, el equipo de Mauricio Pochettino quedó segundo a un punto y perdió la posibilidad de celebrar por tercera vez en la temporada.

«Obviamente estoy decepcionado. Realmente pensamos que podía pasar cualquier cosa en Angers, pero no pasó. Nosotros fuimos profesionales e hicimos nuestro trabajo, pero al final no fue suficiente para ganar el título. Estoy decepcionado y triste», señaló el entrenador argentino en el canal del club. Si bien sus dirigidos hicieron su trabajo y lograron una victoria sin muchos sobresaltos -aun con apariciones necesarias de Keylor Navas-, del otro lado no llegó la noticia esperada.

Cedido el trono liguero, el PSG despide una 2020/21 agitada y llena de altibajos. En un viaje que atravesó turbulencias y complicaciones, el conjunto parisino también mostró aspectos positivos que pueden ser importantes de cara al futuro. Más allá de no haber conquistado las dos competencias más importantes, el cambio de mando a mitad del camino ayudó a reencauzar el vuelo y a mejorar el ambiente. Con Thomas Tuchel peleado con Leonardo (director deportivo) y, según reportes, sin la mejor relación con el plantel, Pochettino llegó a Paris para afrontar su trabajo más exigente como técnico y completó el primer semestre con puntos a favor y en contra.

El desafío al aterrizar en Francia no sólo pasaba por cuestiones futbolísticas, sino también por el escenario y sus luces. Aparte de tener que darle un soporte táctico y una identidad al equipo, el santafesino se enfrentaba por primera vez en su carrera a que desde el primer día los objetivos fueran los títulos y a un vestuario con megaestrellas. Todo eso dentro de un contexto de máxima dificultad: una pandemia y muy poco tiempo de trabajo, con un calendario cargadísimo y compromisos cada tres días (desde el 2/1, inicio del ciclo, dirigió 34 encuentros en 140 jornadas, un promedio de uno cada 4,11).

Salvo el subcampeonato liguero alcanzó las metas, con rasgos colectivos definidos más allá de los nombres y un vestuario que le creyó desde el primer día. Si había alguna duda sobre su gestión de grupo, su estilo de conducción y distintos gestos de los futbolistas las disiparon (por ejemplo, los abrazos de Neymar y Kylian Mbappé tras convertir en el Trophée des Champions y la semifinal de la Coupe de France, respectivamente). Se ganó la confianza de los jugadores -de cierta manera influyó en la renovación del brasileño y en la que se puede llegar a dar del francés-, algo fundamental en clubes de tal magnitud y el primer paso para construir un proceso exitoso.

«Creo que es importante poner todo en situación en la realidad en la que llegamos en enero», comenzó su evaluación Pochettino en el canal del club. Y agregó: «Lo hicimos sin tiempo de trabajo, pero muy bienvenidos por el club y los jugadores. Jugamos cada tres días. Llegamos a la semifinal de la Champions League al vencer al Barcelona y al Bayern y creo que ganar el Trophée des Champions y la Coupe de France fue importante para el equipo. Obviamente, cuando el Paris Saint-Germian es segundo es decepcionante y no es bueno. Pero tenemos que usar la experiencia para el futuro del club».

«Han pasado un poco menos de cinco meses desde que llegué. Hay margen de mejora, estamos en un club que requiere mejorar. Trabajaremos muy duro para eso».

Mauricio Pochettino, en conferencia.

La parte negativa pasa, lógicamente, por la menor altura alcanzada tanto en la Ligue 1 como en la Champions. Si bien el subcampeonato se puede considerar como un fracaso y en Europa cayó antes de la final, hay matices que le dan cierto valor el rendimiento del conjunto parisino en este semestre. Al arrancar el año, en Liga estaba tercero a un punto de la cima y venía de sumar un 69% de los puntos (35/51), con un inicio complicado (perdió en las primeras dos fechas) a partir de un descanso reducido y varios casos de coronavirus en el plantel. Desde enero consiguió 47 unidades de 63 posibles (un 74%), la misma cantidad que el Lille.

Claro que igualmente podría haberse llevado el título, sobre todo porque en algún momento estuvo en la cima y a lo largo del semestre sufrió cuatro derrotas. Esas caídas, todas dolorosas y significativas, tienen su carácter particular: dos fueron ante competidores directos (frente al Monaco y los Dogos) y dos llegaron tras haber estado en ventaja (contra el Lorient y el Nantes, en un partido marcado por sucesos extrafutbolísticos por los robos en casas de los jugadores o familiares). Esos compromisos marcan la irregularidad del PSG a lo largo del semestre, con encuentros excelentes y otros «a media máquina». Los de Pochettino en distintos momentos dependieron de sí mismos, pero les costó mantener el nivel y finalmente cedieron el trono -con mucho mérito, claro, del equipo de Cristophe Galtier.

En la Champions llegaron los grandes golpes. En su trayecto se midió con tres potencias continentales -con triunfos resonantes tanto en el Camp Nou como en el Allianz Arena– y estuvo a la altura en cada escenario, salvo cuando recibió al Barcelona. En la serie con el Manchester City mostró uno de los mejores 45′ del ciclo en la ida y en la vuelta contó con ocasiones y pasajes de dominio, pero padeció errores propios y la solidez de los de Pep Guardiola.

Además, ganó dos trofeos que, a pesar de su menor valor, decoraron el semestre: el Trophée des Champions y la Coupe de France, en dos sólidos triunfos contra el Olympique de Marseille y el Monaco, respectivamente. En esas victorias se vieron aspectos del estilo que implantó Pochettino: flexibilidad para adaptarse a distintos escenarios y rasgos marcados (variantes para salir desde atrás, libertad para intercambiar posiciones en ataque y fluidez para asociarse por adentro, favoreciendo el talento ofensivo).

En el apartado táctico también aparecen distintos jugadores que han crecido en estos seis meses. En quien más se ha visto su influencia es Mauro Icardi, que ha crecido en cuanto a participación en el juego: en sus 21 partidos del ciclo con más de 10 minutos su promedio por 90′ es de 26,86 toques y 16,52 pases, un salto de 6,29 y 4,28, respectivamente, con respecto a sus últimos 21 encuentros con Tuchel. Fuera de los grandes nombres ofensivos o Marquinhos (se asentó en la zaga para confirmarse como uno de los mejores centrales del mundo), que sostuvieron su brillo, se pueden incluir Leandro Paredes (fue potenciado por un contexto favorable), Abdou Diallo y Colin Dagba (sin sobresalir, sumaron muchos minutos y mejoraron su nivel).

«Estamos en un club que requiere mejorar. Trabajaremos muy duro para eso. Me quedaré con la satisfacción de haber jugado un papel importante en la Champions, de haber ganado la Copa. Sabemos que estamos en un club con requisitos. Tenemos que trabajar, la expectativa es grande en Paris y tenemos que estar a la altura», analizó el santafesino en conferencia. Y agregó: «Tenemos que contextualizar la temporada. Llegamos al final jugando las competiciones hasta el final. Es un momento muy difícil. Estoy triste, decepcionado, pero miro el futuro con optimismo».

La temporada 2021/22 será la primera completa de Pochettino y reflejará mejor su capacidad para conducir al PSG. El mercado de pases tendrá novedades y el plantel atravesará cambios (necesita algunos refuerzos, sobre todo en los laterales), pero tiene herramientas para dar un salto de calidad de lo mostrado este semestre. A lo largo del semestre el argentino habló de que era necesario perfeccionar la identidad para pasar a variantes y distintos sistemas, algo que ha marcado sus procesos en otros clubes, y una etapa preparatoria ayudará. Si bien el cierre de la campaña fue con un trago amargo, en este 2021 se vieron aspectos positivos como para visualizar un horizonte prometedor y un proyecto bien encaminado.

Crédito de la foto de portada: Franck Fife/AFP.

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